El presidente Joe Biden rara vez menciona al fabricante de coches eléctricos Tesla Inc en público. Pero en privado su administración se ha apoyado en la compañía para ayudar a diseñar una nueva política que permita que los vehículos eléctricos (VE) se beneficien de los lucrativos subsidios a los combustibles renovables de la nación.

La administración Biden se puso en contacto con Tesla en su primer día en el cargo, marcando el inicio de una serie de reuniones sobre el tema entre funcionarios federales y empresas vinculadas a la industria de los vehículos eléctricos durante los meses siguientes, según los correos electrónicos.

El alcance temprano y extenso de la administración refleja que la expansión del alcance del Estándar de Combustible Renovable (RFS) para convertirlo en una herramienta para electrificar la flota de automóviles de la nación es una de las prioridades de Biden en la lucha contra el cambio climático.

El RFS, que se remonta a 2005, es un programa federal que requiere que el combustible para el transporte vendido en los Estados Unidos contenga un volumen mínimo de combustibles renovables. Hasta ahora, ha sido principalmente una subvención para el etanol a base de maíz.