Toyota Motor Corp redujo su objetivo de producción anual en 300,000 vehículos el viernes a medida que el aumento de las infecciones por COVID-19 ralentizaba la producción en las fábricas de piezas de Vietnam y Malasia, agravando una escasez mundial de chips de automóviles.

“Es una combinación de coronavirus y semiconductores, pero en este momento es el coronavirus el que está teniendo el impacto abrumador”, dijo Kazunari Kumakura, ejecutivo del mayor fabricante de automóviles del mundo, después de que la compañía revisara su objetivo de producción.

A diferencia de otros grandes fabricantes de automóviles globales que se vieron obligados anteriormente a reducir los planes de producción, Toyota había logrado evitar recortes en la producción porque había almacenado componentes clave a lo largo de una cadena de suministro endurecida contra la interrupción tras el devastador terremoto del noreste de Japón en 2011.