Unifin Financiera, ha llevado a cabo una reestructuración significativa de su consejo de administración como parte de un proceso más amplio de recuperación financiera y operativa.
Esta reconfiguración del consejo incluye la incorporación de miembros independientes con experiencia internacional en áreas clave para la empresa, que enfrenta un panorama desafiante tras una crisis financiera que afectó gravemente su estabilidad.
El nuevo consejo, ahora presidido formalmente por Eugene Irwin Davis, junto con otros consejeros independientes como Harvey L. Tepner, Alexandre Zyngier, Steve Hannan, y Steven J. Pully, representa un esfuerzo por parte de Unifin para inyectar nuevas perspectivas y experiencia en su gobierno corporativo.
Estos cambios son indicativos de un giro estratégico hacia una gestión más profesional y orientada a la recuperación, algo que contrasta con la dirección desastrosa que se tuvo bajo Rodrigo Lebois Mateos, quien junto con otros consejeros clave ha sido desplazado de la estructura directiva.
La inclusión de nuevos miembros con experiencia internacional sugiere un intento por parte de Unifin de alinear sus operaciones con las mejores prácticas globales, especialmente crucial en un momento en que la confianza del mercado en la empresa ha sido severamente erosionada. No obstante, esta reestructuración también plantea interrogantes sobre su efectividad real.
La salida de figuras clave que habían estado al frente de la compañía durante su ascenso y posterior caída podría significar tanto una ruptura necesaria con el pasado como un riesgo de perder la continuidad en la visión estratégica de la empresa.
Adicionalmente, la reciente reconfiguración de la estructura de capital de Unifin, que otorgó el 90% del capital social a los nuevos propietarios y dejó solo el 10% en manos de los antiguos accionistas, refleja una transformación radical que podría ser vista como una medida desesperada para asegurar la supervivencia de la empresa. Este cambio, que entró en vigor en mayo, sugiere que Unifin está apostando por una reestructuración agresiva para revertir su situación, pero también subraya la magnitud de los problemas financieros que la han llevado a este punto.
La gran pregunta que queda es si estos cambios estructurales y de liderazgo serán suficientes para estabilizar a Unifin y devolverle la confianza del mercado. Aunque la nueva dirección aporta una serie de habilidades y experiencias valiosas, la empresa enfrenta el reto de demostrar que estos cambios no solo son cosméticos, sino que también traerán consigo la estabilidad y el crecimiento sostenido que necesita para recuperarse de una de las crisis más profundas en su historia reciente. Y a todo lo anterior lo penoso que fue venderse como empresa sería que llegó a estar como patrocinador de la Formula 1.