Para activar la economía, los apoyos anunciados ¡no bastarán!

La Alianza Nacional de Pequeños Comerciantes (ANPEC) demanda duplicar el monto de los créditos ofrecidos por el gobierno federal a los pequeños y medianos comercios del país para que puedan enfrentar la crisis económica provocada por la pandemia del Covid-19. Un crédito de $25,000 resulta insuficiente, queda muy por debajo de la cantidad que se exige para cubrir los gastos de operación mensual de un pequeño negocio, por lo que estos apoyos crediticios se deben duplicar a $50,000, y por su naturaleza emergente deben ser sin intereses, dirigidos prioritariamente a fortalecer los negocios formalmente establecidos.


“Es urgente que estos créditos sean otorgados de manera transparente y eficiente, en forma expedita; estos recursos se ocupan ahora, después llegarían demasiado tarde. El pequeño comercio activa la economía local de las comunidades y el aislamiento social al que nos dirigimos por la contingencia pondrá en riesgo de cierre a más del 20% de estos negocios en el país, provocando un mayor desempleo del que tenemos. Por eso $25,000 es una cifra menor a la que se requiere y se exige para mantener a flote esta actividad comercial tan necesaria. Este tipo de negocios encuentran en el pago de servicios, renta, salarios, contribuciones, gastos logísticos, pasivos y capital de trabajo una suma que oscila en los $50,000 para su operación mensual. Por ello podemos afirmar que $25,000 es una cifra que llega a la mitad del río y no termina por cruzarlo y ofrecer el punto de equilibrio a estos negocios”, comentó Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.


Se hace un llamado al gobierno federal a que establezca perfiles y criterios transparentes a la hora del otorgamiento de estos apoyos crediticios, que vayan dirigidos a fortalecer a los negocios que operan en la formalidad, requisito para ser sujetos de recibir este crédito, ya que en todo momento lo correcto es apoyar al comercio legal en nuestro país. No se deben cobrar interés por este crédito porque surge como un apoyo extraordinario y tampoco regular a causa de la emergencia sanitaria que nos toca vivir. Se necesita también un periodo de gracia en los pagos bancarios (tarjetas de crédito, hipotecas, préstamos personales, etc.), de servicios (agua, luz, predial, teléfono, internet, televisión de paga, etc.) y fiscales (declaraciones, tenencia, refrendos, multas, etc.), en el entendido que estos pasivos se pagarán de forma prorrateada, posteriormente sin intereses.
“Algunos bancos (Banorte) han empezado a ofrecer a sus cuentahabientes hasta 6 meses de gracia en el pago de sus compromisos. Esta gracia está más que justificada, pero no debe llevar letras chiquitas. La gente debe tener acceso a un periodo de gracia real y aplicable a todos los que tengan compromisos bancarios para evitar que la sociedad se vea obligada a declararse en moratoria de pagos.


“El espíritu de todas estas medidas es ayudar a los negocios a mantenerse en pie, evitar que cierren e incrementen el desempleo. El aislamiento social obligado al que estamos emplazados tendrá graves consecuencias en nuestra economía, no tan solo caerán las ventas sino también el poder de compra. Mucha gente no tendrá ingresos y se las verán muy duras para sortear esta contingencia, por lo que se requiere ofrecer canastas de alimentos esenciales de consumo diario a bajo costo a las familias. El abasto de alimentos está garantizado, no debemos caer en compras de pánico, ya que generan desabastos momentáneos que brindan la oportunidad para la especulación y alza de precios injustificada en los productos. Ya de antemano, los alimentos venían subiendo de precio, disparando la inflación y elevando la carestía de la vida, como está pasando hoy con muchos productos de consumo obligado: huevo, tortilla, frutas, verduras, artículos de aseo y de higiene personal, etc. Podemos afirmar que el abasto de comestibles en México está garantizado para superar esta pandemia.


“Muchos negocios, pequeños, medianos y grandes caerán en números rojos y se verán a la orilla de bajar la cortina, a cerrar sus puertas y a despedir a sus empleados por quiebra si no se les ofrece apoyos constantes y sonantes oportunos por parte de los distintos niveles de gobierno. El de mayor responsabilidad de esto, sin duda, es el gobierno federal”, aseguró Cuauhtémoc Rivera, presidente de ANPEC.


La profundidad del boquete económico que erosionará la actividad comercial en nuestro país próximamente no se ha dimensionado aún, pero nos queda claro que los 20 mil millones de dólares que anunció nuestro gobierno para enfrentar esta crisis será una cifra rebasada por la realidad.


Se necesita una alianza de todos: Gobierno, IP y Sociedad, para que todos empujemos hacia un mismo lado para que logremos salir de este enorme bache en el que hemos caído. El gobierno no podrá solo, las empresas dejarán de ser sostenibles y la sociedad se verá más empobrecida y marginada si no nos ponemos de acuerdo para actuar coordinadamente. Ahora es la hora de ser corresponsables.
Mucho se ha insistido en que nuestra cultura arrastra un ancla que impide su desarrollo, el ancla de la “Procrastinación”, el dejar las cosas para después. Si esto es verdad estos tiempos exigen ir en contra de nosotros mismos. Lo debemos hacer, lo debemos hacer bien, ahora y no después.

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