La presencia de alergias, infecciones y otras enfermedades han sido asociadas a la carencia de bacterias buenas en la flora intestinal, por una deficiente lactancia materna.
La directora del Centro de Investigación Interdisciplinaria de la Leche y Lactancia Humanas, de Cincinnati, Ardythe Morrow explicó que los azúcares de la leche materna (oligosacáridos) proporcionan defensas para combatir las bacterias malas y ayudan a evitar infecciones.
En conferencia de prensa, la especialista agregó que lo oligosacáridos también son el alimento de las bacterias buenas, lo que favorece el equilibrio de la microbiota intestinal.
En el mismo sentido, el gastroenterólogo pediatra Pedro Alarcón señaló que a estas sustancias de la leche materna se les conoce como HMO (por sus siglas en inglés), y no se absorben en el intestino.
“Los HMO no se absorben en el intestino delgado, pasan al colon y son comida en la flora intestinal y producen grasas que también alimentan las células del colon, pasan a la sangre y producen defensas inmunológico”, abundó.
El también investigador agregó que al terminar el periodo de lactancia es importante continuar fortaleciendo el sistema inmune, y debido a que algunos estudios han logrado identificar componentes de la leche humana, ya han sido sintetizados y fabricados para adicionarla a las fórmulas lácteas.
Durante la presentación de la fórmula láctea del laboratorio Abbot que contiene HMO, de nombre comercial Similac 3, expresó que el adicionar este prebiótico al alimento infantil resulta en un mayor beneficio para su salud intestinal e inmunológico.
Esta fórmula de continuación está indicada para menores a partir de un año, sin que sustituya la lactancia materna.
NTX
