La Columna de Once Varas

 

Para mi gran amigo, Manuel Dufoo Olvera.

La primera vez que supe que tendría una “armadura” en la columna vertebral, no pude evitar emocionarme. Tenía catorce años. Sin dudarlo, fui a presumir con mis compañeros de escuela. ¡”Seré el hombre de acero!” grité con emoción. Recuerdo que todos en el salón, me miraron sorprendidos. Yo estaba muy emocionado por tener mi “Armadura de acero”.

 

Después de los preparativos para colocarla, vino la fase de internamiento en el hospital. Según el médico que me operaría, sería una “cirugía fácil” que me podría ir de vacaciones en un mes, así como lo lee.

 

Pero bueno, regresando al punto, estaba listo para entrar a la cirugía. No le voy a mentir, los que me conocen dicen que tengo una “fuerza descomunal” a la hora de entrar a procedimientos de este tipo, sin embargo le soy muy sincero, me da terror ese camino eterno del cuarto del hospital al quirófano. Yo le llamo, “la procesión de las batas blancas” porque van entre camilleros, doctores y enfermeras, a “entregarte” a la “congeladora”. Ese lugar frío y silencioso, donde los sollozos hablan.

 

Estando ahí, recuerdo que me acompañó un médico residente de ascendencia española, muy agradable y buena persona, me dijo que no temiera, que iba a salir “bien librado”, dijo… “eres un campeón, como el Real Madrid” Si supiera que le voy al Barcelona, jajaja. Me llevó hasta el quirófano y me dejó. Ahí ya estaban los médicos, listos para comenzar su trabajo.

 

La cirugía salió muy bien, por el procedimiento, me pincharon un pulmón. Por protocolo me trasladaron a terapia intensiva. Ahí, acompañado de mamá y papá, pasé quince laaaargos días. De entrada la recuperación rápida no fue, y tardé dos meses en salir, no fue en una cirugía, fueron en dos, y salí dos mese después del hospital.

 

Esto fue en Julio 2002, para 2003, un año después de la intervención, mi columna estaba como en un principio, deforme y con una escoliosis, trastorno de la columna vertebral.

 

Pero, ¿Qué es la escoliosis?

 

La escoliosis es una curvatura anormal de la columna vertebral. En la columna, hay algunas curvas que son normales, o fisiológicas, y otras que no lo son. En las regiones cervical y lumbar, la lordosis o una curva hacia el interior es normal.

 

En la columna dorsal, la cifosis o una curva hacia el exterior es normal. Estas curvas de la columna se producen de adelante hacia atrás. La escoliosis consiste en una torsión o rotación de la curva de la columna vertebral resultando una curva que aparece como una “C” o “S”.

 

Pueden surgir al mismo tiempo dos curvas, una superior y otra inferior, una en la dirección opuesta a la otra, o puede haber una curva en una sola dirección. Las escoliosis cérvico-dorsal son raras, mientras que la dorsal, lumbar o ambas son más frecuentes.

 

Junto con la escoliosis, el niño puede desarrollar una cifosis (joroba) o una lordosis dorsal; es decir, una inversión de la curva fisiológica del cuello y la espalda baja.

 

Fuente: fisioterapiaonline.

 

Para esto, un médico que me trató un problema en las rodillas, me había recomendado con un médico, “eminencia en trastornos de la columna vertebral” pero por temas de dinero, no pudimos verlo.

 

Este médico, de nombre, Enrique Feldman, a quien aprecio mucho y agradezco su gran atención, al ver mis radiografías, las consultó con un colega médico, especialista en columna. De inmediato, habló con mis papás y les comentó que era vital que se me retirara el material implantado, pues mi vida corría peligro.

 

Gracias a las “diosidencias de la vida” una tía, que aprecio mucho, en una reunión familiar, escuchó a mi madre desesperada, contando mi caso. Esta tía, ya le había comentado a mamá que en el hospital donde ella labora, existía una “clinica de columna” que porqué no iba para que revisaran mi caso. En eso, mi tía le preguntó, ¿A qué doctor buscas? Ella respondió, al Dr. Manuel Dufoo, mi tía, emocionada le dijo. “Es el jefe de la unidad”

 

De inmediato, a la semana me dio cita el Dr. Dufoo. Desde la primera vez que nos vimos, parece como si nos conociéramos de “otras vidas” Desde el primer minuto, fue muy claro conmigo y con mis papás, “Conmigo Xicani no va a caminar, pero le voy a salvar la vida y a darle una vida digna”. Y eso, ha hecho desde que tenía 18 años de edad, al tener un accidente, se dio cuenta que su vocación es la de, “servir para vivir” Y desde hace más de treinta años, no sólo salva vidas, lo más importante, brinda una atención integral, con “pasión y calidad humana”.

 

Desde aquí, con estas palabras, quiero agradecer a mi amigo, mi padre, mi hermano, el Dr. Manuel Dufoo Olvera, por no solo salvarme la vida. Lo más importante, por enseñarme a hacer las cosas con vocación de servicio y entrega. Gracias a la clínica de columna, me volví “más humano y menos perfecto” solidario y hermano. Ahí, no importan las clases sociales, importa la vida, esa vida que muchas veces no valoramos, y que debería ser lo primero en verse. Eso, hasta la fecha, me enseña Dr. Dufoo.

 

¡Gracias, maestro, por enseñarme a vivir la vida al máximo, pero sobre todo, gracias por ser mi “héroe de bata blanca” para seguir trayendo con fuerza, mi “columna de once varas”!

 

Con cariño y respeto:

 

Xicani.

 

 

 

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