En el caso de México, la estimación apunta a un crecimiento del 3.4% para 2023, atribuyendo este avance a la estabilidad macroeconómica y al respaldo de proyectos de infraestructura e inversión.
Aunque existen desafíos, como la política monetaria restrictiva y el crecimiento moderado de Estados Unidos, resaltan fortalezas como la mejora en el mercado laboral, el incremento en las exportaciones, el crecimiento en la producción de automóviles y una inflación desacelerada.
Sin embargo, advierten sobre debilidades en el crecimiento a mediano plazo, altas tasas de pobreza y desigualdad, aspectos que requieren atención en la política macroeconómica.