El dólar estaba en un máximo de dos semanas sobre el euro el viernes, por delante de los datos de inflación que deberían guiar el camino de endurecimiento de las políticas de la Reserva Federal, y después de que el Banco Central Europeo dijera que comenzaría su campaña de aumento de tasas el próximo mes.

Se espera que el crecimiento de los precios básicos al consumidor de Estados Unidos enfríe una fracción, según se mostrarán los datos más adelante en el día mundial. Tal resultado proporcionaría algunas garantías a aquellos que esperaban que la inflación alta de décadas hubiera alcanzado su punto máximo en marzo y que el retroceso de abril no fue único.

Esto podría dar a la Reserva Federal cierto margen de maniobra para aumentar las tasas de forma menos agresiva a finales de año, ya que intenta frenar la inflación sin inclinar a la economía hacia la recesión.

A corto plazo, los mercados esperan que la próxima semana la Reserva Federal anuncie la segunda de sus tres subidas consecutivas de las tasas de interés de 50 puntos de base, que ha impulsado el dólar en los últimos meses.