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Mujeres que atrapan el tiempo.

María Antonieta encargó a Breguet el reloj más complicado del mundo, el cual fue robado en 1983. En 2008, la firma hizo esta réplica basada en las anotaciones originales.

3_1.jpgLa relojería femenina ha sobrevivido y evolucionado gracias a un grupo de mujeres poderosas que también se expresaban a través de los accesorios que usaban. La pionera fue la reina Isabel I de Inglaterra, quien en 1571 recibió un regalo del Conde de Leicester.

2_3.jpgSe trataba de un reloj-joya que se ponía en el brazo, el antecedente del modelo de pulsera.
No tan poderosa, pero bastante conocida fue María Antonieta, de quien se sabe que solicitó a Abraham-Louis Breguet la construcción del reloj más complicado del mundo. Ocurrió en 1783, pero no llegaría a verlo porque fue guillotinada en 1793, antes de que el guardatiempo estuviera finalizado.

Pero la huella de Breguet no acaba aquí ya que se le atribuye otro de los considerados primeros relojes de pulsera de mundo, esta vez con documentos que atestiguan su existencia. La compradora fue Caroline Murat, hermana de Napoleón Bonaparte y Reina de Nápoles. De 1812, se sabe que era un “repetidor ultraplano, de forma ovalada, equipado con termómetro y montado sobre una correa de pelo
entrelazado con hebras de oro”.

4_1.jpgEsta sencilla descripción sirvió años más tarde a Breguet para realizar su primera colección exclusivamente dedicada a las damas.

Un reloj que ha sobrevivido hasta nuestros días es el elaborado por Patek Philippe en 1868 y que posteriormente fue vendido a la Condesa húngara Koscowicz. Tiene forma rectangular y llama la atención porque no es un modelo de bolsillo adaptado a la muñeca. Puede verse actualmente en el museo de la casa en Ginebra.

La pieza de Patek Philippe sería precursora de una tendencia que poco a poco iría calando en la sociedad. La muñeca era una opción más que útil para llevar el reloj. Los hombres tenían el problema resuelto al poder guardarlos en los bolsillos de sus chalecos, pero ¿qué pasaba con las mujeres? Hasta entonces, la solución pasaba por vestirlos como colgantes, pero era poco práctico, mucho más si la mujer abandonaba su posición enclaustrada en el hogar y comenzaba a incorporarse al mercado laboral. Casi medio siglo después hubo alguien más que puso el ejemplo, una niña pequeña de nombre Jacqueline.

web_universal_hermes.jpgExiste una preciosa foto de 1912 donde se ve a cuatro de las nietas de Thierry Hermès, fundador de la casa de lujo bautizada con su apellido. La segunda por la izquierda, Jacqueline, lleva un reloj en la muñeca. Documentos de la firma indican que éste, en realidad un modelo de bolsillo revestido por una correa de cuero, fue producto de una idea que ella propuso a su padre y que le permitía llevarlo sin que le molestara cuando jugaba con sus hermanas. Bien por Jacqueline, que de manera inconsciente se convertía en pionera de un nuevo modo de entender la relación del reloj y la mujer.

Y, de repente, todo avanza a gran velocidad. En 1917, Cartier traslada al siglo XX el concepto de reloj de pulsera con el Tank, primero que tuvo las asas integradas en la caja. Desde aquel momento, el auge de este tipo de productos comenzaría a crecer de manera
exponencial para acabar en apenas unos años con los modelos de bolsillo.

El carácter práctico de esta nueva forma de llevar la hora quedó confirmado cuando, en 1927, Mercedes Gleitze se convirtió en la primera mujer inglesa en cruzar a nado el Canal de la Mancha y Rolex informó que la deportista llevaba su amante Oyster, el primer reloj hermético del mercado. Gleitze pertenece al célebre grupo de precursoras que, a lo largo de los años, han demostrado lo obvio: que las mujeres pueden ejercer como deportistas, trabajadoras, políticas o cualquier otra actividad que se propongan, en las mismas condiciones que los hombres. Mismo caso el de Amelia Earhart, piloto que llevó un Jaeger-LeCoultre en sus misiones aéreas y cuya audacia parecía anunciar el terremoto de cambios que vendrían con la Segunda Guerra Mundial.

7_0.jpgUna de las consecuencias que tuvo la gran contienda fue un mayor protagonismo de la mujer. Mientras los hombres tuvieron que ir al frente, ellas asumieron responsabilidades en las fábricas, oficinas y hogares que sus maridos dejaron atrás. Cambió la sociedad y llegaron nuevos modelos de inspiración para las jóvenes generaciones femeninas. Claro está que se mantuvieron viejas tradiciones, como la del reloj-joya. Pequeñas y delicadas creaciones que llegan a confundirse con brazaletes engastados con piedras preciosas gracias al tamaño diminuto de sus mecanismos. Entre todos ellos destaca el 101 de Jaeger-LeCoultre, que aún hoy mantiene el récord del calibre más pequeño del mundo. Esta maravilla técnica tiene su hueco en la historia del siglo XX al ser testigo de la coronación de la reina Isabel II de Inglaterra el 2 de junio de 1953, en la muñeca de la nueva monarca.

6.jpgPero, por mucho respeto que sintieran hacia ella, las mujeres y los hombres decidieron prestar atención a otro tipo de reinas. Las del celuloide, para ser más exactos. A uno y otro lado del Atlántico irrumpieron nuevas estrellas cuyas caras se harían pronto familiares. Ninguna brilló tanto como Marilyn Monroe, quien guardaba entre sus más valiosas posesiones un reloj de coctel de la casa Blancpain.

Se trata de una delicada pieza rectangular fabricada en platino y engastada con 72 diamantes, que salió a la luz recientemente tras ser subastada y adquirida por Blancpain, quien desembolsó 225,000 dólares en 2016.

8_0.jpgLas firmas relojeras no fueron ajenas a este furor por las actrices y acudieron a ellas para promocionar sus novedades. Eterna, por ejemplo, lanzó en 1958 el Golden Heart, un delicado reloj de esta que, se aseguraba, tenía el movimiento redondo más pequeño del mundo. Para dar a conocer el producto, la marca decidió involucrarse en una ambiciosa campaña de publicidad con una de las mujeres más famosas del momento, Gina Lollobrigida, y a la que más tarde se sumó un nuevo mito erótico del cine europeo, esta vez procedente de Francia, la explosiva Brigitte Bardot. De las dos interesaban menos sus películas y más sus vidas privadas, que eran seguidas al detalle por los medios
gráficos.

Esto tendrá una importancia extraordinaria en Estados Unidos, donde las jóvenes comienzan a familiarizarse con nombres como Bulgari y Cartier gracias a las imágenes de sus actrices preferidas saliendo de las boutiques de Roma, Londres o París.

9_0.jpgEuropa sigue manteniendo su glamour y allí están Grace Kelly o Elizabeth Taylor para confirmarlo, esta última paseando por la Via Condotti.

¿Qué habrá comprado esta vez en su establecimiento romano preferido? ¿Quizás el reloj Serpenti con el que posa en la foto de 1962, realizada en los estudios Cinecittà de Roma mientras rodaba Cleopatra?

5_1.jpgOtra diva que hizo de las joyerías su segunda casa fue María Félix, quien puso en aprietos a Cartier cuando una mañana de 1975 entró en la tienda de la Rue de la Paix de París con unas crías de cocodrilo y pidió que le hicieran un collar con su forma. Aquella pieza sirvió años más tarde —en 2006 para mayor exactitud— para diseñar la colección de relojes La Doña, en cuyas formas asimétricas es reconocible la cabeza de sus reptiles y que también supo interpretar la pasión vital de la actriz. Una mujer y un reloj que eran todo carácter.

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Los objetos decorativos de Cartier que harán ver tu casa lujosa

Con materiales preciosos, creatividad e inspirándose en su historia como una de las firmas de joyería más importantes del mundo, Cartier creó diferentes objetos decorativos para el hogar que están íntimamente ligados a los oficios de la joyería y la orfebrería.

Cartier, a través de esta nueva colección, cultiva un arte de vivir exclusivo, elegante, funcional y refinado, a través de objetos que encarnan el estilo de la maison, con una interesante fusión de savoir-faire, que se expresa a través de la sofisticación de las distintas técnicas de grabado, calado, esmaltado y tallado de piedras ornamentales como el jaspe rojo, el ónix y la lepidolita.

Lujo, delicadeza y un alto sentido estético, es lo que transmite la línea de Cartier para el hogar que incluye tarjeteros, encendedores, cofres, candelabros, frascos y marcos, entre otras cosas, logrando tejer un lazo de intimidad entre la marca, el destinatario, el joyero y el objeto. ¡Es simplemente perfecto!

jcd

Subastarán acuarela y reloj de Jackie Kennedy.

Una acuarela de Jacqueline Kennedy Onassis se subastará el próximo mes con un reloj Cartier que usó por años.

En esta foto sin fecha proporcionada por Christie’s un cuadro en acuarela firmado el 23 de febrero del 1963 por Jacqueline Kennedy Onassis. La pintura será subastada el 21 de junio del 2017 en Nueva York, junto a un reloj que la ex primera dama estadounidense usó por años. Foto de  Christie’s Images LTD. 2017 vía AP

La casa de subastas Christie’s dijo el jueves que la entonces primera dama estadounidense, quien pintaba como hobby, creó la obra de unos 16 por 20 centímetros en 1963 como un regalo para su cuñado, Stanislaw Radziwill, y que éste le dio a ella el reloj.

Ambas piezas conmemoran una excursión de más de 80 kilómetros que Radziwill realizó como parte de la iniciativa de bienestar físico del presidente John F. Kennedy. La primera dama se unió brevemente a la caminata.

En esta foto sin fecha proporcionada por Christie’s, la parte trasera de un reloj Cartier de la difunta ex primera dama estadounidense Jacqueline Kennedy Onassis. El reloj será subastado por Christie’s el 21 de junio del 2017 en Nueva York, junto a una pintura en acuarela firmada por Kennedy Onassis. Foto de Christie’s Images LTD. 2017 vía AP

La pintura muestra a Radziwill caminando con un amigo de la familia Kennedy.

Ambos artículos se ofrecen en un mismo lote en una venta prevista para el 21 de junio en Nueva York. Su precio de venta estimado es de 60 mil a 120 mil dólares.

En esta foto proporcionada por Christie’s, un reloj Cartier de la difunta Jacqueline Kennedy Onassis. El reloj será subastado el 21 de junio del 2017 en Nueva York, junto a una pintura en acuarela firmado el 23 de febrero del 1963 por Kennedy Onassis. Foto de Christie’s Images LTD. 2017 vía AP

El vendedor de las piezas es anónimo. Parte de las ganancias irán al National Endowment for the Arts, una agencia independiente del gobierno estadounidense que promueve y financia proyectos de arte.

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