Revisar prohibición de cigarros electrónicos, pide especialista

Luego de que el Centro para el Control de Enfermedades y Prevención de Estados Unidos de América (CDC, por sus siglas en inglés), deslindó a los vaporizadores o cigarros electrónicos como la causa de los decesos de 68 personas, no hay razón por la cual México haya prohibido la importación de los cigarros electrónicos.

Lo anterior fue señalado por Roberto Sussman, director general de la organización ProVapeo, quien comentó que lo sucedido con esas personas fallecidas fue el uso de sustancias ilegales como el acetato de vitamina y el THC, adquiridas en “el mercado negro”.

En conferencia de prensa, el directivo precisó que el dictamen de las autoridades estadounidenses, en el sentido de que el vapeo de sustancias ilegales provocó la muerte de personas en ese país, “echó por la borda” el argumento técnico utilizado por el gobierno mexicano para prohibir la importación de cigarros electrónicos”.

El especialista afirmó que este dictamen demuestra que el argumento técnico, tanto del decreto presidencial como del documento emitido por la Secretaría de Salud, son deficientes.

Es decir, no se definieron las sustancias específicas que son de peligro y no los aparatos, entonces eso sí es un detrimento; es una falla grave de comunicación de riesgo porque no se le está diciendo a la población dónde está el riesgo, dijo.

El 19 de febrero pasado, a través del Diario Oficial de la Federación (DOF), se publicó un decreto presidencial, mediante quedó prohibida la importación de cigarros electrónicos, “como parte de las acciones del gobierno mexicanos para proteger la salud de los mexicanos”, bajo el argumento de que el aerosol procedente de estos dispositivos “contiene más metales pesados que el humo del cigarro tradicional”.

Sin embargo, esta semana, a través de un reporte, el CDC de Estados Unidos dictaminó que la causa principal del brote de muertes y pacientes asociados a enfermedades pulmonares observado en la segunda mitad de 2019 fue por el vapeo de acetato de vitamina y THC, precisó.

Sussman, también investigador del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, consideró que el gobierno mexicano tendrá que reconsiderar su posición y convocar a un debate para formular una regulación que defina los lineamientos para la compra, venta y distribución de cigarros electrónicos en el país, en el marco de una estrategia pública para revertir el consumo de tabaco.

Recordó que los cigarros electrónicos son un instrumento que están utilizando las autoridades del Reino Unido para combatir el tabaquismo y lo cual, dijo, ha funcionado muy bien porque el porcentaje de fumadores en esa región bajó de 20 a 15 por ciento en cinco años.

Por ello, dijo, el gobierno federal debería de reconsiderar este decreto, abrir un debate y permitir que el proceso de regulación siga su cauce.

En el foro Nicotina más segura, salvando vidas: Reducción del riesgo del tabaco en América Latina, Gerry Stimson, profesor emérito del Imperial College de Londres, destacó las ventajas comprobadas que representan los cigarros electrónicos para todas aquellas personas que desean de fumar tabaco.

“Hay esperanzas para las personas que quieren dejar de fumar; hay ejemplos muy claros donde el introducir productos seguros de nicotina pueden llevar a una drástica reducción de fumar cigarrillos; en Japón después de la introducción de estos productos de tabaco calentado, hubo una caída masiva en la venta de los cigarros de 30 por ciento en los últimos cuatro años”, comentó.

El especialista se pronunció a favor de que las autoridades de los diferentes países otorguen las mayores facilidades para todas aquellas personas que desean abandonar el consumo de tabaco, hábito responsable de la muerte de miles de personas a lo largo del mundo.

“Las restricciones excesivas no funcionan; el prohibirlo no funciona; lo importante es el derecho a la salud; si hay alternativas más seguras, no es ético ponerle tantas restricciones a la disponibilidad de esas alternativas”, aseveró.

David Sweanor, profesor de la Universidad de Ottawa, en Canadá, dijo que, frente al creciente y justificado interés de la población en proteger su salud e integridad, las empresas tabacaleras deben evolucionar y migrar hacia otros nichos de mercado, pues de lo contrario podrían convertirse “en las nuevas Kodak”, y quedar marginadas de este proceso que ya se aprecia a nivel global.

Con información de NOTIMEX

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