La economía británica devastada por el coronavirus sufrió su mayor caída en la producción en más de 300 años en 2020 cuando se desplomó un 9,9%, pero evitó regresar a la recesión a fin de año y parece encaminada a una recuperación en 2021.
Las cifras oficiales mostraron que el producto interno bruto (PIB) creció un 1,0% entre octubre y diciembre, el tope de una serie de pronósticos de economistas.