Será una de las semanas más importantes del año, incluso de los últimos años, con dos eventos de gran calado: las elecciones presidenciales en EUA y la reunión de política monetaria de la Fed.
Estados Unidos celebra los comicios más reñidos de las últimas décadas, un título que parecía difícil alcanzar a la vista de las anteriores, y los inversionistas aguardan expectantes a una cita que asumen va a generar jornadas de mayor volatilidad.
Tanto Kamala Harris como Donald Trump presentan propuestas que, aunque divergentes en sus enfoques, parecen condicionadas a continuar con la tendencia de crecientes déficit de deuda pública y de mayor proteccionismo.
Si bien las encuestas reflejan una carrera muy cerrada entre la demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, los mercados de apuestas se han inclinado cada vez más a favor de Trump y así parecen comportarse los mercados financieros, con los precios incorporando en parte el escenario de triunfo del republicano.
En el caso del mercado cambiario mexicano, esto explica el fortalecimiento generalizado del dólar de las últimas tres semanas, y al mismo tiempo la presión sobre el peso mexicano que lo ha llevado a cotizar alrededor de $20.30 spot.
La gran pregunta entre los agentes económicos es que pasará con el tipo de cambio una vez que se conozca el resultado de la elección.
El resultado puede demorar un poco más de lo habitual en conocerse, por lo cerrado que podría estar la contienda. Quizá hasta la tarde del miércoles 6 de noviembre se tenga mayor certeza sobre el resultado final. Recordar que en la última elección, cuatro días después de la votación se supo que Biden era el ganador.
Las dudas sobre el comportamiento del peso surgen por lo acontecido en 2016, cuando Trump sorprendió con el triunfo y conforme se conocía el resultado el día de la votación la presión sobre la moneda mexicana no se hizo esperar, provocando un fuerte episodio de volatilidad y depreciación cambiaria.
En esta ocasión, en caso de una victoria republicana, consideramos que una presión adicional sobre el peso será limitada. Poco a poco el tipo de cambio ya ha incorporado esta posibilidad, por lo que parece existe un techo para el margen de mayores caídas. Esto es, al mercado ya considera que si la agenda política se parece a lo que ya se ha anunciado, existe un claro riesgo de que la economía estadounidense se incline de nuevo hacia un régimen de inflación más elevada, aranceles más elevados y estímulos de la demanda. En este contexto, es muy posible que la volatilidad de las tasas de interés, que ya es bastante elevada, aumente aún más.
Así, de confirmarse el triunfo de Trump, sí habría un paso inicial a la cautela conforme se asimilan los resultados y los posibles efectos en las políticas del nuevo gobierno. No descartamos que la cotización cambiaria se ubique entre $20.50 – $21.20 spot, dependiendo de si el triunfo viene acompañado de un control de las dos cámaras del congreso por parte de los republicanos.
Consideramos que esta presión sería temporal, que de muy corto plazo sucedería algo parecido al tema de la aprobación de la reforma al poder judicial, que una vez que se concrete el hecho, la moneda mexicana podría recortar pérdidas, para luego enfocarse en otros temas relevantes, como lo es la política monetaria de la Fed y la próxima presentación del paquete económico 2025.
Ahora bien, en el caso eventual de un triunfo de Kamala Harris, consideramos que esto sería el mejor escenario para el peso mexicano. Si bien, las dudas sobre sus políticas que son similares a las de Trump no desaparecen, se estima que sería una situación parecida al estatus quo.
Que continuaran los demócratas en la Casa Blanca podría generar que el peso mexicano entre en un rally de recuperación y acercarse a cotizaciones, eventualmente, cercanas a los $19.20 spot.
Todavía con la resaca de los resultados electorales en EUA, la Reserva Federal (Fed) sostiene su encuentro de política monetaria y el jueves 7 de noviembre anuncia su decisión sobre las tasas de interés. Todo parece indicar que recortarían su tasa en 25 puntos base, para dejarla en 4.75%.
No anticipamos grandes ajustes al tono del comunicado, ni en los mensajes de prensa de Powell. Seguirá abierta la puerta a un recorte más en la reunión de diciembre, también de 25bs, pero esto dependerá de los datos que vayan saliendo, particularmente los de inflación y empleo.
Por este tema, la reacción del peso mexicano sería escasa, pero ligeramente positiva, al reducirse un poco el atractivo de inversiones en dólares.
Cortesía: CIBanco