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Llega cineasta y escritor Tim Burton a la Ciudad de México

El cineasta, escritor y realizador visual Tim Burton llegó esta noche a la Ciudad de México, procedente de Los Ángeles, California, para inaugurar su exposición “El mundo de Tim Burton”, en el Museo Franz Mayer.

A la salida del área de vuelos internacionales del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México “Benito Juárez”, el director de películas como “El joven manos de tijera” y “El cadáver de la novia”, entre otras, se vio envuelto por el tumulto que formaron representantes de medios de comunicación que esperaban su arribo.

Burton tuvo que regresar al área de que procedía para subir a otro espacio y ahi abordar una camioneta que lo esperaba ya, aunque algunos seguidores que tuvieron la suerte de encontrarlo en el pasillo alcanzaron a tomarse una “selfie” con él.

El realizador del filme “Alicia en el país de las maravillas” realizará un recorrido con medios por la exposición “El mundo de Tim Burton”, en el Museo Franz Mayer, el lunes 4 de diciembre.

Para el martes inaugurar la muestra. Cabe anotar que el público en general podrá visitar la exposición en el referido espacio museístico a partir del miércoles 6 de diciembre y hasta el 9 de abril de 2018.

NTX

La música es una manera de recuperar el tiempo perdido: Juan Villoro

“Nunca fui un buen músico, por eso he tratado de ejercer la música desde la palabra que en sí misma es una forma del ritmo y la sonoridad; a la vez, he tratado de seguir combinando estas dos pasiones. Así, escribir de música y hacer literatura muy pronto se convirtieron para mí en pasiones paralelas”, señaló Juan Villoro.

El traductor, narrador, escritor, guionista, letrista e intelectual mexicano nacido el 24 de septiembre de 1956 en la Ciudad de México, sociólogo por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM),  compartió su inmensa pasión por la música, la cual combina con su labor como escritor de largo aliento.

Villoro se refirió a su libro “Tiempo transcurrido”, que recoge 18 años de este país, y en donde cada una de las historias depende de un ritmo musical y cómo influyó en un microcosmos mexicano, es decir, cómo la gente cambia su vida a partir de las canciones. Posteriormente el libro inspiró una serie de composiciones que hizo Diego Herrera, del grupo Caifanes.

Diego Herrera y Villoro se han presentado en diversos foros de la capital del país y de la provincia mexicana, combinando la palabra leída con la música en vivo. “Es un intento de mostrar que la literatura surgió con la oralidad, con los primeros trovadores y que puede expresarse en escena. Es como presentar un libro expandido que cobra presencia”.

Para Juan Villoro, uno de los autores más brillantes e influyentes de las décadas recientes en México y más allá de sus fronteras, la música ha sido en su vida la pista sonora de sus emociones. “Es una manera de recuperar el tiempo perdido. Cuando escucho una canción no sólo oigo la melodía, sino que revivo las escenas que he asociado con esa canción”.

El entrevistado ejemplificó la generalidad de ese sentimiento y esa emoción al subrayar que miles, acaso millones de parejas en el mundo, al escuchar una determinada música o tonadilla, exclaman jubilosas “esa es nuestra canción”, porque tienen un tema que los une y los identifica. “Eso me deja la música, la oportunidad de recuperar el tiempo perdido”.

Con esas dos pasiones que rigen su existencia, Villoro ha colaborado en la “Revista de la Universidad”, “Crisis”, “La Palabra y el Hombre”, “Nexos”, “Vuelta”, “Proceso”, “Siempre!”, “La Orquesta”, “Diorama de la Cultura”, “El Gallo Ilustrado”, “Sábado”, “UnomásUno”,” La Jornada” y “Cambio”, y ha destacado como traductor de Gregor von Rezzori, Arthur Schnitzler y Graham Greene.

Luego, Villoro se dijo contento por haber ofrecido, la víspera en la Fonoteca Nacional, una charla sobre su experiencia en música rock, misma que fue conducida por el DJ y etnomusicólogo Bruno Bartra. Ahí platicó de su participación en el programa “El lado oscuro de la luna” que con éxito transmitió Radio Educación desde 1977 hasta 1981.

Igualmente, acotó comentarios en torno a su más reciente presentación escénica, donde declama textos de su obra “Tiempo Transcurrido” y que son musicalizadas por Diego Herrera. El celebrado escritor charló sobre su vida en la música, y dio detalles de las letras que escribió para el grupo Café Tacuva y su experiencia con otros músicos más.

ntx/jcd

Alberto Blanco recibe Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores

La poesía es un misterio, un puro lugar común y al mismo tiempo una verdad evidente, expresó el poeta y ensayista Alberto Blanco (1951), al recibir el Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores 2016, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

Acompañado por su colega y amigo Adolfo Castañón, miembro de la Academia Mexicana de la Lengua, Blanco comentó que “la poesía es y no es de nadie, porque la poesía debe ser hecha por todos y no por uno”.

Luego de agradecer a su familia y amigos, el también traductor y crítico de arte, señaló que la poesía es un misterio muy peculiar porque comparte con las demás artes una capacidad para dar, ver, oír, pensar y sentir el misterio.

“También se cuestiona sobre la naturaleza del mismterio, para comenzar la poesía reconoce y asume paradójicamente que todos los seres y los hechos son reales por un lado e irreales por el otro, un sueño”, afirmó ante la presencia de Felipe Garrido, presidente de la Sociedad Alfonsina internacional.

“El Premio Xavier Villaurrutia como todos los premios, es real e irreal al mismo tiempo, mucho o poco o nada se podría decir sobre la irrealidad de los galardones y esta noche, me cargaré del lado real del premio y lo primero que he dicho, digo y seguiré diciendo de este lado: gracias, gracias”, concluyó el galardonado.

Lidia Camacho, directora general del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA), comentó que el Premio Xavier Villaurrutia, el más antiguo que otorga el INBA y uno de los que año con año despiertan mayores expectativas, coincide esta vez con el centenario del escritor Juan Rulfo (1917-1986), el primero en recibir este honor.

“Como lo proclama su leyenda, se trata de un premio de Escritores para Escritores, hoy le corresponde al poeta, ensayista, traductor, artista visual y crítico de arte Alberto Blanco, autor de varias decenas de poesía, muchos de ellos galardonados y traducidos a varias idiomas”, expresó.

Apuntó que Alberto ha escrito tres títulos sobre poética “El llamado y el don”, “La poesía y el presente” y “El canto y el vuelo”, de los cuales el tercero es precisamente el que lo ha hecho acreedor a este reconocimiento por parte de la comunidad literaria.

ntx/jcd

Celebran 150 años de la novela “María” de Jorge Isaacs

El esplendor y declive de “El Paraíso”, escenario del amor en la novela María, del colombiano, Jorge Isaacs, aparece en el mural de la artista plástica Gabriela Pinilla, en un homenaje de la Biblioteca Nacional de Colombia, a los 150 años de la publicación de esta novela, que hace parte de los clásicos de la literatura latinoamericana.

La exposición María, que está abierta desde este viernes al público en la sede de la Biblioteca Nacional, en el centro de Bogotá, es un paraíso que explora las intimidades de un texto donde se sigue jugando buena parte de las claves de presente en Colombia

El mural es una propuesta de la artista Gabriela Pinilla, curada por el escritor Juan Cárdenas, en el marco del Año Jorge Isaacs declarado por el Ministerio de Cultura de Colombia.

Es un mural que “comienza con la historia de las haciendas en su apogeo y culmina con una hacienda y una economía colapsada”, explicó la artista.

Es un mural de más de 190 metros cuadrados donde predomina la representación de la mujer del siglo XIX y su transformación a lo largo de la obra: Feliciana¸ la mujer negra y su pasado libre en África, las laboriosas mujeres antioqueñas que migran a los territorios del Cauca, opuestas a las plácidas mujeres de la casa de la hacienda.

Aparecen, además, el primer edicto de la abolición de la esclavitud hasta su desaparición definitiva, la ley de libertad de vientres, el paisaje caucano, el amor entre primos como síntoma de la decadencia de una estirpe, las luchas sociales de la época y la representación de personajes subalternos en la novela la “María”.

Las imágenes que acompañan el mural son citas al arte del siglo XIX, producto de la investigación de Juan Cárdenas y Gabriela Pinilla como: estampas, acuarelas, daguerrotipos, pinturas de principio del siglo XX, imágenes de Epifanio Garay, fotografías tomadas en la Hacienda El Paraíso por Fernell Franco, imágenes de películas que han hecho referencia a la novela como Carne de tu carne y La Mansión de Araucaima de Carlos Mayolo.

Igualmente hay imágenes de María en la televisión colombiana, dirigida por Lisandro Duque, con guion de Gabriel García Márquez. “Apastelando un poco los colores de esas producciones, evocamos en el mural el color del paisaje caucano con sus atardeceres, la belleza de la mujer y la añoranza por esa hacienda que está cayendo en la ruina”, comenta Gabriela Pinilla.

El mural se complementa con fragmentos de poemas de Jorge Isaacs, manuscritos originales del autor y las primeras ediciones de María, que hacen parte de las colecciones de la Biblioteca Nacional de Colombia.

“En la exposición van a encontrar una versión muy diferente de María. Aunque el amor estará presente, nuestra invitación es a entender otra historia presente en la novela: la de la abolición de la esclavitud, las guerras radicales, el papel de mujer y el intento de construcción de una nación que para muchos no está en el imaginario”, afirma la artista.

Todo un campo de fuerzas, que supera la historia romántica de los personajes Efraín y María, y que en los muros de la sala de exposiciones de la Biblioteca Nacional de Colombia ofrece una mirada diferente de la obra.

“La novela es un lugar conflictivo, de ahí precisamente el título de la exposición, que hace alusión al nombre de la hacienda y a esa lucha social y política que se vivió durante el siglo XIX en Colombia y que da origen a una serie de conflictos que van a estallar en el siglo XX”, explica el escritor Juan Cárdenas.

El escritor Jorge Isaacs (1837-1895), ganó un lugar en la historia colombiana por sus aportes desde diferentes ámbitos del saber. Fue un hombre polifacético que se destacó como escritor, político, periodista, comerciante, etnógrafo y promotor de la educación.

María (1867) se convirtió en la novela fundacional de la literatura colombiana por representar las relaciones entre diferentes clases sociales, el papel protagónico del paisaje, la reflexión sobre la transformación del mundo colonial y hacendado, las ideas de Nación y las tensiones políticas de la época.

NTX/JCD

Necesario profundizar en el legado del escritor Carlos Montemayor

Carlos Montemayor (1947-2010) era un artista de la palabra y un extraordinario conversador, aseguró el escritor bilingüe Natalio Hernández, durante la charla con la que amigos, colegas y familiares conmemorar el 70 aniversario de natalicio del poeta, ensayista, narrador y humanista mexicano.

“Todos o muchos de los que conocimos en vida a Carlos Montemayor lo admiramos, esa virtud que tenía para conversar, para exponer y dialogar”, expresó durante el homenaje a Montemayor, en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes.

El narrador, quien en todo momento expresó su admiración por Montemayor, a quien considera “un chingón de la palabra”, consideró que la obra literaria del autor de “La Rebelión de las Cañadas” estará vigente durante todo el siglo XXI.

“Toda vez que es y será este siglo el de la diversidad, del diálogo de las culturas, del diálogo de las lenguas, en suma, el diálogo de las civilizaciones de todos los pueblos del mundo, de todos los pueblos de nuestra madre tierra, el Planeta Tierra”, apuntó.

Patrick Johansson, investigador del Instituto de Investigaciones Históricas de la UNAM, señaló que el legado de Carlos Montemayor es extraordinario, sobre todo para quienes trabajan en el mundo indígena, prehispánico y contemporáneo.

“El trabajo que dejó Montemayor es importantísimo, sobre todo el realizado en materia de lenguas y literaturas indígenas, lo que ha trabajado en la oralidad, en todos sus contextos como los mayas, purépechas, náhuatl y zapotecas”, expresó el también escritor.

Refirió que lo que falta es profundizar en esas aportaciones que hizo en el ámbito de la literatura indígena.

“Estamos sacando beneficios de su obra pero no hemos trabajado a fondo toda la importancia y lo que hizo, no nada más en el mundo indígena, también en términos literarios, porque no hay que olvidar que fue novelista, músico y artista”, aseguró Johansson.

Luego, la poeta Silvia Pratt recordó que ella conoció a Montemayor a través de dos vetas que son: la poesía y a la traducción, “coincidimos en esas áreas porque él no sólo era escritor de poesía, sino un interesado en dar a conocer la poesía, sobre todo la de las lenguas de América.

“La otra es la traducción porque a él le interesaron mucho las lenguas, él sabía lenguas y además quería compartir el contenido de esas lenguas, saber una lengua no es lo sólo quedársela o apropiársela, sino enriquecerse de la cultura y ampliar la visión del mundo”, anotó la autora, quien también leyó fragmentos de la obra del homenajeado.

En el marco de las Jornadas Carlos Montemayor, en conjunto con el Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural de la UNAM y la Coordinación Nacional de Literatura del Instituto Nacional de Bellas Artes, se realizó la charla para conmemorar el 70 aniversario de natalicio de Carlos Montemayor (1947-2010).

ntx/jcd

La ausencia de “Monsi” es la de la épica y de la ética de la inteligencia: Curiel

La ausencia de Carlos Monsiváis (4 de mayo de 1938-19 de junio de 2010), “es la de la épica y de la ética de la inteligencia”, aseguró el doctor Fernando Curiel, cuyo campo de conocimiento es la Historia contemporánea (siglo XX) y sus líneas de investigación la Historiografía y la Historia de la Literatura.

Nacido en la Ciudad de México el 27 de julio de 1942 y desde hace años convertido en un reconocido universitario, ensayista y narrador, Curiel estudió Derecho, la maestría en Letras Mexicanas y el doctorado en Historia de México en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y conoció a Monsiváis desde los años 60 del Siglo XX.

“Tuvimos muchos años de convivencia y a pesar de no haber tenido el nivel de amistad directa, participamos en numerosas actividades en los años 60, 70 y 80. Coincidimos muchas veces en los escenarios culturales, pues ambos fuimos ‘bichos’ de los años 60; no sólo tuvimos grandes coincidencias, sino también, inmensas diferencias”, añadió Curiel.

El entrevistado recordó que para ambos, los conflictos universitarios fueron como el Mar Rojo, pues las aguas se dividieron ante ellos. Sin embargo, siempre, en lo personal, hubo una muy buena relación, todos estos años lo admiró por su inteligencia y todavía hoy le sigue pareciendo una figura central de la cultura mexicana, reconoció el escritor y editor.

Calificó a Carlos Monsiváis, como “un autor fundamental” dentro de las letras en español y aunque reconoció que las lecturas van y vienen, aseveró que ese autor que mañana llega a siete años de ausencia física, está presente y vigente. “Tiene su museo, y ahí están sus colecciones, las cuales permanecen como ejemplo de su herencia a la cultura del país”.

Aseguró que Carlos Monsiváis va para largo, porque es un autor que por fortuna está vivo entre quienes lo conocieron y entre las legiones de lectores y admiradores que supo cosechar a través de su pensamiento claro y objetivo. “Es un autor esencial que ahí está, en la vida real de la actual vida cultural mexicana”, abundó convencido Curiel.

Carlos Monsiváis, “Monsi”, se mantiene en un nivel intenso de lectura, como en los años 70, y está presente como cuando publicó “Días de guardar” (1970), pues él es una presencia ineludible en el mundo cultural, tanto en su calidad de escritor como de crítico, cronista, periodista y una lista de oficios más, aseveró.

Fernando Curiel ha tenido, entre otros cargos, colaborador de Editorial Posada, guionista en Radio Universidad, jefe del Departamento de Humanidades de la UNAM, director de Radio Universidad y de la Revista Universidad de México, director de Difusión Cultural de la UNAM, y como coordinador del Seminario de Investigación y Creación Literaria del INBA.

A lo largo de su carrera ha obtenido premios y reconocimientos dentro y fuera del país, como el Premio Biografía 1989, por “El cielo no se abre”; Premio Xavier Villaurrutia de Ensayo 1980, por “Onetti: Obra y calculado infortunio”, y el Premio Nacional de Ensayo Literario “José Revueltas” 1983, por “La querella de Martín Luis Guzmán”, entre otros más.

Tras sus anteriores declaraciones, en entrevistado se unió al nutrido grupo de amigos, artistas, funcionarios culturales, promotores de la lectura y público en general que se dio cita en el Museo del Estanquillo. Colecciones Carlos Monsiváis, para recordar a ese personaje del arte y la cultura nacional cuyas arengas permearon la segunda mitad del Siglo XX.

Todos ellos armaron el homenaje “¡Por mi madre, bohemios!”, que incluyó lecturas en voz alta, talleres, conferencias y una sesión continua de serigrafía, con el fin de mantener vivo el legado de Carlos Monsiváis, en el marco del séptimo aniversario luctuoso de ese célebre personaje. Inició a las 11:00 horas y terminó cuando el Sol se ocultó tras el horizonte.

Ahí, Henoc de Santiago, director del Museo del Estanquillo, dio la bienvenida a todos los asistentes, a quienes explicó que la jornada se haría posible gracias a la conjunción de esfuerzos y el apoyo de las secretarías de Cultura federal y de la Ciudad de México. Así, durante varias horas se llevó a cabo un emotivo homenaje, como cada año desde el 2011.

Beatriz Sánchez Monsiváis, a nombre de la familia del reconocido escritor, celebró la realización de este tributo con el cual, dijo, “se sigue difundiendo la obra de Carlos, a través de lecturas que permiten conocer más del pensamiento y la cultura de Monsiváis”, y acto seguido, se llevó a cabo una sesión de lectura de la obra de ese emblemático autor.

ntx/jcd

Habría cumplido 80 años Erich Segal, autor de “Love Story”

El escritor y guionista estadounidense Erich Segal será recordado mañana a ocho decadas de su nacimiento, ocurrido el 16 de junio de 1937, por su emblemática novela “Love story”, una entrañable historia amorosa cuyo éxito se replicó en infinidad de lenguas, mostrando que ese sentimiento es universal.

Erich Segal vio la primera luz en Brooklyn, Nueva York, en el seno de una familia judía. Durante su juventud asistió a Midwood High School, en su ciudad natal, para después tomar algunos cursos de verano en Suiza.

Su alma mater fue la Universidad de Harvard, de la cual se graduó en 1958, donde también obtuvo una maestría y un doctorado en Literatura comparada, en 1965.

Cuentan sus biógrafos que entre sus primeros trabajos se reconoce su colaboración en guiones cinematográficos de películas como “Yellow Submarine” (1968), del fen.

Hacia finales de los años 60 publicó sus primeros textos académicios, “Roman Laughter: The Comedy of Plautus”(1968) o “Euripides. A collection of critical essays” (1968), e impartió clases de lenguas clásicas en prestigiadas universidades de Estados Unidos como Harvard, Princeton y Yale.

De acuerdo con una publicación del diario español “El País”, fue en la Navidad de 1969, cuando escribió un guion sobre el amor imposible de dos jóvenes: “Love story”, el cual fue rechazado por las principales productoras, a lo que Segal decidió transformarlo a formato de novela.

“Love story”, a la que se deben frases como “el amor significa no tener que decir nunca lo siento”, fue publicada el Día de San Valentín de 1970, año en el que se ubicó como la novela de ficción más vendida en Estados Unidos, lo que le valió al autor un gran éxito.

Luego del impacto que provocó la novela, ese mismo año fue llevada a la pantalla grande, bajo la dirección de Arthur Hiller, y nominada a siete premios Oscar entre ellos el de Mejor Guión Original para Segal; sin embargo la película sólo se llevó la estatuilla a Mejor Banda Sonora.

En 1977 publicó la segunda parte de “Love story”, que tituló “Oliver’s Story”, y que el año siguiente también fue llevada al cine, adaptada por el mismo autor y dirigida por John Korty.

Cuentan sus biógrafos que fue en los años 80 cuando se mudó a Londres, continuó su profesión de docente en la Universidad de Oxford y publicó títulos especializados en cultura clásica como “Un hombre, una mujer, un hijo” (1980), “La promoción” (1985) y “Doctores” (1988).

En el comienzo del nuevo siglo, luego de impartir clases en reconocidas Universidades de Estados Unidos y del Reino Unido, vio a dos de sus ex alumnos –George W. Bush y Al Gore– competir por la presidencia de su país natal.

En esos años, “Love story” ya había sido traducida a 33 idiomas y Segal abandonó la literatura comercial para regresar al tema de su tesis doctoral, que se centraba en la historia de los chistes verdes desde la Grecia clásica hasta Stanley Kubrick.

En entrevistas realizadas por medios ingleses, Segal sostenía que el siglo XX había acabado con la comedia como género, y así quedó plasmado en el que fue su último libro: “The death of comedy” (2001).

ntx/jcd

Leer y promover su obra, el mejor homenaje a Rulfo: Juan Villoro

Con la lectura y la interpretación de su obra, así es como Juan Villoro pidió celebrar al escritor, guionista y fotógrafo mexicano Juan Rulfo (1917-1986), a propósito del centenario de su natalicio que se cumple hoy.

El también Premio Herralde 2004, por su novela “Testigo”, calificó de digna la postura de la Fundación Juan Rulfo, respecto a que el centenario no se volviera un circo con carros alegóricos, un despilfarro de dinero.

Y es que para Villoro, la figura de Juan Rulfo es tan estimulante, que no deja de activar el pensamiento, la reflexión, la respuesta de los lectores, “y me parece importante que ésa sea la manera en honrarlo: leyéndolo, discutiendo su obra y promoviéndola”.

Recordó que la obra del autor originario de Sayula, Jalisco, tiene una permanente novedad no sólo por sus logros estéticos que son extraordinarios y de alguna manera insuperables; sino porque no ha existido nunca un campesino en la vida real que haya hablado realmente como un personaje de Rulfo.

Sin embargo, agregó, nunca un campesino ha sonado tan auténtico como en los textos de Rulfo, él supo captar esta autenticidad de la idiosincrasia mexicana de una manera formidable e insustituible.

“Pensemos en los cuentos que él escribe con temas de violencia y eso trágicamente sigue siendo la realidad contemporánea, uno de esos cuentos ‘Paso del Norte’ trata sobre unos migrantes que quieren cruzar a Estados Unidos y son acribillados en el Río Bravo y esta situación hoy en día, en tiempos de Donald Trump, es particularmente actual”.

“Lo mismo podemos decir de una figura como ‘Pedro Páramo’, un cacique que ejerce del poder de manera omnímoda y esto lo vemos con tantos personajes de México que confunden lo público con lo privado y administran un lugar como si fuera de su propiedad”.

Además, subrayó, es un patriarca y esta institución del patriarcado en las familias no deja de ser un problema contemporáneo, si pensamos la figura del padre autoritario, el machismo, muchas de las actitudes que hay en el México contemporáneo.

Desde el punto de vista documental y testimonial, “Pedro Páramo” y “El Llano en llamas” siguen siendo libros vigentes y lo más importante es que son dos obras de arte y eso se puede refrendar por los muchos escritores que siguen la estela de Juan Rulto.

“Recientemente se han dado casos de jóvenes narradores, como Rodrigo Sánchez Cámara con su cuento ‘Una pura brasa’, inspirado en Rulfo; son dos personajes que están chateando. Es un texto muy contemporáneo y anclado en la tradición rufiana. Las nuevas generaciones están muy cercar de los mensajes rufianos”, consideró.

También dejó claro que “Pedro Páramo” clausura la famosa novela de la Revolución y, en cierta forma, la narrativa rural de México en los años 10 al 20 del siglo pasado, donde se presentaba un país muy rural, en el que de 80 a 90 por ciento de la población vivía en el campo.

“Ahora bien, la modernidad con que él observa los fenómenos y la destreza técnica de su literatura, hace que se clausure ese periodo y después viene la novela urbana y otro tipo de temas y Rulfo remata con broche de oro, la literatura rural y de la Revolución Mexicana y abre el campo a otro tipo de literatura”, concluyó.

NTX/jCd

“Los pobres no leen porque son ignorantes”: Vargas Llosa

El escritor peruano Mario Vargas Llosa aseguró que su primera novela, La ciudad y los perros (1963), fue una “gran aventura” que lo ayudó a descubrirse como escritor realista y a vencer las dudad que tenía con su vocación de escritor.

En la primera de cuatro conferencias que dictará en la Universidad de Chicago (Illinois, EE.UU.) en torno a El escritor y sus demonios, el premio Nobel de Literatura 2010 dijo que descubrió desde muy joven los problemas sociales y políticos del Perú y siempre se preguntaba cómo se puede ser escritor en un país donde muy poca gente lee.

“Los pobres no leen porque son ignorantes y los ricos (no leen) porque le dan poca importancia a la cultura y la literatura, y también son ignorantes”, expresó.

Vargas Llosa reveló que los problemas morales que le planteaba su vocación se disiparon cuando ingresó a la universidad donde su pensamiento fue “impregnado por las ideas de los filósofo franceses”, en particular Jean Paul Sartre, para quien hacer literatura era una forma de participar en los cambios históricos de manera muy efectiva.

La ciudad y los perros fue su primera novela, publicada en 1963 y considerada de gran importancia ya que colocó a la narrativa peruana en el llamado “boom latinoamericano”, junto con diversos autores de Latinoamérica.

JCD

Fallece el escritor mexicano Sergio González Rodríguez

El escritor y periodista mexicano Sergio González Rodríguez, autor de libros como “Huesos en el desierto”, falleció hoy a consecuencia de un infarto, confirmó el Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).

Los restos del autor serán velados a partir de las 18:00 horas en conocida funeraria del rumbo de Félix Cuevas, a donde se espera acudan familiares, amigos y colegas de quien es considerado un cronista fundamental de nuestra época.

De acuerdo con la misma fuente, Sergio González Rodríguez nació el 26 de enero de 1950. Estudió la licenciatura en letras modernas en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), y fue reconocido por tratar temas relacionados con la violencia y la injusticia social en México.

También fue investigador de la Dirección de Estudios Históricos del Instituto Nacional de Antropología e Historia, guionista de la serie histórica de televisión “México, Siglo XX” y consejero editorial y articulista del diario Reforma y de su suplemento cultural “El Ángel”.

Con Roberto Diego Ortega dirigió El Nacional Dominical. Tuvo a su cargo la edición de “Viajes y ensayos de Salvador Novo” y participó en una veintena de libros colectivos. Fue miembro del Sistema Nacional de Creadores Artísticos.

Algunos de los premios que obtuvo fueron el Anagrama de Ensayo 1992 de España por “El Centauro en el paisaje” y el de Periodismo Cultural Fernando Benítez 1995 por “Mujer de table-dance”.

Su reportaje/crónica/ensayo “Huesos en el desierto” fue finalista de los premios de Reportaje Literario Lettre/Ulysses 2003 de Alemania y Herralde de Novela 2004.

También obtuvo los premios Casa América Catalunya a la Libertad de Expresión en Iberoamérica 2013 y el Anagrama de Ensayo 2014 por “Campo de guerra”.

NTX/JZCD

Fallece el escritor Eusebio Ruvalcaba

El novelista y poeta Eusebio Ruvalcaba falleció a los 65 años, informaron PEN México y la Coordinación Nacional de Literatura del INBA.

Ruvalcaba, prolífico narrador, poeta y periodista, entabló una relación de complicidad con la juventud mexicana por medio de su columna en la revista de rock y contracultura La Mosca en la pared, titulada como su primera novela: Un hilito de sangre de 1991.

Se le recuerda además por su vocación como tallerista y formador de escritores en el Fondo Nacional para la Cultura y las Artes.

El hijo del violinista Higinio Ruvalcaba, dedicó su última entrada de blog, al prodigioso compositor italiano Paganini.

“Talento narrativo, generosidad y un enorme conocimiento musical se aunaban en Eusebio Ruvalcaba. Lo extrañaremos mucho”, escribió Mauricio Montiel, titular de la Coordinación Nacional de Literatura del INBA, en Twitter.

El pasado 7 de enero, había ingresado al hospital debido a un hematoma cerebral.

JZCD

Oscar Wilde, el impertinente esteticista

Poeta y esteta. Dandy y mundano. Dramaturgo, cuentista, crítico de arte. Sensible y provocador. Ingenioso e irónico. Icono del mundo gay, padre, esposo, amante. Oscar Wilde: un hombre que alcanzó la gloria y el máximo reconocimiento de la élite intelectual europea de finales del XIX, pero también el desprestigio y la ruina en sus últimos años de vida por haber perturbado la Londres victoriana, que no vio con buenos ojos que su homosexualidad fuera de conocimiento público.

Esa fue su mayor impertinencia, aunque no la única. Desde que empezó a hacerse un nombre como crítico de arte, Wilde fue atacado por promover el esteticismo, según el cual el único fin del arte es exaltar la belleza.

El 2 de enero de 1882, Wilde desembarcó en Nueva York para dictar una serie de conferencias sobre “lo bello” y las artes decorativas. Las reacciones homofóbicas no tardaron en aparecer y se imprimieron avisos y caricaturas en los que se recreaba su imagen con textos que decían “Atácame con un girasol” o “Inglaterra nos ha enviado muchas cosas curiosas. Wilde, fiel a su deseo de cosechar “el éxito, la fama e incluso la mala fama”, solo se refirió una vez a esas viñetas cuando estaba de regreso en Londres. “Nada nos separa ya de América. A excepción, claro está, de la lengua”, dijo.

De ese viaje le quedaron una estrecha amistad con el poeta neoyorquino Walt Whitman y los recursos económicos suficientes para instalarse en París a comienzos de 1883. Durante algunos meses se hospedó en la casa de Víctor Hugo, donde escribió Vera o los nihilistas y La duquesa de Padua. Más tarde regresó a Londres y, por insistencia de su madre, se casó con Constance Lloyd.

Tres acontecimientos ocurridos por ese tiempo marcaron la vida y leyenda de Wilde: publicó su primera y única novela, El retrato de Dorian Gray; escribió en París y en francés la pieza de teatro Salomé, y conoció a Lord Alfred Douglas, su más querido amante, a quien llamaba ‘Bosie’. Salomé fue prohibida en Londres y nunca se llevó a escena en Inglaterra mientras que Wilde estuvo vivo, a diferencia de París, que sí la acogió en sus teatros.

Tras un proceso judicial, lo encontraron culpable de “actos obscenos” y “homosexualidad”, y lo condenaron a dos años de trabajos forzados en la prisión de Reading, a ochenta kilómetros de Londres. Después del primer año tras las rejas, Wilde pidió una reducción de su pena.

Cuando Wilde fue liberado, el 19 de mayo de 1897, abandonó Inglaterra, se radicó en Francia y escribió Balada de la cárcel de Reading, un largo poema que cuenta su experiencia como prisionero. Las primeras ediciones inglesas se publicaron sin el nombre de Wilde y se firmaron con el número de su celda: C.3.3.

Wilde murió el 30 de noviembre de 1900 en París, tras sufrir una meningitis. Se sabe cómo transcurrieron los últimos días gracias a una carta en la que escribió: “Vivo tranquilamente en un pequeño albergue al borde del mar y resido, por el momento, en soledad. Durante mi encarcelamiento, Francia me trató con mucha gentileza; hoy –como madre que es de todos los artistas– me ha dado el asilo. Para escapar de las tontas lenguas y de las miradas inquisidoras, he tomado por el momento el nombre de Sébastien Melmoth. Le ruego guardar sólo para usted el secreto de mi nombre y de mi lugar de residencia. Espero vivir en la paz y la soledad”.

 

MiHeL