Rara vez se veían mascarillas en el Ala Oeste de la Casa Blanca. Multitudes de personas se reunían hombro con hombro en el jardín sur de la Casa Blanca. El avión presidencial Air Force One cruzaba el cielo de un mitin de campaña masivo a otro.
Con fácil acceso a pruebas diagnósticas y las mejores mentes de salud pública a su disposición, el presidente Donald Trump debería haber sido el estadounidense más seguro frente al COVID-19. En cambio, minimizó las pautas de su propio gobierno y ayudó a crear una falsa sensación de invulnerabilidad en la Casa Blanca, un enfoque que ahora le pasó factura, como el virus ya lo ha hecho en una nación donde han muerto más de 200.000 personas.
Con información de AP