Grupo Bimbo, recibió un recorte en la perspectiva de su calificación crediticia por parte de la agencia S&P Global Ratings, debido a un mayor apalancamiento esperado para la empresa mexicana durante los próximos 12 a 24 meses.
La agencia pasó la perspectiva de Bimbo a ‘negativa’ desde ‘estable’ en su calificación en escala global de largo plazo, que confirmó en ‘BBB+’. También mantuvo la calificación en escala nacional de largo y corto plazo en ‘mxAAA’ y ‘mxA-1+’, respectivamente, pero con perspectiva ‘estable’.
Según S&P, Bimbo mantendrá un apalancamiento superior a tres veces (3x) con base en el índice de deuda neta a Ebitda ajustado en 2025, con expectativas de que esta métrica caiga por debajo de 3x hasta 2026. A pesar del crecimiento constante de ingresos y Ebitda en los últimos 12 meses, la calificadora destacó un uso de capital más agresivo a través de gastos de capital (capex), dividendos, recompra de acciones y adquisiciones, además de la volatilidad del tipo de cambio, factores que han afectado los indicadores de apalancamiento.
El 2024 fue un año desafiante para la panificadora, especialmente en su operación en Estados Unidos, donde enfrentó una desaceleración en el consumo y una mayor competencia. Esto la llevó a transformar sus operaciones en ese país, lo que generó gastos extraordinarios. Como resultado, las ventas netas de Bimbo en Norteamérica, que incluyen Estados Unidos y Canadá, bajaron 4.6% en términos ajustados por tipo de cambio.
S&P también señaló que la volatilidad del peso mexicano afectó el perfil crediticio de la empresa, ya que una depreciación del peso frente al dólar impacta negativamente sus indicadores financieros. No obstante, esto se compensó parcialmente con coberturas a través de instrumentos derivados.
Los analistas de la agencia indicaron que Bimbo podría establecer una senda de desapalancamiento una vez que su proyecto transformacional en Estados Unidos comience a generar resultados, lo que se espera ocurra en un periodo de 12 a 24 meses. Este proceso también se vería impulsado por las adquisiciones recientes y una distribución de capital más moderada en 2026.
Además, la calificadora destacó la incertidumbre económica global, en particular los posibles aranceles de Estados Unidos sobre productos provenientes de México, Canadá, China y la zona euro, lo que podría afectar las inversiones y el consumo. En su escenario base, S&P prevé la implementación de tarifas generalizadas desde el 2 de abril hasta el primer semestre de 2026, lo que podría generar una ligera contracción en la economía mexicana, un estancamiento en la canadiense y una desaceleración en Estados Unidos. Esto también podría provocar la depreciación tanto del peso mexicano como del dólar canadiense frente al dólar estadounidense.