Todas las entradas de: Guillermo Barba

Inteligencia Financiera Global Economista de la Escuela Austríaca y periodista mexicano, autor del blog Inteligencia Financiera Global. Experto en mercados de oro y plata y comentarista de TV en Proyecto 40

Ya no envíe remesas ‘a la antigüita’.

De acuerdo con cifras del Banco de México, en mayo se registró el mayor ingreso mensual de remesas para un mes similar, por un total de 2,586 millones de dólares. Esta cifra representó un crecimiento anual 4.4 por ciento en las remesas familiares respecto al mismo mes del año anterior.

Sin duda alguna se trata de buenas noticias, en especial para las 1.4 millones de familias que reciben dinero del extranjero en el país, sobre todo por supuesto, provenientes de Estados Unidos.

Según Banxico, de enero a mayo de este año se registraron 37.95 millones de operaciones de envío de dinero, por un promedio de 304 dólares cada una.

Hay que reconocer que según los registros históricos, el mes de mayo por lo general tiene estos ‘picos’ en remesas porque se atraviesa un día muy importante, quizá más, para quienes se encuentran en la Unión Americana y extrañan a sus familiares: el día de las madres.

De manera que en próximos meses dichos envíos podrían reducirse para cerrar el año algo por arriba de 2016.

¿Por qué puede estarse dando este incremento? A pesar de que la aversión del presidente Donald Trump contra México y los mexicanos que trabajan sin papeles en su país, parece haber disminuido, es muy probable que estén optando por enviar algún ahorro que tengan acumulado, o hasta ganar un dinero extra y enviarlo a México en caso de una repatriación voluntaria o forzosa hacia México. Nadie quiere jugar a que una deportación lo tome por sorpresa con su dinero allá.

Hacen bien nuestros paisanos porque, a decir verdad, no es que Trump haya cambiado mucho de parecer en materia migratoria (ni comercial), sino que sus propuestas de campaña se han tenido que posponer ante la oposición que han despertado, pero tenga la seguridad de que su insistencia volverá.

Por si fuera poco, por más que sea el deseo de muchos, lo cierto es que no parece que su gobierno pueda caer, y lo que no lo tumbe, lo hará más fuerte.

Justo por eso es positivo que nuestros paisanos en Estados Unidos estén enviando sus dólares al país, pues además, gracias a que el tipo de cambio continúa algo elevado por encima de los 18 pesos, salen ganando más peses.

Ahora bien, sí sería muy bueno que si usted envía o recibe dinero del extranjero, considerara las ventajas e innovaciones de la tecnología para hacer esto de una manera mucho más rápida, eficaz, directa (de persona a persona) y potencialmente a menor costo, por ejemplo, recurriendo al uso de criptomonedas como Bitcoin, Ethereum o Ripple.

Estas seguirían siendo una opción incluso si Trump impusiera un límite o un gravamen al envío de remesas, gracias a que se trata de monedas privadas y descentralizadas, que en otros países incluso se utilizan para sortear los controles cambiarios. Más vale irse familiarizando con ellas y sacarles provecho con las precauciones debidas, ya que se trata de mercados especulativos.

En fin, cuando se trata de cuidar el dinero propio, cada peso cuenta, y en el caso de las remesas, entre menos intermediarios, mejor.

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Nuevo ciberataque: se lo advertimos.

Hace poco más de un mes ocurrió el que fue catalogado como ‘el más grande ciberataque de la historia’. En este espacio le advertimos que podría ser sólo el inicio de una serie de ataques globales a gran escala, y ese parece ser el caso.

Y es que ayer comenzó uno nuevo similar al de mayo, cuando los hackers usaron el software llamado ‘Wannacry’ (algo así como ‘QuieroLlorar’). El programa que están usando se creía que era el virus Petya, pero la empresa rusa de seguridad digital Kaspersky ha confirmado que es distinto, por lo que ahora le apodan NotPetya.

También es del tipo ‘ransomware’, es decir, que ‘secuestra’ los programas del disco duro de la computadora, encriptándolos para que no puedan ser abiertos, a menos, se supone, de que se pague un rescate por ellos.

Contra ese pago prometen entregar una llave digital para restablecer el acceso al sistema. De nueva cuenta aparecen demandando un pago de 300 dólares en Bitcoin, la criptomoneda, para liberar el equipo atacado.

Este virus se ha expandido por Europa pero ha comenzado a llegar también a Estados Unidosy otras partes del orbe, afectando operaciones en los puertos de Nueva York y New Jersey según reportes periodísticos.

De acuerdos con ellos, ha afectado además al aeropuerto y sistemas gubernamentales en Ucrania –país hasta el momento más afectado-, y a varios bancos y empresas en Rusia –en especial a su principal productora de crudo, Rosneft-,  y otras más en el Reino Unido, Alemania, Francia, Dinamarca y al mayor puerto de Europa, Rotterdam, en Países Bajos.

Es seguro que la lista de países afectados seguirá creciendo porque, dada la universalidad de la red, todo ataque de estas características puede tener repercusiones mundiales.

No olvidemos tampoco que el ciberataque de ‘Wannacry’ afectó a más de 150 países, incluido México.

Analistas de Symantec citados por Bloomberg, han dicho que este virus NotPetya, también se aprovecha de vulnerabilidades existentes en el sistema operativo Windows de Microsoft para inutilizar los equipos.

Como le digo, se supone que pagando el rescate se obtiene una llave para recuperar los archivos capturados. Sin embargo, Marcus Hutchins, el joven investigador digital del Reino Unido –de solo 22 años de edad y que casi que por accidente detuvo el ataque de mayo pasado-, advirtió en su cuenta de Twitter (@MalwareTechBlog) que no debe pagarse ese rescate porque de todas maneras NO se recuperan los archivos encriptados.

Dicho de otro modo, una vez infectada una computadora, queda poco por hacer. La ventaja es que un equipo contaminado sólo queda bloqueado hasta ser reiniciado, lo que da tiempo para proteger la información si se sospecha que ha sido atacado.

Asimismo, Hutchins destaca que NotPetya –contrario a lo que se cree- podría resultar MENOS infeccioso que Wannacry debido a que su expansión se encontraría limitada sólo a dispositivos conectados en su red local. Hasta el momento, no está confirmado tampoco que se transmita también como correo electrónico ‘spam’. Eso sí, el investigador británico matiza advirtiendo que NotPetya podría también escapar de una red usando el ‘exploit’ EternalBlue, como lo hace Wannacry, pero esto hasta ahora es teoría.

Con todo lo anterior, no sobra recordar que más vale respaldar siempre fuera de la computadora personal la información más importante en caso de emergencia, mantener activas las actualizaciones del sistema operativo del equipo, no abrir correos electrónicos sospechosos, tener cuidado con los archivos compartidos en redes locales y tratar en la medida de lo posible, no tener equipos obsoletos ya que no reciben las actualizaciones de seguridad.

La información se sigue generando, por lo que hay que mantenerse atentos. Eso sí, lo que está pasando sirve de recordatorio de que buenas oportunidades de inversión en el sector de ciberseguridad, se siguen ‘cocinando’. Los ataques seguirán y mucho dinero público y privado se invertirá para contrarrestarlos, beneficiando a muchas empresas tecnológicas. En Top Money Report, le mantenemos al tanto de estas oportunidades.

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Una ‘bala de plata’ contra la inflación

Recordará que con cifras del INEGI, la tasa de inflación anual al corte de mayo pasado, fue de 6.16 por ciento. Ese nivel de inflación fue el más alto que se ha visto desde 2009.

La inflación tocó fondo en un nivel mínimo de 2.13 por ciento a tasa anual, en diciembre de 2015, y prácticamente desde entonces inició su racha alcista.

Un factor que ha influido mucho en el aumento de los precios es sin duda alguna el tipo de cambio. Gracias a que éste desde el 20 de enero en que Trump tomó posesión del cargo, ha comenzado a bajar de 22 hasta los poco más de 18.10 pesos por dólar en que cotiza hoy, es previsible que las presiones inflacionarias tiendan a disminuir en la segunda mitad del año.

De todos modos, ahora que es evidente que la inflación comienza a ser un problema, es un excelente momento para desempolvar una propuesta que lleva bastantes años en el olvido por parte, tanto del gobierno, como de los legisladores y el Banco de México, que la han mantenido en la congeladora legislativa. Me refiero a la propuesta de dar un valor estable a la onza de plata Libertad en el país.

México es el principal productor global de plata, pero este honroso lugar sería mejor aprovechado si –además de la ya existente monetización que existe en términos de la Ley Monetaria del país-, la aprovecháramos para proteger de mejor manera el ahorro familiar de los mexicanos.

El autor original de la propuesta es el empresario Hugo Salinas Price, que por décadas ha sido un promotor y defensor del dinero honesto, frente al peso fiduciario que no tiene un respaldo de valor real.

No se trata ni de crear un inviable ‘patrón plata’ –es decir, de respaldar al peso en este metal-, ni de desaparecer los pesos que usamos en la actualidad. Tampoco de acuñar monedas con plata y ponerlas a circular como se hacía antes.

Esos intentos fracasan justo porque a causa de la inflación, llega el punto en que la moneda vale más por el metal fino que contiene que por su valor nominal grabado en la moneda.

Esto provoca que termine en las fundiciones para ser vendido. Para ilustrar: si usted tiene una moneda que vale dos pesos en metal, pero que dice en su reverso que vale un peso nada más, es probable que prefiera venderla para sacarle ese beneficio y embolsárselo.

Por eso la propuesta de Salinas Price es diferente. Consiste en que Banco de México fije un valor para la moneda de plata, que sea ligeramente mayor que su valor en metal precioso (que se fija en el mercado internacional), y que no lo tenga grabado en ninguna de sus caras, así como en el diseño de las monedas Libertad.

Si la inflación o el precio de la plata suben, Banxico tendría que ajustar al alza el valor fijado de la moneda y dejarlo ahí estable (incluso si la plata cae de precio en el mercado) hasta que, otra vez, por inflación o por alza del precio del metal, tuviera que volver a escalar su valor.

De este modo, nunca se iría a la fundición y sí se estimularía y se protegería el ahorro familiar de los mexicanos que invirtieran en ellas, porque a diferencia de los pesos –que si los guarda ‘debajo del colchón’ pierden valor día con día-, usted dormiría tranquilo sabiendo que su ahorro en plata lo va a mantener a flote porque va a conservar su poder de compra a pesar de los años.

Esto es algo que nadie en el mundo ha hecho y que pondría a México a la vanguardia, sin contar que además se aprovecharía más y mejor la plata que aquí se produce. Vamos a insistir de nuevo en este tema, ojalá que antes de que se vaya, ahora sí el Dr. Carstens nos tome en cuenta.

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Criptodivisas: ¿reventó la burbuja?

El tema de las criptomonedas es importante pero aún casi por completo desconocido para la mayoría de los mexicanos: las criptomonedas o criptodivisas. ¿Qué son? Una nueva forma de dinero virtual, que ya está siendo usada por miles de personas alrededor del mundo, y que cada día será más familiar para todos, pero en especial, para los más jóvenes, que están muy acostumbrados a la tecnología.

La primera y hasta el momento más popular de todas las criptomonedas es Bitcoin. ¿Qué tiene en común con las divisas fíat como el dólar, el peso, el euro, etc.? Que se comercian en el mercado y así los inversionistas van negociando su valor, que va fluctuando.

Una diferencia esencial es que las monedas de países son emitidas y hasta cierto punto su volatilidad es manejada por los bancos centrales, mientras que las divisas virtuales no tienen una autoridad gubernamental que las emita o controle. Hasta el momento son privadas y descentralizadas.

El problema con esto es que su volatilidad es todavía extrema, y así un día pueden dispararse de precio y al siguiente desplomarse.

Este año por ejemplo, el precio de Bitcoin se ha ido por los cielos. Empezó 2017 en 973 dólares, y llegó a un máximo histórico por encima de USD 3 mil. Hoy sin embargo, con el desplome que ha sufrido desde entonces, al cierre de este artículo su precio es de poco más de 2 mil 180 dólares, una caída de más de 27 por ciento en cuatro días.

Otra diferencia que tienen las criptomonedas con las divisas oficiales, es que usted puede comprar fracciones tan pequeñas de Bitcoin como una cienmillonésima, es decir, desde unos cuantos pesos o dólares puede ya comprar bitcoin en las distintas bolsas de intercambio que existen en Internet.

Claro, Bitcoin y muchas otras criptomonedas se han disparado tanto este año, que la mayoría de la gente las está comprando no por su todavía muy limitado uso para comprar bienes y servicios, sino como especulación, como una forma de ganar dinero rápido con la esperanza de que siga subiendo.

Hay que tener cuidado porque NO existe garantía alguna de que así sea, como sí el potencial de que pierdan por completo su valor.

En este espacio desde el mes pasado advertimos que las criptomonedas se encuentran en fase de burbuja, sin que eso signifique que no puedan seguir subiendo a niveles insospechados.

Así se suelen comportar las burbujas, son de duración y alturas indeterminadas, y en el camino se presentan correcciones (bajas) temporales hasta la explosión final (para conocer nuestro pronóstico sobre qué esperar en adelante para las criptomonedas, suscríbase gratis a Top Money Report).

A pesar de ello, la realidad es que las criptodivisas llegaron para quedarse, y es bueno ir conociendo a las más destacadas.

La segunda después de Bitcoin por valor de capitalización, es decir, por lo que en este momento valen todas sus unidades en circulación, es Ethereum.

El caso de Ethereum es todavía más espectacular que el de Bitcoin, pues su precio se disparó de 8 dólares al inicio de este año, a los más de 400 dólares a los que llegó hace unos días. Al igual que Bitcoin su precio se desplomó tras alcanzar su récord, y se vende al corte de este artículo en alrededor de 300 dólares.

Algunos analistas estiman que en cuestión de semanas o meses, Ethereum podría superar el valor de capitalización de Bitcoin y convertirse así en la criptomoneda más importante. De hecho, el porcentaje de dominancia de Bitcoin no ha dejado de caer, el de Ethereum de subir y el de Ripple –la tercera criptomoneda por valor de capitalización-, se desinfló.

Una nota relevante es que la semana pasada el presidente de Rusia, Vladimir Putin se reunió con el fundador de Ethereum, Vitalik Buterin.

Putin dice que Ethereum puede ayudar a diversificar la economía de su país más allá del petróleo y el gas. Asegura que la economía digital es “la base para crear completamente nuevos modelos de negocio”, y estamos de acuerdo.

En el caso de Rusia es además una oportunidad para no ser tan vulnerable a los centralizados sistemas bancarios dominados y controlados por Estados Unidos y sus aliados.

Las criptomonedas, gracias a la tecnología de cadena de bloques o blockchain en que se basan, permiten hacer operaciones de forma directa entre personas o empresas en cualquier parte del mundo, de manera muy segura, rápida y por lo general a bajo costo.

Esta es una buena noticia para personas que hacen envíos de remesas o pagos internacionales, que cada día necesitarán menos de costosos intermediarios como los bancos.

En fin, Internet seguirá cambiando nuestras vidas y la economía de maneras inimaginables, y como el cambio no se puede detener, lo mejor es adaptarnos lo más rápido posible. Las criptomonedas son un buen ejemplo de ello.

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El peso, un ‘campeón’ de corto plazo

Hubo un gran ganador de las elecciones locales del pasado domingo, y no me refiero a ningún candidato o partido político como podría pensarse, sino al peso mexicano. Si echamos un vistazo al gráfico de la cotización de nuestra moneda frente al dólar estadounidense desde hace un año, vemos dos importantes movimientos muy marcados: el primero es un gran salto vertical al alza el 8 de noviembre pasado, fecha de la elección de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

Desde esa noche y hasta el 20 de enero en que tomó posesión del cargo, el peso cayó de los 18.30 pesos hasta los 22 pesos por billete verde, su máximo histórico. Pero el segundo movimiento es una baja consistente que, como le digo, se reforzó a partir de los resultados electorales del domingo.

¿A qué se debe esto? Bueno, había cierto nerviosismo más que justificado de parte de algunos inversionistas, porque el triunfo de la candidata de Morena en el Estado de México, Delfina Gómez, hubiese generado la sensación de que el presidente de ese partido, Andrés Manuel López Obrador, tendría casi casi un pie puesto en Los Pinos en las elecciones presidenciales de 2018.

Dado que López Obrador se ha manifestado en contra de reformas muy importantes como la Reforma Energética, y a que ideológicamente Morena es muy cercano (por no decir idéntico) al populismo de izquierdas que se aplica en países como Venezuela, y que conducen de manera acelerada a la ruina de cualquier economía, su derrota del domingo ha servido para fortalecer al peso.

Lo que no es bueno para Morena sí lo es para México.

Ayer incluso el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dijo que la reacción de los mercados a los resultados electorales había sido ‘clara y contundente’, y esta vez estamos de acuerdo.

Ahora bien, qué bueno que el peso esté en niveles mínimos que no habíamos visto en casi 10 meses, y de hecho, el precio del dólar podría seguir bajando más ante el exagerado optimismo que hay de que Donald Trump será más ‘flexible’ en la renegociación del TLCAN.

La especulación, que antes le jugó una mala pasada al peso, ahora apuesta en su favor. En ambos casos exagera la realidad y las expectativas.

Una óptica más realista es que todavía hay mucha incertidumbre en los meses por venir, y en definitiva no podemos cantar victoria ni descartar todavía un escenario desfavorable para México en esa renegociación, que afectaría a la economía mexicana en general, al peso y a la inflación.

Además, como le he adelantado en este espacio, una nueva recesión en Estados Unidos está cada vez más cerca –quizá el próximo año o dos-, y cuando llegue, como siempre, se harán sentir los efectos muy fuerte en nuestro país. No es cuestión de si sucederá o no, sino de cuándo.

En suma, aprovechemos mientras dure la recuperación del peso y ojalá que bajen con esto las presiones inflacionarias como espera el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, pero no perdamos de vista que los riesgos para la economía nacional siguen estando ahí.

México llegará más débil a la próxima crisis

El martes el gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, dijo que la inflación “no está desanclada” ni “fuera de control”, a pesar de que ya cumplió 10 meses consecutivos de precios al alza. Cabe recordar que la inflación acumulada en los 12 meses anteriores, al corte de la primera quincena de mayo fue de 6.17 por ciento, un máximo de 8 años, y que al ritmo que trae de aceleración no tarda en rebasar los niveles críticos que vivimos durante la Gran Recesión de 2009.

¿Qué está catapultando la inflación? Aunque no faltaron analistas y autoridades que dijeron que la depreciación del tipo de cambio ‘no importaba’, lo cierto es que el alza del dólar sí es el principal factor que ha disparado los precios.

Como sabe, desde el triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos en noviembre pasado, el tipo de cambio se disparó por primera vez arriba de los 20 pesos y llegó hasta los 22.

Sin embargo, la realidad es que la caída del peso frente al dólar comenzó a ser una constante por lo menos desde mediados de 2013. Así que ya traíamos una carga pesada que, desde finales de 2016, se comenzó a acelerar. En este espacio le advertimos muy a tiempo que la inflación comenzaría a ser un problema y así ha sido.

En su momento por eso le recomendamos comprar activos como el propio dólar, monedas de oro y plata entre otros, para proteger sus ahorros de la pérdida de poder adquisitivo que sufrirían si los dejaba en pesos. Pues bien, no es tarde todavía.

Aunque el dólar se vende hoy en 18.60 pesos en el mercado interbancario, este abaratamiento que ha tenido desde que Trump tomó posesión del cargo el 20 de enero, no va a durar mucho.

Por eso, le volvemos a recomendar que salga a tiempo del peso hacia refugios financieros más seguros. En este espacio le mantendremos informado, pero lo que es un hecho, es que quedarse invertido en nuestra moneda no es una buena alternativa (sepa cuáles sí lo son en el Top Money Report).

El propio secretario de Hacienda, José Antonio Meade, dijo esta semana que perciben que “en general la evolución del tipo de cambio es favorable y positiva”, pero también que “siguen habiendo condiciones de volatilidad que obligan a ser cautos, cuidadosos y responsables”.

Lo que en español eso significa es que incluso las autoridades financieras del país anticipan nuevos episodios de alza en el dólar que seguirán presionando la inflación.

La pregunta es ¿qué debe hacer el gobierno? Bueno, cerrar más la llave del gasto.

Sí, en la Secretaría de Hacienda les gusta presumir como ‘gran logro’ que de enero a abril de este año, el gasto neto presupuestario fue inferior a lo previsto en 47.1 mil millones de pesos, menor en 2.3 por ciento en términos reales respecto al mismo periodo de 2016.

Con ello, el balance primario mostró un superávit de 495.8 mil millones de pesos, en línea con lo que se han propuesto para disminuir el Saldo Histórico de los Requerimientos Financieros del Sector Público (SHRFSP) de 50.2 por ciento en 2016, a 48 por ciento del PIB al cierre de 2017, ya considerando el multimillonario Remanente de Operación del Banco de México (Banxico).

El pero es que ‘superávit primario’ NO es ni siquiera un equilibrio fiscal, sino un menor déficit cuando no se considera el servicio de la deuda. Esto, sumado al excesivo optimismo en las expectativas de crecimiento y a una inminente recesión el próximo año o dos en EE.UU, el ritmo de reducción actual del gasto resultará insuficiente, se incumplirán las metas de disminución del SHRFSP, y entraremos a la próxima crisis en una situación más débil.

Sigue haciendo falta un mayor esfuerzo fiscal, y que al mismo tiempo, Banxico continúe acompañando con alzas de las tasas de interés para contraer el excesivo crédito.

Carstens confía en que se detendrá la tendencia ascendente de la inflación hacia finales de año y en 2018, pero si se cumplen nuestros pronósticos –bastante realistas-, hay un riesgo considerable de que no hayamos visto lo peor en el alza de precios.

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Pero, ¿no que la depreciación ‘no importaba’?

El lunes, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ratificó la línea de crédito flexible que tiene para México 62.389 mil millones de Derechos Especiales de Giro (DEGs), unos 86 mil millones de dólares al día del anuncio. Hay que aclarar que esto no significa ya nos estemos endeudando por ese monto, sino que es como si nos concediera esa institución una ‘tarjeta de crédito’ que podremos utilizar en caso de emergencia.

Dicho monto se suma a las reservas internacionales del Banco de México (Banxico) de poco más de 175 mil mdd, que sirven para absorber impactos financieros del exterior.

De forma coincidente también ayer el precio del dólar cayó a un mínimo de 5 semanas al cotizar en los 18.62 pesos en el mercado interbancario, y por primera vez en 5 años, esta semana la Secretaría de Hacienda subió su estimado de crecimiento del PIB para 2017 a un rango entre 1.5 y 2.5 por ciento. Así que en apariencia las cosas se están tranquilizando para bien en los mercados.

Es falso como algunos dicen por ahí que México esté atravesando una crisis económica en estos momentos. Todavía no. Hay sí una crisis muy seria en materia de seguridad, corrupción e impunidad que tiene que atenderse de manera urgente, pero la economía –aunque no lo suficiente-, sigue caminando.

Ahora, debemos ver más allá del día de hoy y advertir los riesgos que se vienen para la segunda mitad de este año.

Como ya lo comentó Arturo Damm ayer en su artículo ‘Actividad Económica: de mal en peor’, según el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE), con cifras desestacionalizadas –las que deben tomarse para comparar-, en términos anuales este año México tuvo en marzo pasado un crecimiento de 2 por ciento, inferior al 2.4 de 2016 y al 2.6 de 2015.

En términos mensuales –también al corte de marzo-, la actividad económica decreció 0.2 por ciento, igual que en 2016 y peor que en 2015 cuando el crecimiento fue de 0.0 por ciento.

Marzo como ve fue bastante malo, peor incluso en términos mensuales con respecto a enero y febrero, cuando la actividad económica creció 0.2 y menos 0.1 por ciento, respectivamente.

En suma, podemos advertir una cierta tendencia de la actividad económica a la baja, a pesar del optimismo de algunos analistas y de las autoridades del país que revisan sus expectativas al alza.

En unos cuantos meses pasamos del pesimismo total –tras el triunfo de Trump en las elecciones presidenciales de EU-, al optimismo extremo, y de los dos, la verdad, el más peligroso es el optimismo exagerado porque a muchos les hace bajar la guardia.

Aunque no haya crisis TODAVÍA, no debe perderse de vista que la inflación está en máximos de 8 años, en 6.17 por ciento a tasa anual a la primera quincena de mayo. ¿Se acuerda que algunos decían que la depreciación cambiaria no importaba porque la inflación se mantenía baja? Bueno, es el problema de no ver más allá de las propias narices.

La realidad es que el alza de precios daña en automático el poder adquisitivo de nuestros ahorros e ingresos.

Por eso a pesar de las críticas que ha recibido, Banxico actuó bien al seguir subiendo su objetivo de tasa de interés que ya está en 6.75 por ciento, pero que en términos reales sigue siendo muy baja. Eso deja aún manga amplia para futuras y paulatinas alzas.

La abundancia de crédito barato que ha habido durante los últimos años y que nos hizo crecer tras la Gran Recesión, tiene que llegar a su fin, pues no hay crecimiento sostenible con base en lo que no puede crecer para siempre: el endeudamiento –tanto público como privado-.

Por si esos factores fueran poco, Estados Unidos ya va tarde para una nueva recesión. Ese país vive desde 2009 el segundo período más largo de crecimiento sin caída del PIB desde la Gran Depresión, por lo que una recaída es cuestión de tiempo y está cada vez más cerca.

Cuando les llegue a nuestros vecinos del norte, como siempre, México será arrastrado –ahora sí- a una nueva crisis y recesión. Mucho ojo sobre los índices bursátiles que serán los primeros en sufrir.

No estamos todavía en una tormenta, pero el pronóstico del clima económico para los próximos meses es de irse preparando para el aguacero.

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El mayor ciberataque de la historia (y vienen más)

El viernes comenzó el que ya es catalogado como el mayor ciberataque de la historia. Hay que ponerle mucha atención porque ha tenido un impacto significativo por sí mismo, pero sobre todo, porque puede ser sólo la punta de un iceberg de mayores y peligrosos ataques.

Para quien todavía no sepa bien lo que pasó, los atacantes usaron un virus del tipo ‘ransomware’, que ‘secuestraba’ la información del equipo y colocaba un aviso en pantalla de diciendo que tenía encriptados los archivos, y para liberarlos, pedía el pago de un ‘rescate’ de 300 dólares pero pagados en Bitcoin, la criptomoneda.

Este programa malicioso llamado ‘Wannacry’, no es ninguna broma. De hecho, la infección se extendió a decenas de miles de equipos en 99 países, incluido México, donde ha golpeado a empresas de todo tipo.

Por suerte, luego del pánico inicial, un joven investigador de sólo 22 años, localizado en el Reino Unido, pudo en principio por accidente, detener el ciberataque. Esto lo hizo al descubrir que un dominio web usado por los atacantes no estaba registrado, lo registró por poco más de 10 dólares y en respuesta, al tomar control de él, la expansión quedó neutralizada. No era la intención inicial detener el ataque sino la de rastrear el origen, pero lo logró.

Claro, eso no pudo hacer anda contra equipos ya infectados, que metieron en graves problemas a casi 50 hospitales en Gran Bretaña, y donde se puso en riesgo la vida de pacientes cuyas operaciones tuvieron incluso que ser canceladas.

Ahora. ¿Qué es lo que casi no se dice de este ataque? Que el virus NO ataca a los modernos, actualizados y más seguros sistemas operativos Windows que funcionan en las computadoras más nuevas, sino que fue básicamente diseñado para atacar versiones antiguas de Windows –como Windows XP que fue lanzado en 2001-, justo porque ya ni siquiera reciben actualizaciones.

Es decir, que a estas alturas en 2017 aún hay muchísimas computadoras obsoletas que funcionan con software muy viejo, tanto, que Microsoft ya ni siquiera provee las actualizaciones de seguridad que le comento.

No es de sorprender que grandes corporaciones y dependencias burocráticas hayan sido las más afectadas, pues suelen ser lentas en la renovación de sus equipos y programas.

Lo peor de todo no es eso, sino que este ataque fue posible gracias a una filtración de una entidad llamada Shadow Brokers, que filtró herramientas (por no llamarles armas, pero eso son) diseñadas por la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos –la NSA-, para atacar y espiar a personas y empresas.

O sea, le robaron a esa agencia de espionaje un poderoso armamento de software, que ahora hackers están usando contra todo el mundo.

Brad Smith, presidente y representante legal de Microsoft, culpó a la NSA y dijo que es como si al ejército estadounidense los criminales le hubieran robado misiles Tomahawk para sus ataques. Algo tan indignante como inaceptable.

Ahora bien. Este ciberataque global debe llamarnos la atención sobre el tema de la seguridad y la vulnerabilidad de la red, pues aunque es de la mayor importancia, no recibe el cuidado debido de los posibles afectados, que podemos ser todos.

Esto es más una constante que la excepción en el mundo.

Juan Carlos Carrillo, director de la Práctica de Ciberseguridad y Privacidad de PwC México, citado por El Economista, considera que el 90% de las empresas locales son vulnerables a un ciberataque. “Aplicar parches, respaldar información, bloquear puertos específicos, analizar correos electrónicos entrantes y educar al personal para no aceptar correos electrónicos de desconocidos evitaría problemas y, lo mejor, sin invertir grandes recursos”, explicó para ese diario.

No obstante, la inversión en ciberseguridad será cada día más considerada –como debe ser- como prioritaria.

Incluso Warren Buffett, el inversor más famoso y uno de los hombres más ricos del orbe, dijo a principios de este mes ante accionistas de su compañía Berkshire Hathaway, que consideraba a los ataques cibernéticos como una mayor amenaza para la humanidad que un ataque nuclear.

Estamos de acuerdo. En este mundo cada vez más conectado, hay que tener tantas precauciones en la calle como en Internet, porque este tipo de ataques cada vez serán más frecuentes y severos contra bancos, empresas de telecomunicaciones, infraestructura estratégica, etc.

Quizá la Tercera Guerra Mundial ya haya comenzado en el mundo virtual, y apenas nos estemos dando cuenta.

Para mantenerse al día con las oportunidades de inversión que abre el tema de la ciberseguridad, lo invito a suscribirse gratis a nuestro boletín Top Money Report, solicitándolo en [email protected].

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La burbuja de las Criptodivisas

Quizá haya escuchado todavía poco o nada acerca de las llamadas criptodivisas o criptomonedas –pero cada vez escuchará más-, de las cuales, la más popular es aún el Bitcoin. Esta moneda virtual no es una sino tres cosas a la vez: una divisa digital, un protocolo y un software, ligados para realizar transacciones punto a punto en todo el mundo, con bajos o nulos costos de procesamiento.

Esto es, que se puede hacer operaciones de una manera tan sencilla, como envío de remesas o un pago, desde su computadora o celular aquí mismo dentro de México, o hacia China, Europa, Estados Unidos, en fin, a cualquier parte del mundo de manera directa sin tener que pasar por costosos intermediarios como los bancos.

Usted manda bitcoins y al instante los recibe alguien más, una operación uno a uno a un costo insignificante.

Esta tecnología se basa en un avance tecnológico muy revolucionario llamado la cadena de bloques o ‘blockchain’, que es una red enorme de computadoras que confirman cada operación y la registran, como un eslabón inviolable que queda establecido para siempre.

En otro momento le hablaré más de esta cadena de bloques, pero le adelanto que es gracias a que es tan segura, que usted ya no tiene que recurrir al sistema financiero tradicional para mandar su dinero a otra persona. Los alcances que puede tener la ‘blockchain’ rebasan por mucho los de Bitcoin, y no por nada, los bancos centrales han visto en ella la oportunidad de ‘plagiar’ la idea para emplearla en el desarrollo de sus propias criptomonedas al servicio del sistema bancario, pero ese es otro tema al que ya nos hemos referido en este blog de Inteligencia Financiera Global.

Ahora, como Bitcoin y las demás criptmonedas son virtuales, debe usted comprarlas en alguno de los muchos mercados que existen de ellas alrededor del mundo, accesibles todas a través de Internet. La oferta y la demanda van determinando los precios de las criptomonedas a lo largo del tiempo, igual que por ejemplo el tipo de cambio peso- dólar.

A propósito de su precio, esto es lo que en las últimas semanas ha llamado la atención de muchos inversores. Y no es para menos. Veamos la gráfica del Bitcoin desde hace un año.

Hoy alcanzó ya un nuevo máximo histórico de 1,781 USD, pero desde su mínimo de este año en enero, se ha disparado más de 120 por ciento. Otras criptodivisas incluso se han disparado (y desplomado) mucho más agresivamente.

Sí, como puede ver, Bitcoin ha tenido fuertes alzas pero también caídas, lo que significa que los inversores pueden perder mucho dinero si invierten en estos momentos tan volátiles.

Hay casos por ejemplo como Ripple, criptodivisa cuyo precio esta semana se disparó el lunes 60 por ciento, para luego colapsar al mismo precio que tenía un día antes. Es por eso que este tipo de activos, que atraen mucho en especial a los inversionistas más jóvenes, deben ser tomados con mucha cautela.

Ya están encendidas varias señales de que se están inflando en una burbuja especulativa que sí, podría seguirse inflando a niveles insospechados, pero también estallar en cualquier momento. El índice VIX de volatilidad está en mínimos históricos, mientras el mercado de criptodivisas está que arde. Algo no marcha bien. Esta euforia terminará mal, como todas.

La recomendación inteligente es comprar un activo cuando está barato, no cuando está caro y el riesgo de desplome es mayor.

Es una pena pero, los inversores caen una y otra vez en la trampa de la codicia, y miran con más atención y ansían entrar a aquel mercado que hace nuevos máximos, y desprecian históricas oportunidades de compra en valor en activos como la plata, cuyo nivel de subvaluación a los precios de hoy, ¡es brutal!

Así que tenga mucha cautela, y manténgase al día en materia de las mejores señales de oportunidad y advertencias de peligro en los mercados financieros con nuestro boletín gratuito Top Money Report.

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La plata, en oportunidad de compra

La dupla de metales preciosos monetarios ha estado bajo ataque en días recientes. Los precios del oro y la plata han caído este miércoles de manera importante, hasta un mínimo de cuatro semanas y de cuatro meses, respectivamente. El oro perdió 1.44 por ciento, mientras que su compañera la plata más de 1.90 por ciento.

Debido a que el tipo de cambio peso/dólar ha perdido presión –lo que ha permitido que el billete verde cotice por debajo de los 19 pesos-, la plata ha alcanzado ya en moneda nacional niveles de oportunidad de compra no vistos desde abril de 2016.

En Banco Azteca –el mayor distribuidor de onzas de plata de la serie Libertad en el país-, la moneda se vendió en 376 pesos, mientras que en Banamex, el centenario se mantuvo en 30 mil pesos a la venta. No bajó.

Llamamos la atención sobre la reina de los metales, porque nuestros lectores a menudo nos consultan sobre ‘el momento’ ideal para comprar en físico.

A decir verdad, si por ‘el momento’ se entiende el punto más bajo del mercado, a partir del cual los precios se van a ir para arriba de forma permanente, muy pocos tienen la suerte de tomarlo. La realidad es que NADIE sabe ni puede saber de antemano cuándo las cotizaciones tocarán el piso definitivo.

En vez de tratar de adivinar ‘el momento’, es mucho más inteligente aprovechar los períodos en que se encuentra a precios convenientes desde la óptica de la inversión en valor, con una estrategia de acumular para el mediano y largo plazos.

Si en cambio lo que quiere es buscar ganancias capitales de corto plazo a través del ‘trading’, el oro y la plata físicos no son el medio ideal debido a los amplios diferenciales en las cotizaciones a la compra y a la venta, y claro, a la dificultad de transportar tan altos valores de un sitio a otro para fines sólo de especulación. Es inviable.

Asimismo, la ratio precio del oro/precio de la plata, con la que se puede medir qué tan cara o barata está la plata respecto a su compañero monetario, está también casi en máximos de un año. Si considera que tiene oro de más, no es mal momento para cambiar algo de éste por plata, que sin lugar a dudas, su nivel de subvaluación la convierte en una mejor apuesta de inversión y con menor riesgo.

En suma, la plata está en precios de ganga en dólares pero sobre todo, en pesos.

Acumule sobre una base periódica para que de este modo, sea que suba o baje más en el futuro próximo, obtenga usted un precio promedio conveniente.

No olvide que el grado de negociabilidad varía de una forma a otra tanto en el oro como en la plata físicos. La más líquida y por tanto la más conveniente de todas para la mayoría de inversores y ahorradores, es la forma amonedada.

Las onzas de la serie Libertad de plata y oro, tienen además la particularidad de gozar de curso legal de acuerdo a la Ley Monetaria, por lo que son las más recomendables de adquirir.

Para mantenerse al día con esta y otras informaciones relevantes del mundo financiero, sea inversionista o especulador, solicite gratis su suscripción a nuestro boletín Top Money Report en [email protected].

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El Peso vs. Dólar y Trump

En materia de tipo de cambio peso-dólar, pasamos en sólo algunas semanas del total pesimismo al exagerado optimismo. Los extremos de este tipo en los mercados no suelen ser nada buenos, porque nublan la razón y los inversionistas pierden de vista el bosque completo por quedarse mirando nada más un árbol.

Vamos a ver en esta primera gráfica el precio del dólar en pesos, donde apreciamos el enorme salto que sufrió como consecuencia del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales estadounidenses del 8 de noviembre pasado.

El tipo de cambio FIX que determina diariamente el Banco de México, pasó de los 18.50 pesos por dólar a casi 22 pesos, entre el día de la elección y hasta un día antes de su toma de posesión el 20 de enero.

Pero como también vemos en el gráfico, contrario a lo que algunos esperaban, el tipo de cambio casi no ha dejado de apreciarse o sea, el dólar ha mantenido una tendencia a la baja en pesos desde que Trump llegó a la Casa Blanca. ¿A qué se debe esto? A varios factores entre los que debe contar la serie de tropiezos y dolorosos fracasos que desde entonces ha sufrido el presidente de Estados Unidos.

Ya en el poder le está quedando claro que NO podrá hacer lo que se le dé la gana, que en el Congreso y hasta al interior de su propio partido, el republicano, hay oposición a propuestas suyas como las del muro en la frontera con México (que parece ya haber quedado enterrado), la reforma al llamado ‘Obamacare’, los impuestos fronterizos, la renegociación proteccionista del TLCAN, etc.

Claro, como le digo, esto ha llevado a algunos a pensar que lo peor ya ha pasado y que en el futuro veremos un dólar cada día más barato. Sin embargo, veamos ahora esta segunda gráfica del tipo de cambio desde agosto de 2011, fecha en que los bancos centrales del mundo por primera vez en la historia comenzaron a recortar sus reservas internacionales de divisas.

Aquí la tendencia del dólar al alza es mucho más que clara. Ahora sí vemos el bosque y no nada más el árbol.

El peso mexicano es una divisa muy frágil cuya tendencia a perder valor no tiene nada que ver con Donald Trump, y sí con debilidades internas como el excesivo y deficitario gasto del gobierno, el endeudamiento creciente, la inseguridad y la impunidad imperantes, en fin.

En agosto de 2011 el dólar costaba poco más de 12 pesos, y debo decirle que ni siquiera en el más optimista de los escenarios se vislumbra que podamos regresar a esos niveles.  Hoy se cotiza ya en más de 19 pesos en el mercado interbancario. El peso está sobrecomprado, por lo que es de esperar un rebote aún mayor en el dólar.

Hay además señales recientes que siguen preocupando, como la elevada inflación, que en la primera quincena de abril fue de 5.62 por ciento a tasa anual, la más alta desde 2009, año de la Gran Recesión.

Así que ya sea por la vía externa o por el alza de precios interna, el poder adquisitivo de nuestra moneda sigue cayendo.

¿Qué podemos esperar? En adelante, el dólar se seguirá moviendo más en función de qué tan bien o mal le vaya a Trump ahora con su reforma fiscal; de si la Reserva Federal estadunidense sigue subiendo las tasas de interés; de si llega a haber una indeseable guerra con Corea del Norte, etc.

Los deseos de Trump se contraponen entre sí: ha sido explícito en que quiere un dólar débil, pero si acaso se sale con la suya en materia fiscal y comercial (algo que se ve complicado pero no imposible), el dólar tenderá a fortalecerse.

Veremos qué es lo que pasa en lo externo. Mientras tanto, la tendencia mayor de largo plazo para el peso –pese a ‘descansos’ en el camino- seguirá siendo de devaluación por las razones internas que aquí hemos señalado, y que no se ve por dónde puedan cambiar.

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Un abuso (mucho) peor que el de United

A todos nos indignó el trato que la aerolínea United dio a un pasajero al que echó del avión tras haber sobrevendido un vuelo, y del que vimos un video que se volvió viral. Sin embargo, a diario somos víctimas de un abuso que, por mucho, supera al de cualquier aerolínea. Me refiero al del fraudulento sistema monetario y bancario vigente.

Este tema como sabrá, amable lector, es recurrente en este blog, pero esta semana también lo ha tocado Simon Black en su portal Sovereignman.com.

Black enumera cinco puntos que son contundentes.

  • Los bancos, con la ley en la mano, te tratan como delincuente. Es cierto. Pone como ejemplo el tratar de retirar de una cuenta propia 20 mil dólares (imagine su equivalente en pesos) en efectivo, y encontrará una serie de trabas y preguntas para recuperar lo que es de SU propiedad.

United, dice Black, trató como sospechoso de algún delito a su pasajero, mientras la banca hace lo mismo a diario con millones de personas sin que digan nada.

  • Los bancos te cobran por todo. Algunas líneas aéreas te cobran por separado servicios como el de escoger tu asiento, documentar equipaje, etc., pero en la banca, dice el analista, cobran elevadas comisiones y otros cargos hasta por transferencias de envío y recepción de dinero que no les cuestan prácticamente nada gracias a las computadoras.
  • La ‘sobreventa’ es cosa de todos los días en la banca, pues gozan del uso y abuso de la filosa arma de la reserva fraccionaria, gracias a la cual sólo tienen que conservar una mínima parte de los depósitos que reciben del público mientras prestan el resto para obtener jugosas ganancias. Esto no es problema, subraya Black, hasta que como en el caso de United, llegan todos los pasajeros que se esperaba que no llegaran. ‘Los bancos de manera rutinaria hacen préstamos y cobran intereses por dinero que en realidad no existe’, sentencia.

La sucesiva cadena de préstamos que luego regresan como depósitos a otros bancos, que a su vez guardan una mínima fracción para prestar el resto, es una cadena que siempre, no importa cuánto tarde, acaba por colapsar. De este modo, ‘el banco presta 2 millones de dólares de un simple depósito de 100 mil’, concluye.

  • Después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, el gobierno estadounidense inyectó 15 mil millones de dólares para ‘salvar’ a la industria aérea de pasajeros. Siete años después, los bancos fueron salvados por más de 1.7 millones de millones de dólares, más de 100 veces lo que recibieron las aerolíneas.

Black reclama que no importa qué tan estúpidas o riesgosas sean sus prácticas, los bancos esperan que los contribuyentes los salven y amenazan con ‘el fin del mundo’ en caso contrario. Sobra decir que en México, ha pasado lo mismo.

  • A pesar de lo anterior, los bancos continúan exprimiendo a sus clientes. Así como United recurrió a la fuerza contra su pasajero, los banqueros de manera constante se ven envueltos en escándalos de manipulación de tasas de interés, de precios de activos, de falsa contabilidad, etc.

Las líneas aéreas por lo menos compiten más por los clientes, dice Black, pero los bancos conspiran contra ellos formando verdaderos cárteles, y cuando los atrapan en actividades delictivas, muy pocos son los que pagan, y si acaso, con penas menores. La pura verdad.

Black contrasta la indignación de la gente por el vergonzoso y lamentable acto de United, con el silencio que la gente guarda contra el sistema financiero, al que poco entienden.

Lamenta que no haya muchas alternativas actuales al uso de aviones para trasladarse largas distancias en corto tiempo, pero sí que las hay al sistema bancario actual, como las plataformas peer-to-peer, servicios basados en la cadena de bloques, el dinero en efectivo y claro, los metales preciosos.

¿Será por eso que los bancos y sus cómplices en los gobiernos les tienen tanta aversión? Esa es mi pregunta de cierre, cuya respuesta, me parece más que obvia.

Que la lucha de los que estamos por la libertad, la competencia, los mercados libres y el dinero honesto nunca termine, pues sería hacerle a una mafia, un gran favor.

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Trump vs. Putin: la disputa por Siria

Hace justo una semana, antes del bombardeo estadounidense sobre Siria, le contaba que poderosos intereses de un grupo muy pequeño detrás de los gobernantes visibles que todos conocemos (leer aquí para mayores detalles), está más que interesado en sabotear cualquier posible acercamiento entre Washington y Moscú.

La razón es que dos súper potencias nucleares de mayoría cristiana, juntas, serían invencibles y trabajarían para asegurar la sobrevivencia de la cultura occidental y de uno de sus valores fundamentales: la libertad.

Ésta que debería ser una aspiración universal, se vuelve un obstáculo para aquel grupúsculo que aspira a la dominación del mundo y al sometimiento de todos los demás.

Y es que nadie que sea sometido puede ser o sentirse libre, como tampoco nadie que busque imponer su voluntad puede decirse defensor de la libertad.

Así que para que EU y Rusia fueran socios, haría falta que el gobierno del primero hiciera de lado toda política intervencionista en el exterior, y se limitara a defender a su país y a sus aliados de auténticas amenazas comunes, como el yihadismo (el mayor peligro para nuestra civilización).

Esto último por cierto, es en lo que ha insistido Moscú y lo Trump dijo que haría al llegar al poder.

Pues bien, dado que una unión ruso-americana traería los beneficios que le digo, se vuelve un estorbo para la política de la élite dominante en las sombras, cuyos tentáculos, alcanzan por supuesto la industria armamentística estadounidense, la energética y los grandes medios de comunicación.

No es casual pues que Trump haya sido objetivo directo de ataque frontal de dicha élite desde el primer día de su gobierno, y que lo arrastraran a un peligroso y humillante terreno de derrotas y frustraciones, que de continuar, pondrían en peligro su propia permanencia en el cargo. Eso sin embargo, ha quedado atrás.

La simbólica remoción de Steve Bannon –uno de los asesores más cercanos a Trump- del Consejo de Seguridad Nacional, sumado al bombardeo de Siria de la semana pasada, son evidencia clarísima de que el presidente estadounidense ha entendido los ‘mensajes sicilianos’ del poder en las sombras y capitulado ante ellos.

Por eso sin una investigación de por medio y sin pruebas inequívocas de que el gobierno sirio atacó con armas químicas a su propio pueblo en Idlib, Trump decidió que el culpable fue el presidente Assad.

No es aventurado anticipar que gracias a su nueva obediencia, quedarán atrás algunas de las investigaciones en contra de altos funcionarios de su gobierno, y que cesarán o disminuirán los ataques contra él en los medios de comunicación predominantes. Así, como por arte de magia, pasará de ser pintado como ‘un peligro para EU’, a un ‘patriota’, defensor de la ‘libertad’, de la ‘democracia’ y de los pueblos oprimidos. Puro cuento.

No es casual que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya adelantado que habrá más ataques de ‘falsa bandera’ como el de Idlib, que no tendrán otra intención que la de culpar al régimen de Bashar al-Assad, para con ello, tener la coartada perfecta para volverlo a atacar hasta derrocarlo.

Eliminar a Assad es crucial para que empresas energéticas estadounidenses y sus aliados, Arabia Saudita y Qatar (países que además han armado y financiado a los rebeldes sirios y al Estado Islámico, ISIS), puedan construir un ducto de petróleo y gas hacia Europa que atraviese ese país, y al que Assad se ha opuesto con respaldo de Rusia (ver gráfico cortesía de oil-price.net), que aprueba un ducto alterno desde Irán.

Moscú pues, no puede echarse para atrás: si Trump necea en tumbar a Assad, el peligro de guerra abierta EU-Rusia aumenta enormemente.

Si a esto agrega que parece inminente la apertura de otro frente en Corea del Norte, sobre el que podría recaer un intenso bombardeo americano en las próximas semanas como represalia por las amenazas de su líder Kim Jong-un de atacar con misiles nucleares a EU, el escenario global pinta para una posible inestabilidad prolongada por la guerra.

Aún no es tarde para calmar los ánimos, pero con el reciente sometimiento de Trump al Establishment, los peores escenarios –como el de una Guerra Mundial- son más que posibles. Hagamos votos para que eso no vuelva a pasar.

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El Oro y la Reforzada Alianza Rusia-China

Rusia y China continúan reforzando una alianza que, de hecho, debe su existencia a la desastrosa política exterior del ex presidente estadounidense Barack Obama. En este blog dimos seguimiento constante a esas continuas pifias que permitieron al presidente Vladimir Putin, ir siempre un paso adelante en el ajedrez geopolítico.

La cerrazón y hostilidad de Occidente, impulsada por la anterior administración de la Casa Blanca que insistió de manera absurda en acorralar a Rusia en Europa del Este mediante gobiernos afines –no por nada surgió el conflicto en Ucrania- concluyó con la imposición de fuertes sanciones contra la Federación Rusa, que la arrojaron a los brazos de Beijing.

La difícil relación que estos vecinos han tenido a lo largo de la historia se ha ido suavizando ante la necesidad de ambos por hacer frente a los intereses de Estados Unidos (EU) y sus aliados, bajo el viejo principio de que ‘el enemigo de mi enemigo, es mi amigo’.

Como podrá entenderse, haber orillado a una súper potencia militar como Rusia a aliarse a otra gran potencia naciente como China, es un error histórico que difícilmente podrá corregir Donald Trump, menos interesado (y hace bien) en entrar en constante conflicto con los rusos, y hasta acusado de haber sido apoyado por ellos para ganar las elecciones del 8 de noviembre pasado.

Por cierto, más allá de la profundidad de la influencia rusa en los comicios estadounidenses –algo que está pendiente de demostrarse-, lo cierto es que fueron la última gran batalla que selló con ‘broche de oro’ la guerra perdida de un incompetente Obama, que ni las manos pudo meter frente a Putin.

Lo anterior es relevante, porque luego de esa vergonzosa derrota, el establishment y los influyentes medios predominantes que controlan dan muestras claras de querer sabotear cualquier posibilidad de acercamiento o de distensión entre Washington y Moscú. Perversos intereses de muy alto nivel siguen teniendo la mira puesta en escalar las tensiones entre ambas, en vez enfrentar auténticos enemigos comunes, como el yihadismo.

Es complicado pensar en una alianza fuerte y definitiva entre EU y Rusia, pero lo cierto es que si se alcanzara algún día, sería invencible, abonaría más que ninguna otra a la paz en el planeta, complicaría el ascenso de China e imposibilitaría el avance de los radicalismos en el mundo, que ponen en verdadero peligro a los valores de libertad de la civilización occidental.

Quizá sea justo por eso que hay gente detrás del poder interesada en que jamás se consiga.

Mientras tanto, como le digo, Moscú y Beijing siguen fortaleciendo sus lazos.

El 16 de marzo pasado el banco central ruso abrió su primera oficina en el extranjero, en Beijing, con la intención de ‘darle la vuelta’ al dólar en sus relaciones y transacciones bilaterales. Asimismo, ampliarán la cooperación en materia de emisión de bonos en yuan, combate al lavado de dinero y al terrorismo, etc.

El Banco Popular de China (banco central) también ha nombrado ya al Banco Industrial y Comercial de ese país, en Moscú, como banco de compensación para pagos en yuanes.

Además, Vladimir Shapovalov, alto funcionario del banco central ruso citado por el South China Morning Post, dijo que se trabaja de manera conjunta en la elaboración de un memorando de entendimiento para resolver problemas técnicos en las importaciones de oro desde Rusia.

China y Rusia son el sexto y séptimo tenedores de reservas oficiales de oro del mundo, con 1,842.6 y 1,645.1 toneladas, respectivamente, al corte de marzo 2017. Hay sospechas fundadas para pensar que los chinos tienen cuando menos el doble, pero eso es lo de menos: China se ha consolidado en 2016 como el máximo consumidor del metal precioso en el mundo. No parará.

Así que la alianza sino-rusa seguirá avanzando con pies de oro, otra mala noticia para el dólar y su rol como moneda de reserva global que, sin falla, terminará perdiendo. El futuro sistema monetario tendrá de nuevo, un papel central para el oro. Rusos y chinos lo saben y se preparan para ello, mientras muchos en EU siguen dormidos en sus laureles.

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El espejo de EPN (o por qué la crisis no es ‘mental’)

Ayer ante un auditorio numeroso, el presidente Enrique Peña Nieto (EPN) hizo una lamentable declaración. Dijo: ‘quienes les digan que vivimos en un país que está en crisis, crisis es seguramente lo que pueden tener en sus mentes’. Justificó por ejemplo con que en México se está generando empleo, y que esa es una razón para que muchos migrantes estén prefiriendo regresar, antes que quedarse en Estados Unidos.

EPN tiene razón en que no estamos viviendo una crisis económica… todavía. El dólar que al menudeo alcanzó precios incluso por arriba de los 22 pesos –justo antes de la toma de posesión de Donald Trump- se ha desinflado gracias al propio mercado (y no a la intervención de la Comisión de Cambios).

Sí, la inflación a la primera quincena de marzo sigue en niveles elevados y es casi un hecho que Banxico subirá su tasa de interés objetivo en al menos 25 puntos base (decisión con la que dicho sea de paso, estaríamos de acuerdo).

Sin embargo, la economía nacional continúa creciendo y no se puede negar. No hay recesión, el desempleo no se está disparando ni el déficit de cuenta corriente está en niveles críticos.

Ahora bien. Esa relativa estabilidad sumada al doloroso fracaso de Trump en su intento por echar abajo el ‘Obamacare’, está llevando a algunos al extremo opuesto al del pesimismo que se vivió tras el resultado de las elecciones del 8 de noviembre. ¡Cuidado!

Quien caiga en la trampa de ese optimismo infundado, corre el riesgo de bajar la guardia y de vivir en la misma irrealidad que EPN.

Y es que el que no haya aún una crisis económica como tal, no significa que no estemos en medio de una muy grave, por ejemplo, en materia de seguridad, corrupción e impunidad, por citar las que en nuestra opinión son las más importantes y ligadas entre sí.

Los índices de impunidad en México son cercanos al 100 por ciento. Lo mismo es en casos de delincuencia común como del crimen organizado. Se siguen descubriendo fosas clandestinas con decenas de restos humanos que, por desgracia, en su mayoría quizá nunca sepamos a quienes pertenecieron, ni quién les quitó la vida, y mucho menos terminarán con una severa pena de cárcel para los responsables.

Nada de eso es imaginario ni está sólo en nuestras mentes. ¡Ojalá así fuera, señor presidente!

De modo que sí estamos en una gran crisis y lo seguiremos estando, mientras los responsables de hacer valer la ley sean los primeros en romperla y en cuidarse las espaldas. No se nos olvida que continúan prófugos ex gobernadores que durante sus periodos actuaron a sus anchas ante la omisión (¿complicidad?) de las autoridades federales.

¿O acaso alguien puede pensar que alguien tan políticamente expuesto como Javier Duarte o su esposa, pueda derrochar millones de dólares sin llamar siquiera la atención de las autoridades?

Mientras la impunidad continúe imperando, será imposible aspirar a tener un país civilizado y desarrollado.

Justo por ello, mal hace quien con una visión ‘cortoplacista’ como la del presidente, ignora el hecho de que una nueva gran crisis económica está cada vez más cerca.

Ya vamos tarde para una cíclica recesión en los EU, que como es usual, terminará arrastrando también a la economía mexicana.

Por si eso fuera poco, en lo interno, el dispendio de la administración de EPN, su irresponsabilidad en el manejo de las finanzas que ha catapultado el endeudamiento público, aunado a un ínfimo gasto en inversión pero grande en gasto corriente, hace evidente que incluso si Trump fracasara en todos sus planes contra México, la tormenta económica nos va a alcanzar y más vale estar preparados.

Desde luego, para poder verlo, hace falta dejar de mirar el ‘espejo mágico’ que EPN parece tener enfrente, y que sólo le responde cada vez que le pregunta: ‘todo marcha de maravilla’.

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La falacia de los robots ‘destructores’ de empleo

Hace unos días el INEGI dio a conocer que en enero, el índice de personal ocupado mostró en cifras desestacionalizadas un incremento anual de 3.2%, su mayor crecimiento en año y medio. Hay cifras destacables, por ejemplo, el del personal ocupado en la fabricación de equipo de cómputo y comunicación, que aumentó 7.9 por ciento, y el de la fabricación de accesorios y aparatos eléctricos, creció 7.3 por ciento.

No obstante estas buenas noticias en el corto plazo, debemos ver más allá. En específico, nos referimos al imparable proceso de automatización acelerada que está ocurriendo en el mundo.

La consultora McKinsey Global Institute publicó en enero un análisis en el que estima que 25.5 millones de empleos en México (52 por ciento del total) podrían ser sustituidos por robots o máquinas.

Destacan sectores como las manufacturas y el de hospedaje y alimentos, donde la sustitución del trabajo humano en el país llegaría hasta el 64 por ciento. De cerca le siguen la agricultura, pesca, silvicultura y caza; y el comercio minorista con 59 y 51 por ciento, respectivamente.

Millones de plazas laborales a escala global, se perderán también. No hay duda.

A raíz de ello han aparecido (absurdas) propuestas como la de Bill Gates, que incluyen gravar la utilización de robots. Esto sería un gran error. Una máquina para empezar no paga ‘impuesto sobre la renta’ –como le incomoda a Gates- porque no trabaja para poder subsistir, sino que fue creada para trabajar. Es un activo que se irá desgastando y que más tarde terminará siendo desechado y/o sustituido.

Castigar la innovación echándole encima más impuestos, sería una medida injusta que retrasaría el progreso de la humanidad y la llegada de los beneficios que conlleva la automatización.

Y es que no es ningún problema que se pierdan empleos en uno o varios sectores mientras se estén creando en otros. Pensemos por ejemplo en los trabajos de ascensorista, operador de telégrafo, faroleros, operadores humanos para interconectar llamadas y cientos más que ya ni siquiera existen, y en los millones de trabajos que en cambio se han creado en el mundo de la información gracias a Internet.

Así que el enemigo no es la tecnología ni la innovación sino todo lo que las entorpezca.

La automatización no solo nos hacen la vida más fácil y cómoda, sino que –y esto es lo más importante- permiten aumentar la productividad, o sea, crear más productos y servicios gracias a que los robots son más eficientes, menos costosos que un empleado, no tienen que descansar y no cometen errores.

Aumentar la oferta de bienes permite que se abaraten para beneficio de la población, o dicho de otro modo, que pueda aumentar su poder adquisitivo y nivel de vida.

Los robots y máquinas entonces no son el problema, como sí lo es todo aquello que estorbe al espíritu empresarial y la inventiva –como la sobrerregulación de los gobiernos, altos impuestos, etc.-, y lo que distorsione los mercados, los adecuados niveles de inversión y las tasas de interés –como las políticas monetarias de los bancos centrales-.

Cada persona es un empresario potencial capaz de crear riqueza y empleos donde antes no existían.

Por eso, autoridades de todos los niveles en vez de poner resistencias a estos cambios inevitables, deberían concentrarse sólo en la vigencia plena de un Estado de derecho justo –donde se proteja la seguridad y propiedad privada de las personas-, en tener auténticos mercados abiertos y libres, en desregular a las empresas, reducirles impuestos y demás, para permitir así que los empleos del futuro lleguen lo más rápido posible.

Hacer lo contrario –así sea con la mejor de las intenciones-, tendría altos costos en perjuicio de todos. Un lujo que no nos podemos dar.

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El mito de que los bienes raíces ‘Siempre Suben’

Hay un mito muy extendido acerca de las inversiones en bienes raíces, que puede llevar a los amateurs de este mercado a sufrir pérdidas considerables o a endeudarse de más, lo que a la larga –lejos de aumentar-, puede afectar su patrimonio. Me refiero a la falsa creencia de que el valor de los inmuebles ‘siempre sube’.

Desde luego, es de esperar que por el mero efecto de la inflación en la economía, los precios de casi todo, junto con los salarios y las inversiones, se vayan ajustando al alza, pero ojo, no necesariamente significa que ganen en términos reales. Valor y precio, aunque con frecuencia se usen como sinónimos, no son lo mismo.

Esto se lo digo a propósito de una nota publicada el lunes en el diario El Financiero, que da a conocer que la incertidumbre económica por la que atraviesa el país –por factores como la llegada de Donald Trump a la presidencia de EU-, ocasionó que el 15% de la población que pensaba adquirir una casa, ya la esté pensando dos veces, y que el precio de las mismas cayera entre 5.5 y 12 por ciento en enero de este año en algunas colonias de la CDMX.

No solo eso. El periódico cita un reporte del portal Inmuebles24 que señala que “En enero de 2017 se registró el tercer mes de caída consecutiva desde octubre de 2016”.

A la incertidumbre por lo que vendrá para la economía mexicana este año y el próximo –y que presiona por la vía de la baja en la demanda-, habría que sumar por lo menos dos factores relevantes: 1) la excesiva oferta de inmuebles en algunas zonas de ciudades como la CDMX, Guadalajara y Monterrey –que cerró 2016 como la ciudad con el mayor número de viviendas vendidas del país-; y 2) la tendencia alcista de las tasas de interés en México que encarecerá el crédito, y que podría reducir la adquisición de propiedades por esta vía.

A propósito, es de esperar que Banxico el resto del año le siga el paso a la Reserva Federal (Fed) estadounidense si también continúa su ciclo alcista de tipos.

Aquí cabe señalar que el crédito vigente de la banca comercial al sector privado destinado a la vivienda aumentó 7.1% anual en 2016, mientras que el PIB lo hizo a un ritmo de solo 2.3 por ciento.

Por los motivos aquí señalados, la mesa queda entonces más que puesta para que los precios de algunos bienes raíces ya no vayan al alza con tanta fuerza o de plano, se vayan para abajo.

Debido a ello, la recomendación para quien no es profesional del sector es justo la misma que para otros: compre barato y venda caro, no al revés.

Para que su inversión sea rentable y con un riesgo minimizado, la clave está en el precio de compra. Decidirse por una propiedad cara y sentarse a esperar a obtener una ganancia porque los inmuebles ‘siempre suben’, le podría traer una desagradable sorpresa.

Si usted es sujeto de crédito y tiene interés en comprar un bien raíz, hágalo, pero como le digo, tomando en cuenta que la clave es buscar bien, negociar el precio más favorable posible y aprovechar que la ola bajista de precios en algunas zonas, puede estar a su favor.

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La lista completa de lingotes de oro de Banxico

Las buenas noticias deben celebrarse y aquí le traemos una de ellas: El Banco de México (Banxico) se ha convertido en uno de los primeros bancos centrales del mundo en revelar su lista completa de lingotes de oro.

En este espacio como sabe, hemos recomendado con insistencia que Banxico –y cualquier otro inversionista con posiciones en oro como depósito de valor y seguro financiero- debe mantener en todo momento la posesión física de sus barras, monedas o lingotes, o cuando menos, tenerlos almacenados en una bóveda segura de manera asignada.

En diciembre pasado, gracias a una Solicitud de Información a través de su portal de Transparencia, Banxico nos informó que:

‘De las 3.881 millones de onzas de oro con las que cuenta el Banco de México al cierre de Octubre 2016, el 98.95% se encuentran resguardadas en el Reino Unido, 0.0004% en el Banco de la Reserva Federal en Estados Unidos y el remanente 1.05% en México.’

También nos dijo que tenía un total de 7,265 lingotes de oro en cuentas asignadas en el Banco de Inglaterra (BoE, por sus siglas en inglés), lo que significa que sólo unas 2.9 millones de onzas están bien identificadas con número de serie, código de marca, peso bruto, pureza y peso en metal fino de cada barra resguardada en esa ubicación.

El resto –más de 930 mil onzas de oro en el BoE-, todavía se mantienen en forma no asignada. Estas cuentas no asignadas son aquéllas en las que al ‘propietario’ no se le han fijado los lingotes que específicamente le corresponden. Se trata de simples ‘derechos’ a una cierta cantidad de oro, nada más. Es por eso que Banxico no pudo decirnos cuántos lingotes poseía en este último caso, pues no es posible saberlo.

De cualquier modo, el problema con este tipo de cuentas no asignadas es que, de hecho, hay más ‘dueños’ del mismo oro que lingotes en inventario. Esto se debe a que cada lingote es vendido varias veces, y que en el caso de una crisis en la que sus ‘dueños’ exigieran la entrega del metal, no habría suficiente oro para todos.

Por esta razón ninguna autoridad monetaria, como Banxico, debería tener nunca cuentas no asignadas, ya que las reservas de oro físico se compran para compensar el riesgo en monedas fíat, no para tener otro riesgo en papel.

Esperamos que Banxico corrija pronto esta situación y no sólo tenga todas sus reservas de oro con base asignada, sino que al menos la mitad de ellas sea repatriada a territorio mexicano. Repatriación es el nombre del juego, un juego que todos los bancos centrales deberían jugar.

Mientras tanto, nos da gusto compartir con ustedes la lista completa –con estándares de la Asociación del Mercado de Lingotes de Londres (LBMA, por sus siglas en inglés) de los 7,265 lingotes de oro de las cuentas asignadas de Banxico, que nos revelado a través del documento número LT-BM-18703. Es un paso en la dirección correcta, el de la transparencia, que poco se les da a otras autoridades monetarias. ¡Felicitaciones, Dr. Carstens!

Esperamos que de ahora en adelante otros bancos centrales publiquen sus propias listas, y que Banxico haga la propio colocando esta información en su portal.

Los participantes del mercado del oro tienen el derecho de confirmar públicamente que sus lingotes sólo les pertenecen a ellos, y que no están asignados a nadie más.

Descargue la lista completa aquí.

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¿Ya Despegó El “Cohete” de Oro?

Por paradójico que sea, a la mayoría de inversores siempre les llamará más la atención los activos que han estado subiendo más. No debería ser así, pues lo correcto, más redituable y con menor riesgo es hacer justo lo contrario: comprar un alto valor PERO a precio bajo.

En fin. En los dos primeros meses de 2017, el oro ha vuelto ‘brillar’ para mucha gente. ¿Qué ha pasado? Que desde el mínimo de mediados de diciembre, el metal precioso ha subido más de 12 por ciento en dólares (USD).

Muchos se preguntan si el ‘gran momento’ del oro ha vuelto ante la expectativa de mayor inflación durante el gobierno de Donald Trump en Estados Unidos. Aquí la respuesta.

En lo que se refiere a valor, siempre es un gran momento para poseer oro. Ningún inversionista serio y responsable con sus finanzas debe estar sin la incomparable protección que brinda cuando se tiene en físico: no hay riesgo de incumplimiento de pago de ninguna contraparte, es un activo de muy amplia liquidez, confidencialidad y no puede ser creado ‘de la nada’ a voluntad de ningún banco central o gobierno.

De hecho, esas características lo hacen aborrecible para las autoridades, y más apreciable para nosotros como inversionistas, grandes o pequeños.

El oro es la mercancía más valiosa de todas, de hecho tanto, que casi cada onza que se extrae de la tierra pasa a atesorarse en vez de consumirse como todas las demás. Por eso, no hay ninguna materia prima que tenga inventarios tan elevados con respecto a su producción anual (lo que se conoce como ratio existencias/flujo). Todas sus propiedades lo llevaron a ser encumbrado por el mercado en libertad como el dinero por excelencia. Lo sigue siendo.

Ahora, en términos de precio, lo que ha ocurrido hasta hoy se parece a lo que pasó hace un año. Desde su mínimo de diciembre 2015, al cierre de febrero 2016, el oro se apreció más de 20 por ciento. La subida continuó hasta julio, cuando alcanzó su máximo del año por encima de los 1,370 USD la oz., y luego, comenzó la caída hasta el ya referido mínimo de diciembre en 1,123 USD.

Así que a pesar de esta buena alza de principios de 2017, lo cierto es que fundamentalmente los riesgos de una nueva recaída de precios a niveles cercanos a 1 mil USD o menos, no solo siguen presentes, sino que han aumentado.

Con la llegada de Trump al poder, sus promesas –que aquí hemos explicado a detalle– podrían fortalecer al dólar al punto de burbuja. Esto, sumado a una posible continuación del ciclo alcista de tasas de interés de la Reserva Federal (Fed) estadounidense, representa una amenaza para el precio del oro.

Desde luego, hay que permanecer atentos a posibles cambios a estas y otras condiciones que podrían alterar el panorama para los metales preciosos, pero hasta el momento, sigue vigente nuestra previsión de que aún falta por llegar una histórica oportunidad de compra EN DÓLARES. Ojalá que así sea.

Es importante aclarar sin embargo, que para los inversionistas mexicanos que cuentan sólo con pesos, es aconsejable seguir saliendo de manera decidida y persistente de nuestra moneda. Las bajas del oro en moneda nacional serán mínimas o de plano inexistentes.

Para que se dé una idea de lo que le hablo, el oro alcanzó su máximo histórico en septiembre de 2011 por encima de 1,900 USD o 24 mil pesos  aprox., de aquel entonces. Al cierre de este artículo la onza está en 1,240 USD (¡excelente!) pero en casi 25 mil pesos (¡qué pena!). Sólo ha bajado en términos de dólar.

El mensaje que le dejo es claro: si no tiene oro, no espere, el precio actual no es malo. Si siente que tiene ‘suficiente’, puede seguir comprando de forma periódica, pues no hay garantía de que la gran oportunidad se presente, pero sí de que una nueva crisis va a llegar.

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¡Denle (Total) Autonomía al Banxico!

El anuncio esta semana de que la Comisión de Cambios (CdC) ‘instruyó’ al Banco de México (Banxico) para que implementara un programa de coberturas cambiarias liquidables en pesos, es un momento ideal para llamar la atención sobre el tema de su autonomía.

Para decirlo claro: no podremos tener un banco central de verdad autónomo mientras la política cambiaria continúe siendo manejada según el parecer del gobierno en turno.

Veamos. El Artículo 21 de la Ley del Banxico, señala que:

‘El Banco de México deberá actuar en materia cambiaria de acuerdo con las directrices que determine una Comisión de Cambios, que estará integrada por el Secretario y el Subsecretario de Hacienda y Crédito Público, otro subsecretario de dicha Dependencia que designe el Titular de ésta, el Gobernador del Banco y dos miembros de la Junta de Gobierno, que el propio Gobernador designe. Los integrantes de la Comisión no tendrán suplentes.

Las sesiones de la Comisión serán presididas por el Secretario de Hacienda y Crédito Público, en su ausencia, por el Gobernador y, en ausencia de ambos, por el subsecretario que designe el Titular de la citada Secretaría. Quien presida la sesión tendrá voto de calidad en caso de empate.

La Comisión podrá reunirse en todo tiempo a solicitud del Secretario de Hacienda y Crédito Público o del Gobernador; sus sesiones deberán celebrarse con la asistencia de por lo menos tres de sus miembros, siempre que tanto dicha Secretaría como el Banco de México se encuentren representados. Las resoluciones de la Comisión se tomarán por mayoría de votos, siendo necesario en todo caso el voto favorable de por lo menos uno de los representantes de la citada Secretaría.

El Gobernador informará a la Junta de Gobierno sobre dichas resoluciones.

El secretario de la Junta de Gobierno y su suplente lo serán también de la Comisión de Cambios.’

Como queda claro, quien lleva la voz de mando es el secretario de Hacienda (SHCP). Preside y tiene voto de calidad; luego, tienen que estar mínimo tres miembros de la CdC en sus sesiones, pero eso sí, al menos uno de SHCP y es indispensable su voto a favor.

En suma, ahí sólo pasa lo que el gobierno quiere.

Se trata pues del último rincón que le falta de autonomía –y es demasiado importante- al Instituto Central que bien gobierna Agustín Carstens. Esto tiene que corregirse.

Todo lo anterior explica la redacción del comunicado del martes en el que la CdC da a conocer las coberturas cambiarias.

Por ejemplo, se habla de que la ‘volatilidad’ del tipo de cambio ‘no es consistente con los fundamentos económicos del país’. O sea, que en opinión del gobierno –que como le digo es quien manda en la CdC-, el dólar está muy caro y hay que bajarlo interviniendo (manipulando) el mercado. Mala señal.

De los dos –gobierno y Banxico-, ya sabemos cuál es pésimo para el manejo del erario, cuál sigue gastando muy por encima de lo que se le autoriza en el Presupuesto de Egresos de la Federación cada año y cuál se resiste a reducir ese gasto.

Así que confiar en que la decisión de intervenir el mercado fue acertada, cuando quien la tomó realmente fue el reprobado en materia financiera, es una mala idea.

Banxico en cambio sí ha hecho su tarea. En anticipación a las muy fuertes presiones inflacionarias que tenemos encima, comenzó un ciclo alcista de su tasa de interés objetivo, y ha hecho reiterados llamados al gobierno federal a consolidar las finanzas públicas. Lo han ignorado.

El boletín de la CdC dejó en claro que además de las coberturas, ‘no descarta’ acciones adicionales ‘en caso de ser necesario’, mediante los otros instrumentos que ha utilizado en el pasado. Preocupa porque esa actitud de defender al peso (o a cualquier divisa) ‘como perro’, siempre acaba mal.

En vez de eso mejor confiemos en una institución como Banxico y otorguémosle la autonomía en lo último que le hace falta.

Le aseguro que la política cambiaria estará en mejores manos, que si seguimos como hasta ahora.