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Nike también está obsesionado con el millennial pink

El oro rosa hasta por todos lados, en joyería, pelo y hasta en tenis. Nike acaba de lanzar un nuevo modelo que enloquecerá a las feministas. Se trata de Chrome Blush collection una línea llena de sneakers en tonos metálicos y con el toque sporty chic que los distingue.

Para darle un toque stylish, tienen efecto ombré, van de negro a rosa metálico. Si quieres combinarlos con ropa deportiva, la marca también lanzó sports bra, blusas y leggings de los mismos colores. Así que ya no hay pretexto, puedes verte súper cool hasta cuando haces ejercicio.

Por si fuera poco, en los anuncios publicitarios de la nueva línea aparecen atletas de las olímpiadas como Kapas Boglarka, la famosa instructora de yoga Klara Pokorna, y la bailarina Jana Vrána.

Lo mejor de esta línea es que puedes darle doble uso a los tenis, tanto en el gym como en el street style. Ve la colección completa, ¡te vas a enamorar!

Los sneakers están disponible por $14o dólares online.

jcd

¿Naciste entre 1977 y 1983? Pues ni Generación X ni ‘millennial’, eres un ‘xennial’

A lo mejor te sientes demasiado viejo para ser un millennial. No tuviste celular hasta que llegaste a la universidad, por ejemplo, y puede que incluso tengas hijos. No estás para que te llamen la generación del futuro. Pero al mismo tiempo, la Generación X te resulta muy lejana. El grunge era algo que escuchaban tus hermanos mayores y conoces a Winona Ryder más de Stranger Things que de Reality Bites.

En tal caso, es posible que seas un xennial. Tranquilo, no es un insulto.

El término, que mezcla la X con el final de la palabra millennial, aparece por primera vez en un artículo de la web Good publicado en 2014. Allí se definía como “una microgeneración que funciona como puente entre el descontento de la Generación X y el alegre optimismo de los millennials”, pero “sin estar tan enfadados como la Generación X ni tan seguros como los millennials”.

Si se ha popularizado en las últimas semanas ha sido gracias a un meme muy compartido en Twitter y en Facebook. Según este texto, con el que muchos se sienten identificados, estas son las cuatro características de esta generación bisagra. Nótese la invitación a la nostalgia que supone mencionar la trilogía de Star Wars, subrayando que es la “original”. Es decir, la buena. (Pincha en la imagen para leer la traducción).

Quizás el rasgo más distintivo es el tercero: como dice el periodista Michael Harris en su libro The End of Absence, somos la última generación que recordará cómo era la vida antes de internet. Coincide Dan Woodman, sociólogo de la Universidad de Melbourne, que explica a Verne por correo electrónico que el término xennial tiene sentido cuando se habla de las experiencias digitales, que son similares para los millennials más viejos y para los gen-x más jóvenes.

Los últimos en llamar al fijo de sus amigos

Los xennials vivieron muchos años sin internet. No había Tinder y tenían que llamar al teléfono fijo de la persona que les gustaba para invitarla al cine, confiando en que no contestara su padre o su madre. Compraban discos porque era la única forma de escuchar la música que querían cuando querían. Y salían de casa sin celular, tablet y sin que nadie nos pudiera avisar de que llegaba tarde.

Pero también comenzaron a usar internet y el teléfono (quizás un Nokia 3310 sin conexión a internet) en la escuela o en la universidad, lo que fue suficiente para que al comenzar a trabajar algún jefe te dijera algo así como “tú sabes cómo va eso del internet, ¿verdad?”, antes de pedirte que le abriéras una cuenta de correo en Hotmail.

“Hay vivencias comunes -explica a Verne Almudena Moreno, socióloga de la Universidad de Valladolid y una de las diferencias entre  generaciones puede ser el acceso a los instrumentos tecnológicos, que proporcionan un contexto vivencial común”. Este contexto también influye en cómo nos relacionamos con los demás.

Tuviste iPod. Pero también un walkman. 

¿Qué es una generación?

De todas formas, tanto Moreno como Woodman son críticos con estas generalizaciones. Las nuevas etiquetas se acuñan para intentar explicar “cambios demográficos o de valores”, explica Woodman. Sin embargo, no hay criterios claros “para saber qué define a una generación y, en mi opinión, ponerse de acuerdo en esto es poco probable”.

Moreno recuerda que los jóvenes “son un colectivo muy heterogéneo” y resulta muy difícil definirlos a todos con los mismos adjetivos. “Parece que solo se haga para venderles productos, que ponerles una etiqueta sea como ponerles un precio”.

De hecho, la creación de esta etiqueta bisagra responde en gran medida a la insatisfacción de mucha gente con los defectos de las otras dos etiquetas, la Generación X y la de millennialsComo ya habíamos escrito en Verne, meter en un mismo saco a todos los nacidos entre 1982 y 2004 puede ser un error en muchos casos, al tratarse de un grupo muy amplio con experiencias muy diversas. “Ninguna generación tiene una serie homogénea de creencias y valores”, explica Woodman, que añade que hay muchas diferencias entre las experiencias de los miembros de una misma generación y entre jóvenes de diferentes países, por mucho que nos empeñemos en importar términos estadounidenses.

Además, la diferencia entre las generaciones “nunca será absoluta” y es muy posible que un millennial nacido en 1982 tenga más en común con un gen-x nacido en 1979 que con otro millennial que nació en 1992.

Es decir, aunque se pueda hablar de cambios generacionales, “cada generación se solapará con la anterior y la posterior, y no son radicalmente ajenas las unas de las otras”. De esto tampoco se libra la definición de xennial, aunque se presente como bisagra: ¿una persona nacida el 31 de diciembre de 1976 ya no puede sentirse identificado con esta etiqueta?

Antes de Google existía Altavista. 

Nadie quiere ser millennial

No solo hay etiquetas para los millennials más viejos. También para los más jóvenes: muchos consideran que los últimos millennials son los nacidos en 1993 y a partir de entonces hay que hablar de Generación Z, como recoge este artículo de The New York Times, que los define como trabajadores y preocupados por el futuro.

Total, que nadie quiere ser millennial. La etiqueta, que de por sí es muy discutible, genera rechazo: solo el 40% de los estadounidenses que entran dentro de la categoría se sienten parte de ella, según el centro de investigaciones sociológicas Pew Research. De hecho, un 33% se considera parte de la Generación X (imagino que muchos ahora se sentirán xennials).

Esto es comprensible si tenemos en cuenta que la mayoría de calificativos que se les dedica son (injustamente) negativos: “Egoístas, vagos, ninis… -enumera Moreno-. Son adjetivos que no se corresponden con la realidad”. En su opinión, responden a una lógica de mercado en la que se quiere fomentar el individualismo y acusar a los jóvenes de no ser capaces de resolver problemas que a menudo han heredado de generaciones anteriores.

Esto no quiere decir que estos términos no tengan ningún valor. Como explica Woodman, parafraseando a José Ortega y Gasset, “estamos formados por el tiempo en el que vivimos”, especialmente por las experiencias de nuestra juventud, “que determinan nuestras vidas y pueden crear nuevos movimientos políticos”.

MiHeL

El valor de los programas de salud para los millennial

Los jóvenes rodeados de tecnologías y de nuevas prácticas que llegaron a la vida adulta en el año 2000, la generación millennial, valora más los programas de salud dentro de las empresas.

Aunque muchas de sus posturas son independientes y con ello su dificultad para encontrar un empleo, la generación del milenio ha mostrado una preferencia mayor por los espacios donde se fomentan prácticas que favorecen el bienestar de los empleados.

“La generación millennial valora más el tener iniciativas de salud dentro de su empresa, a veces más que la propia retribución económica”, expresó Annel Lozano, subdirectora en Estrategia de Salud Be Well de Lockton México.

Aseguró que este tipo de programas no sólo son médicos, pues abarcan la parte nutricional, psicológica, física, así como herramientas que los favorezcan en la parte legal y económica.

“El apego que se logra de parte de los trabajadores hacía la compañía es mucho más fuerte cuando existen este tipo de programas que procuran al empleado, los cuales incluyen desde la activación física, clases, llevar nutriólogos, vacunación y herramientas para la prevención”.

La experta en salud laboral recalcó que desde la generación de los millennials hasta personas adultas han mostrado una mayor disposición a este tipo de actividades, cuando se muestra un seguimiento de los programas.

“A veces se toman pruebas sanguíneas y hasta el próximo año se vuelven a tomar, es muy importante que se enfatice que en los recursos siempre haya una línea de seguimiento y los empleados no vean esto como acciones aisladas”, indicó.

“En un principio, agregó, son buenas las pruebas simples de azúcar, sangre, triglicéridos, índice de masa corporal, peso y talla, pero a partir de ahí se deben priorizar los temas, dar seguimiento con coaching de salud para lograr que la persona pueda cambiar sus hábitos y que se puedan medir los resultados”.

La especialista aseguró que el seguimiento de estos programas debe aplicarse en un lapso mínimo de tres años, un costo que “a veces no representa ni siquiera un tres por ciento de lo que representaría una enfermedad en los empleados” y que se vería traducido en ausentismo, incapacidades y rotación de personal.

La doctora Annel Lozano destacó que gracias las iniciativas de bienestar en las empresas, el 75 por ciento de los infartos pueden ser prevenidos; el 40 por ciento en enfermedades cardiovasculares se pueden disminuir; y el 50 por ciento de las complicaciones de enfermedades como la diabetes mellitus se pueden contener.

“La recomendación para los empleadores es que se acerquen a gente con experiencia y a personal capacitado que puede llevar estos programas integrales a largo plazo y con resultados”, destacó.

ntx/jcd

“Kalimán” regresará renovado para la generación millennial

El superhéroe mexicano “Kalimán” estará de regreso este año en las historietas, el radio y una serie, informó Édgar Aguilera, quien cuenta con los derechos de esta franquicia.

Aseveró que está trabajando para que este personaje tenga las modificaciones necesarias y sea atractivo para el nuevo público -los llamados millennials- quienes podrán leer las páginas del cómic a todo color y no en sepia.

“Como representante oficial del personaje puedo decir que lo hemos estudiado junto con periodistas, sociólogos, mercadólogos y demás para diseñar a un Kalimán de hoy”, declaró.

De igual manera se reinterpretará el diseño del audio, las voces, para que siga teniendo la esencia de “Kalimán”, pero con nuevos códigos de comunicación.

“Viene un nuevo cómic que tendrá nuevos trazos para que se conecte con los adolescentes quienes están en la era digital, también será un papel más humanizado así como arrancó, pues con el tiempo fue cambiando y puliendo a lo largo de los años, hasta convertirse en un ser casi mitológico”, puntualizó.

“Leí a profundidad los guiones de radio, escuché toda la serie de 40 episodios, como la historieta que fueron 10 números en 1965; de todas las diferencias que había sacaremos una nueva versión en formato de novela”.

 

Luego de esto habrá una serie de relanzamientos de los cómics originales, se entregarán en compendios de 10 episodios y de esta manera se entregarán poco a poco parte del acervo de “Kalimán”, para quienes crecieron con él o los curiosos por conocerlo.

“No puede ser que México no tenga un superhéroe de cine, que pueda recaudar lo que tienen las transnacionales, es momento que el público de este país, vea a sus propios personajes”, aseveró.

De “Kalimán” se hicieron mil 308 portadas, en 27 años ininterrumpidos desde el 6 de diciembre de 1965 hasta 1987 y de ahí se hicieron algunas versiones especiales.

México y la India, en donde se ubica “Kalimán”, se parecen en muchas cosas, cuya conexión provocó que se creara este personaje pagano con un misticismo muy variado, de colores.

NTX/jcd