Destinos inciertos en Banamex

El gigante financiero Citigroup, dirigido por Jane Fraser, se encuentra en una senda incierta con su plan de vender Banamex, la cuarta entidad bancaria más grande de México, mediante una oferta pública en el mercado accionario.

Este despliegue de una salida financiera, avalada por el director financiero de Citigroup, Mark Mason, parece ser la opción predilecta del conglomerado estadounidense para maximizar el valor de los accionistas, pero queda por ver si esta jugada a largo plazo, con conclusión esperada en 2025, es la elección más sabia en este tablero de ajedrez financiero. De entrada, esta semana el gobierno mexicano dio a conocer que dejó de lado su interés en la adquisición de Banamex, tal como lo anunció Jesús Ramírez, vocero de la Presidencia.

En un principio, la administración de López Obrador no descartaba la opción de buscar hasta la mitad de Banamex mediante una asociación público-privada, en la que el Estado podría aportar hasta 3 mil millones de dólares, hoy ya se le quitaron las ganas. Se comprende, pues, como señala Ramírez, el banco estadounidense “eligió otro camino” para la venta.

Y es que a pesar de su prominencia en el paisaje bancario mexicano, Banamex ha dejado un rastro de interesados que se han desvanecido en el aire. Desde la administración federal hasta pesos pesados de la inversión grandes magnates, todos han perdido interés en la adquisición. ¿Acaso la pérdida de apetito por el negocio es un presagio de problemas más profundos en Banamex?.

Desde el anuncio de venta en mayo pasado Citigroup, prometió una cuidadosa separación de los negocios de banca de consumo e institucional en Banamex hacia finales de 2024. Sin embargo, la gran pregunta es si la salida planificada de la banca de consumo es la píldora mágica para los males financieros de la empresa. En el segundo trimestre de este año, los costos asociados a la separación han golpeado duramente las finanzas de Citigroup, lo que generó una caída del 36% en sus ganancias netas.

Más preocupante aún es el creciente descontento entre los clientes de Banamex. Un número creciente de quejas, destacadas por Óscar Rosado, director de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), sobre la pérdida de dinero en operaciones de cajeros automáticos han surgido, lo que mancha aún más la reputación de Banamex.

Parecería que la incertidumbre sobre el destino de la institución financiera ya perjudica seriamente su capacidad para proporcionar un servicio de calidad a sus clientes. A esto hay que añadirle el insulto a la injuria, pues Banamex ha estado en el punto de mira por sus altas tasas de interés. Con un Costo Anual Total (CAT) para la tarjeta Clásica Citibanamex que supera a la mayoría, uno se pregunta: ¿quién se alinearía con un banco cuyas comisiones son tan desorbitadamente altas, las cuales superan incluso a sus contrapartes locales e internacionales?

En lugar de apoyar a un gigante bancario con estas sombrías circunstancias, la atención debe desviarse hacia la educación financiera de los ciudadanos mexicanos. Deben ser conscientes de los riesgos de involucrarse en negocios asimétricos y evitar las trampas ocultas en las transacciones de crédito al consumo.

Además, parece haber una falta de comunicación clara entre el equipo de difusión de Banamex, y Citigroup, con la prensa, un completo desastre, quejas de lentitud y mala atención hacia las solicitudes de información no hacen más que destacar una gestión cuestionable de la empresa?, primero justificando secrecía del proceso de venta, pero a todas luces en años recientes mostrando su clara incapacidad de informar.

En resumen, el futuro de Banamex, bajo la administración de Fraser, parece estar lleno de obstáculos. Con una estrategia de venta cuestionable, una serie de interesados desaparecidos, problemas financieros internos, una reputación manchada, altas tasas de interés y una falta de comunicación efectiva, Banamex debe tomar medidas drásticas para salir de esta crisis.

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