El gobierno de Estados Unidos anunció que impulsará un plan para permitir en los próximos cinco años nuevas perforaciones petrolíferas en el Golfo de México.
De esa manera, el presidente Joe Biden incumpliría con su promesa electoral de poner fin a la extracción de petróleo y gas.
Durante su campaña electoral en 2019, Biden señaló que terminaría con los combustibles fósiles. El exvicepresidente buscaba mitigar las acciones del cambio climático con este tipo de políticas.
La administración de Biden limitó a tres las áreas federales para la actividad extractora, lo cual supone “la cifra más baja” de la historia, argumentó el gobierno. La medida deberá de ser revisada por el Congreso antes de ser aprobada, según informaron medios nacionales.
Esta decisión fue criticada duramente por la industria de hidrocarburos, pues, incluye un número de autorizaciones menores a las previstas en el gobierno de Donald Trump.
Después de que el Congreso apruebe la medida, las empresas entrarán a un proceso de subasta para obtener el derecho de arrendamiento en propiedad federal. De acuerdo con el Departamento del Interior, la secretaría que gestiona las tierras federales, el Estado está obligado a abrir permisos de explotación de hidrocarburos para autorizar más proyectos de energía eólica.
Según la ley, el arrendamiento para tierras federales se exige al menos 60 millones de acres como condición previa para impulsar los parques eólicos.
Dab Haaland, secretario del Departamento de Interior, indicó que esta política está alineada con el objetivo de “emisiones netas cero para 2050”. Asimismo, busca establecer un rumbo para apoyar la creciente industria eólica marina y la protección de contra los daños medioambientales en las comunidades costeras.
En 2023, el gobierno de Biden prohibió nuevas explotaciones de gas y petróleo en una gran zona del norte de Alaska con el objetivo de contrarrestar la crisis climática. Cinco meses antes, había aprobado un proyecto de hidrocarburos en la misma región.