Algunos residentes de la capital de México pasaron la víspera de Año Nuevo en filas que serpenteaban por una calle y doblaban una esquina, esperando llenar tanques de oxígeno para familiares enfermos de COVID-19.
La ciudad de nueve millones de personas ha experimentado un aumento en las infecciones por coronavirus y los hospitales de la ciudad están ocupados en un 87%, lo que agota el suministro de oxígeno.
Eso ha dado lugar a largas filas y aumentos de precios que hacen que sea difícil o imposible para algunos rellenar tanques que, en algunos casos, duran solo unas pocas horas.