Luego de las recientes negociaciones sindicales tensas y en medio de una crisis financiera profunda, recordara usted que Aeroméxico aprobó un aumento salarial del 4.5% para sus trabajadores, con 120 votos a favor, 36 en contra y una abstención.
Estos incrementos serán vigentes a partir del 1 de junio y hasta el 31 de mayo del siguiente año. Sin embargo, esta aparente “victoria” para los trabajadores no resuelve la compleja situación que atraviesa la aerolínea.
Aeroméxico llegó a esta negociación en un momento crítico. Durante el primer trimestre de 2025, reportó una caída de sus ganancias netas de un 79% respecto al mismo periodo del año anterior, lo que revela un deterioro significativo en su desempeño económico. Datos que se develaron durante la negociaciones y por la obligación de transparentar sus situación financiera.
La empresa ha tenido que aumentar considerablemente su deuda para financiar la compra de nuevas aeronaves, lo que llevó a que sus pasivos ascendieran a casi 4,000 millones de dólares (3,949 millones), situación que agrava aún más la fragilidad financiera de la compañía.
Según la jueza laboral Milene Montero Álvarez, la propuesta del incremento salarial del 4.5% fue la última formal que la empresa pudo aceptar, dadas las pérdidas y el estado financiero. La jueza subrayó que, pese a la difícil situación de la aerolínea, la negociación sindical buscaba mejoras adicionales, lo que puso en riesgo la estabilidad de la compañía
¿Esta en problemas económicos AeroMéxico?, ya lo veremos pero si es un factor preocupante. Se destacó que la especulación sobre una posible suspensión de labores ya provocó pérdidas en ventas, incrementando la incertidumbre operativa.
Más allá de la tensión financiera y salarial, Aeroméxico enfrenta un contexto de problemas laborales persistentes, demandas sindicales y un mercado altamente competitivo. Esta combinación representa un reto enorme para la aerolínea, que lucha por mantener su cuota en el mercado doméstico e internacional mientras carga con un pasivo financiero creciente y una estructura de costos elevada.
La presión de sostener la operación en medio de pasivos millonarios y la incertidumbre en el ambiente laboral ponen a Aeroméxico en una situación vulnerable.
La aerolínea deberá implementar medidas contundentes para estabilizar su economía, mejorar su eficiencia operativa y restablecer la confianza tanto de sus empleados como de sus clientes, de lo contrario corre el riesgo de profundizar sus problemas y comprometer su viabilidad futura.
Anuncia cancelación de vuelos, afirma, por no resultar rentables, pero eso sus más cercanos competidores aprovechan eso que deja la aerolínea. Los problemas aún no terminan y seguramente seguiremos escuchando más de ellos, y por supuesto de sus ejecutivos que están acostumbrados a tomar malas decisiones.