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Perspectiva de corto plazo para el Peso
mexicano

El peso mexicano sigue sorprendiendo. En su cotización frente al dólar estadounidense por momentos rompió hacia abajo el psicológico de los $18.0 spot, a su mejor nivel desde 2017.

Esto se da a pesar de las crecientes apuestas a mayores subidas de tasas de interés por parte de la Fed para enfriar la economía y controlar la inflación. El mercado de futuros ya contempla con mayor probabilidad que la tasa podría llegar a 5.50% en junio, e incluso se ha añadido la posibilidad de observar niveles por arriba del 6.0% en determinado momento del año.

El escenario descrito sería suficiente para fortalecer al dólar de forma generalizada frente a la mayoría de las monedas. Sin embargo, la divisa mexicana continúa fuerte. El alto diferencial de tasas de interés de México con EUA le sigue brindando el soporte necesario a la moneda mexicana para mostrarse resiliente frente a las preocupaciones globales de endurecimientos monetarios mayores a los esperados.


Este diferencial se amplió a raíz de la última decisión de la Fed y Banxico en febrero pasado. Banxico después de iniciar primera con su proceso de normalización de tasas de interés, venía replicando una política espejo con la autoridad estadounidense hasta el mes anterior. La Fed aumentó en 25pbs y Banxico en 50 pbs. Estas decisiones le dieron la pauta al peso mexicano para, primero consolidar el rally positivo de inicio de año, y luego ampliarlo. En gran medida esta ampliación del diferencial está detrás de la última parte del rally.

Por supuesto influye en lo atractivo de la moneda mexicana su comparación relativa con respecto a otras economías emergentes o latinoamericanas, que observan actualmente riesgos importantes de
deterioro de confianza y en sus finanzas públicas (como Brasil, Colombia y Chile). En el corto plazo puede haber elementos de presión para la moneda mexicana, como lo son el informe de empleo y de inflación al consumidor en EUA, los cuales se darán a conocer el próximo 10 y 14 de marzo, respectivamente. Sin embargo, sería una presión limitada y muy temporal, siempre y cuando los reportes superen expectativas.


Pero aún así, con reportes mejor a lo pronosticado, no modifica el factor principal detrás de la apreciación de la moneda. En el corto y mediano plazo, el diferencial de tasas no cambiaría mucho e incluso podría
ampliarse porque hay más riesgo de que la inflación en México se mantenga más alta o baje más lento que en EUA. Quizá el elemento que pudiera provocar un ajuste un poco más robusto en la cotización cambiaria sería el nuevo dot-plot de la Fed que dará a conocer el próximo 22 de marzo en su reunión de política monetaria.

Existe la posibilidad de que el banco central estadounidense eleve su pronóstico de nivel de tasas de interés para el cierre de 2023 y 2024, respecto a lo proyectado en diciembre de 2022. En ese entonces, la
autoridad contemplaba que para fin de este año la tasa debería estar en 5.25%. Al día de hoy, en el mercado de futuros, los inversionistas apuestan que la tasa de interés llegaría a 5.50% (sin descartar 5.75%) y que no habría recortes en lo que resta del 2023.

Este escenario deja poco margen a sorpresas. Parece difícil, por el momento, pensar que la Fed quisiera subir más allá de 5.50% o 5.75%. Si los nuevos pronósticos empatan o quedan por debajo de este nivel, hay
posibilidades de que el rally positivo de la moneda se extienda y busque en el corto plazo alcanzar $17.50 spot. Por el contrario, estimaciones de la Fed por arriba de esos niveles sería el pretexto ideal para toma de
utilidades y ponerles un piso a los niveles bajos del tipo de cambio.
Previo a estas referencias relevantes, está previsto que hable el presidente de la Reserva Federal (Fed),

Jerome Powell, ante el Congreso estadounidense los días 7 y 8 de marzo. Sus palabras pueden mover el mercado, sobre todo si da alguna pista sobre qué piensa hacer el banco central en su reunión del 21 y 22 de
marzo. El tono (más o menos agresivo) que utilice Powell durante su discurso será clave para el mercado. En ese sentido, se espera que el presidente de la Fed haga eco a sus colegas banqueros centrales al sugerir que las tasas de interés subirán más de lo que los encargados de formular las políticas monetarias anticiparon hace solo unas semanas si los datos económicos siguen siendo fuertes.

Aunque en CIBanco estimamos que el tipo de cambio supere los 18.50 a finales del año, hay una probabilidad considerable de que se mantenga en niveles bajos (por estos niveles) por uno o dos años.

Cortesía CI Banco

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