Agustín Carstens, gerente general del Banco de Pagos Internacionales (BIS), expuso que uno de los principales desafíos que enfrentarán los bancos centrales en los próximos años será la incertidumbre política y económica derivada de los constantes cambios en el panorama geopolítico global.
Durante su participación en la Chapultepec Conference, celebrada en la Ciudad de México, Carstens explicó que la incertidumbre puede tener un impacto significativo en el crecimiento económico, ya que las empresas podrían retrasar inversiones y los hogares podrían posponer decisiones de consumo importantes. Este tipo de comportamiento, señaló, tiene repercusiones directas en la inflación y en la estabilidad financiera de los países.
“Es probable que un mundo incierto también sea más volátil, en particular para los mercados financieros”, afirmó Carstens. Además, destacó que, si bien muchas de las incertidumbres políticas actuales podrían resolverse en el futuro, las decisiones que se tomen en el presente tendrán consecuencias a largo plazo en el crecimiento y la inflación.
Uno de los puntos clave de su intervención fue la advertencia sobre los efectos negativos de los aranceles en la economía. Carstens subrayó que, independientemente de la intención con la que se implementen, los aranceles afectan el crecimiento económico, la generación de empleo y pueden incrementar la inflación. “Es muy difícil encontrar un caso en el que los aranceles sean una herramienta positiva para la economía”, comentó el exgobernador del Banco de México.
Estas declaraciones cobraron especial relevancia en el contexto actual, luego de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunciara la imposición de aranceles a todas las exportaciones mexicanas. Carstens advirtió que esta medida podría generar presiones adicionales sobre los bancos centrales, obligándolos a mantener políticas monetarias más flexibles para tratar de sostener el crecimiento económico en un entorno de incertidumbre y fundamentos débiles.
“En particular, esto crea presión para mantener los ajustes políticos flojos para sostener el crecimiento económico frente a unos fundamentos débiles, pero no necesito decirle a esta audiencia que esta receta política está completamente equivocada”, enfatizó.
Asimismo, el economista resaltó que el bajo crecimiento de la productividad es otro de los factores que preocupan a los bancos centrales, especialmente en América Latina, donde la mayoría de los países han experimentado un estancamiento en este indicador. La única excepción notable es Estados Unidos, cuyo dinamismo económico se mantiene relativamente sólido en comparación con sus vecinos.
Carstens hizo un llamado a los formuladores de políticas para que adopten estrategias que fomenten la inversión, la estabilidad económica y el crecimiento de la productividad, en lugar de recurrir a medidas proteccionistas que, en su opinión, solo generan más incertidumbre y volatilidad en los mercados.