Análisis de los mercados bursátiles. Enero seguirá representando para los inversionistas un mes de alta volatilidad

Por INVEX

A nuestro parecer el mes de enero seguirá representando para los inversionistas un mes de alta volatilidad y mucha sensibilidad ante la información. Es poco probable que se concreten rendimientos muy positivos como sucedió en noviembre. La recomendación lógica es mantener la cautela, pero puede ser una oportunidad para posicionarse hacia el mediano plazo si se piensa en un escenario optimista, en especial en el mercado de deuda.

1.- Los mercados cerraron en medio de incertidumbre y diciembre del 2022 resultó ser un mes de nuevo de pérdidas. El principal aguafiestas fue sin duda la Reserva Federal (FED) de Estados Unidos que en la primera semana redujo la expectativa con relación a un cambio de postura y a una reversión en el alza de tasas hacia este año.

La información económica no colabora demasiado, la mayoría de los datos muestran una desaceleración más clara. El temor entre los inversionistas incluye también la posibilidad de que la postura de la FED sea más dura de lo que se necesita para moderar la inflación.

2.- En el plano internacional, las noticias en Asia tampoco han sido buenas. China enfrenta el problema de millones de contagios ante su apertura de la política de COVID-0, Japón ha dado un giro a su política monetaria que ha revolcado a los mercados locales y ha generado tensión a nivel global.

3.- No vemos como puedan cambiar mucho las cosas en enero, por ello vemos el inicio del año a mercados con poco volumen y movimientos de baja marginales. La volatilidad seguirá siendo relativamente elevada y los inversionistas permanecerán sensibles a noticias, principalmente las relacionadas con el desempeño de la economía (en Estados Unidos deberíamos ver datos malos debido al desastre climático del cierre de año), se tendrá que corroborar la magnitud del descenso de la inflación de diciembre y los reportes financieros de las empresas deberían entusiasmar a los inversionistas. En todos los casos la recomendación es tener cautela.

4.- Sin embargo, pensando en un horizonte amplio, ya sea el cierre del año o el 2024; este mes puede representar una buena oportunidad de reposicionar los portafolios.

No esperamos otro año como el 2022. La inflación parece que descenderá en el transcurso del año y quitará tensión en el mercado de deuda. En tal escenario el castigo de las bolsas podría moderarse un poco.

El doble criterio de cautela y tomar algo de riesgo es válido. Significa que hay un escenario de corto plazo incierto y la posibilidad de un cuadro más optimista hacia adelante.

5.- Al cierre del año vimos un incremento de las tasas en dólares que, de momento solo afecta a algunos indicadores del sector inmobiliario. Otros datos por el lado de la demanda, así como el mercado laboral se muestran resilientes.

De continuar la fortaleza relativa de los datos, la FED prolongara el ciclo restrictivo de las tasas. El inicio del año y quizá todo el mes de enero veremos un mercado muy sensible y dependiente de los datos económicos, tanto del cierre del 2022, como del inicio de este año.

De momento, mantenemos la idea de que las tasas seguirán al alza y hasta que los datos y la misma FED, en el mes de febrero, marquen de nuevo una pauta, no cambiamos la estrategia de inversión de duración menor a las referencias, pero tomando poco a poco niveles de tasas cada vez mayores.

6.- En México, existe la visión de que la inflación general podría mostrar datos favorables, pero la parte subyacente tendrá un descenso muy lento. Con relación a la inflación, la Subgobernadora Espinosa declaró que el Banxico deberá mantener el ciclo de alza mientras la inflación no marque una tendencia clara hacia el objetivo de 3.0% +/- 1.0%.

Esto podría implicar un rebote mayor al observado en los últimos días del año pasado y que refleja parcialmente la parte corta de la curva de los futuros de la TIIE. De momento, el mercado descuenta que el Banxico aumentaría su tasa en febrero, tan solo en 25 puntos base y con la idea de que incluso se podría desacoplar del ciclo de la FED.

Este escenario de despegarse de la FED lo vemos poco probable, por las potenciales consecuencias de una mayor volatilidad en la determinación de los precios de los bonos gubernamentales de largo plazo, así como del tipo de cambio.

7.- En términos de inversión, hemos iniciado el año con duraciones (las hemos aumentado) mucho más cercanas las referencias dados los ajustes que se hicieron en diciembre. Vemos razonable tener algo de posición en tasas fijas a plazos entre tres y cinco años en los portafolios, así como papeles de tasa real. Pensamos que el escenario se ha rebalanceado hacia cambios en el ciclo de la política monetaria, aunque esto aún podría tardar en materializarse.

8.- El tipo de cambio inicia el año por debajo de los $19.50 pesos por dólar, la fortaleza de la moneda nacional a lo largo del 2022 y sobre todo al cierre se debió al movimiento de flujos en mercados emergentes que dejaron de tener las opciones de inversión en Rusia, más limitadas en China y Turquía y muy inciertas en Brasil con el nuevo gobierno.

La inversión en dólares tiene dos vertientes; la de corto plazo explicada en la estrategia de deuda global, la cual cuida la posición relativa de la duración, así como la visión de mediano plazo en el ciclo de tasas. Esta última se mantiene cautelosa en términos de duración, pero se posiciona para aprovechar un cambio en el ciclo de la política monetaria.

Por el lado especulativo, los niveles actuales podrían prestarse a tener posiciones de corto plazo con el objetivo de vender dólares por arriba de los $19.75 pesos.

9.- Con respecto a las bolsas, los inversionistas son escépticos de los resultados que darán a conocer las empresas en los próximos días: las estimaciones para las utilidades del S&P 500 continúan recortándose, y en el caso del 4T-22 se espera ahora una contracción, cuando en octubre pronosticaban crecimientos cercanos a 6.0%.

La postura de los bancos centrales parece enmarcada en un desempeño que en el pasado ha decepcionado y ha generado dudas sobre su credibilidad y capacidad de acción. Ahora el temor es que estén yendo demasiado lejos en su control de la inflación y ocasionen un daño a la economía mayor a lo esperado y que no logre revertirse rápidamente.

En este contexto los últimos días de operación del año se reveló una preferencia por sectores defensivos y el mayor castigo fue para emisoras de Tecnología y Consumo Discrecional.

10.- El rendimiento estimado para el año completo luce más atractivo que hace un mes, pero no porque las expectativas hayan mejorado de forma considerable, sino porque partimos de una base más baja tras el ajuste de diciembre: el consenso de Bloomberg espera un nivel de cierre en 2023 para el S&P 500 cercano a los 4,000 puntos y prevalecen las dudas sobre el desempeño del mercado en la primera mitad del año, el final de la tendencia de baja del mercado podría no haber llegado aún a su fin.

En este contexto seguimos privilegiando una cartera defensiva, con posiciones sectoriales en Estados Unidos en Salud, Consumo Básico y Energía; así como en mercados que puedan mostrar una mayor resiliencia ante un entorno aún de elevadas tasas de interés como Japón y Canadá. Reiteramos nuestra posición recientemente añadida en China, con un mercado que muestra mejores fundamentales y valuaciones que nos parecen aún atractivas.

En la semana que finalizó el 30 de diciembre, la Cartera resultó mejor que el benchmark; en el 2022 superó al referente en casi 370 puntos base, apoyado especialmente por nuestra apuesta activa en Energía.

11.- El mercado local sufre del mismo contexto que sus pares internacionales, perdió impulso de forma considerable al cierre del año, regresó a niveles de 48,400 unidades; ello a pesar de los feriados en Estados Unidos y Europa que reducen las operaciones.

El ajuste puede representar oportunidades para fijar posiciones en emisoras que lucen ahora más atractivas; aunque reiteramos cautela ante un mercado que, al menos en el corto plazo, puede carecer de catalizadores evidentes.

En la semana que finalizó el 30 de diciembre, la Cartera se desempeñó mejor que su referente; apoyada por la liquidez que tenemos en el portafolio, así como por no contar con PEÑOLES y GFINBUR dentro de nuestras posiciones. En el año se ubicó 20 puntos base por debajo del S&PBMV IPC, con la ausencia de GFINBUR en el Portafolio y la sobre-ponderación en CEMEX como los mayores detractores al rendimiento.

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