El impulso de la administración Biden para una liberación coordinada de las existencias de petróleo sirve como advertencia al grupo de producción de la OPEP+ de que debería bombear más petróleo para abordar las preocupaciones de los altos precios del combustible en economías poderosas como Estados Unidos, China y otras.

Durante semanas, la Casa Blanca y los funcionarios de la administración habían instado a la Organización de Países Exportadores de Petróleo y a sus aliados, incluida Rusia, a acelerar los aumentos de la producción para satisfacer la demanda a medida que la economía mundial se recupera de las profundidades de la pandemia.

Después de que esas súplicas fueran rechazadas, la administración Biden trama un plan diferente para mantener presionando a la OPEP+ antes de su reunión del 2 de diciembre sobre la política de producción de petróleo.