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Los matices son importantes al navegar por los mercados en 2023

En 2022, las cosas se pusieron feas tanto para los mercados de renta variable como de renta fija. A medida que la inflación creció y las tasas de interés aumentaron en respuesta al endurecimiento de la política monetaria, las acciones registraron su peor año desde el 2008 y los bonos fracasaron en su papel de diversificadores en portafolios tradicionales 60/40. En consecuencia, los inversionistas se enfrentaron a rendimientos decepcionantes en los principales portafolios de inversión.

A medida que avanza el 2023, muchos se preguntan qué traerá el nuevo año. Con la reciente relajación de las presiones inflacionarias y viendo más allá de un posible entorno recesivo, cierto optimismo está de vuelta. Sin embargo, la cautela sigue siendo la consigna para muchos inversionistas profesionales. Estas son las opiniones de los gestores de portafolio, estrategas y ejecutivos de Natixis IM y sus empresas de inversión afiliadas sobre lo que esperan de los mercados en 2023:

La venganza de los mercados de renta fija, por Stéphane Déo, Jefe de estrategia de mercado de Ostrum Asset Management

Nuestra opinión sobre la economía tiene como base una recesión superficial. También esperamos que la inflación disminuya rápidamente durante el 1er semestre del año, pero que se mantenga significativamente por encima de la meta del BCE de 2% durante el año. Ante este escenario, esperamos que el Banco Central Europeo (BCE) suba las tasas a 3%, un nivel alcanzado a principios del 2º trimestre y se mantenga estable hasta fin de año, ya que la inflación no converge lo suficientemente rápido hacia la meta.

En consecuencia, después de que el BCE señale una pausa, la curva de rendimiento debería ser muy plana pero también mucho menos volátil que durante 2022. Por tanto, creemos que 2023 podría ser la revancha de los mercados de renta fija. En cuanto a deuda soberana, los inversionistas disfrutarían de un carry decente, con la estabilización del Bund en torno a 3%, y un perfil de riesgo sustancialmente más bajo que en 2022. También consideramos que los diferenciales periféricos están cerca de su valor razonable y no esperamos un gran impulso en ese sentido. Así, este sería un perfil de rendimiento de riesgo esperado mucho más favorable para los soberanos.

Además, esperamos que la tasa de morosidad aumente a alrededor de 4 % para el segmento de alto rendimiento europeo, que está solo ligeramente por encima del promedio a largo plazo. Por tanto, hay posibilidad de que se produzca un mayor endurecimiento de los diferenciales del crédito, que todavía están valorando un escenario más negativo, y se espera que esto se sume al desempeño de dicha clase de activos. La tendencia alcista de las tasas de interés y nuestra previsión de reducción de los diferenciales de los swap favorece al sector bancario; también consideramos algunas FIBRAS, que sufrieron en 2022. El sector de telecomunicaciones hoy parece un poco caro. 

Múltiples retos a los que se enfrentan los mercados de renta variable, por Chris Wallis, CEO y CIO, Vaughan Nelson Investment Management

El mercado bajista de acciones de 2022 refleja el impacto de tasas de interés más altas que aumentan el costo del capital y, por tanto, disminuyen las valoraciones de las acciones. El próximo reto para los mercados será digerir las reducidas expectativas de ganancias en 2023. La mayor disminución en las expectativas de ganancias debería ocurrir durante los dos primeros trimestres de 2023.

Una recuperación en el 2º semestre para 2023 dependerá de la interacción entre la rápida desaceleración de la inflación y si las tasas de interés más altas conducen a una excesiva debilidad de la economía y los mercados. Con el nivel actual de las tasas de interés y el fin del estímulo fiscal y monetario, anticipamos que para el 3er trimestre de 2023 la trayectoria de la inflación estará encaminada a alcanzar la meta de inflación de la Reserva Federal.

Sin embargo, sí esperamos que las condiciones financieras más estrictas y el fin del estímulo fiscal y monetario puedan conducir a una recesión en las ganancias y probablemente a una recesión económica. Si las condiciones económicas y financieras más débiles obligan a los responsables de las políticas a re-estimular a la economía, podríamos esperar que las presiones inflacionarias comiencen a reacelerarse en 2023.

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