Percepción de desaceleración económica en EUA y en el Mundo, está provocando efectos cambiantes en el peso mexicano

En gran medida, la fortaleza de las últimas semanas del peso mexicano que por
momentos le ha permitido alcanzar su mejor nivel desde octubre pasado, está basada
en percepciones sobre elementos externos y posibles desenlaces: guerra comercial
entre EUA y China; desempeño económico mundial, en particular de EUA; cierre
parcial de oficinas en EUA y; próximos paso de los principales bancos centrales, en
específico de la FED.

El problema con ello, es que mientras no se conozca el desenlace final de esos
factores, la percepción no necesariamente luce muy sólida, por lo que puede estar en
constante cambio en los siguientes meses. Así, consideramos que la tendencia del
tipo de cambio en términos generales registrará varios cambios en el año (los temas
internos como son: las finanzas públicas, la percepción del exterior sobre el gobierno
mexicano, y las acciones que se lleven a cabo para fortalecer a PEMEX, acrecentarán
o aminorarán la tendencia descrita).

Pero ahí no acaba la complejidad de las causas del movimientos de la moneda
mexicana. Dentro de una tendencia, mismas noticias o reportes económicos en dos
momentos del tiempo, están provocado reacciones distintas al peso en el corto plazo.
Esto se debe a la vinculación y traslape existente entre los temas. Por ejemplo,
noticias que generan dudas sobre el desempeño económico de EUA, en primera
instancia provocan momentos de aversión global al riesgo, afectando negativamente a
los activos denominados en monedas de economías emergentes, entre ellos el peso
mexicano. Pero, si esta percepción de desaceleración económica va acompañada con
una fuerte especulación de que los Bancos Centrales detengan su actual política
monetaria restrictiva, de alzas en las tasas de interés y retiro de liquidez en los
mercados financieros globales, esto puede dominar en la percepción de los
inversionistas y resultar en un aumento en las apuestas que favorecen las inversiones
en activos más riesgosos, lo que termina por beneficiar al peso mexicano.

De la misma forma, como sucedió a finales de la semana pasada, si algunos reportes
de indicadores económicos dan la impresión de que la economía de EUA no
necesariamente se encuentra en una senda de desaceleración, y esta impresión no
va acompañada de comentarios de integrantes de la Reserva Federal, ha provocado
efectos negativos para el peso (cuando en primera instancia un menor riesgo de
desaceleración de la economía norteamericana debería de fortalecer la expectativas
económicas de México, y por ende de su moneda).

Esta dualidad en el comportamiento del peso mexicano, que refleja decisiones finales
de los inversionistas, se mantendrá hasta que no se materialice el elemento de riesgo,
ya que sería lo único que elimine que la decisión sea basada en una percepción.

Incluso la dualidad va más allá, debido a asimetrías de información en algunos temas.
Por ejemplo, en los recientes días, creció el optimismo de que EUA y China podrían
estar avanzando en un proceso de alcanzar un acuerdo bilateral que permita eliminar
una guerra comercial y continuar con el establecimiento de medidas proteccionistas.
Lo anterior favoreció al peso mexicano, incluso a pesar de que se publicaron cifras
débiles de la economía china. Sin embargo, al iniciar la semana, se da a conocer que
en el tema de propiedad intelectual, que fue el que detonó todo el problema y el
establecimiento de aranceles, los avances han sido prácticamente nulos. Esta noticia
generó dudas sobre si realmente ambos países están avanzando en la negociación, o
no, presionando a la moneda mexicana (la presión se intensificó un poco porque
estas dudas vinieron acompañadas de cifras débiles del PIB). Nuevamente, el asunto
se vuelve uno de percepción.

El conjunto de creencias que construyen la percepción de los inversionistas da forma
a sus perspectivas de lo que ocurrirá en el futuro, y ello tiene un impacto significativo
en sus decisiones, afectando incluso su nivel de aversión al riesgo. Esto dificulta llevar
a cabo cualquier pronóstico de un valor de activo financiero o puede generar que en
algún momento del tiempo el impacto sea positivo y en otro, negativo.

En este sentido, no se descarta que al intentar explicar el comportamiento del peso
mexicano en determinado momento, dos tendencias opuestas de la moneda se
expliquen por la misma noticia.

A pesar de esta dualidad en el comportamiento del mercado cambiario mexicano,
todavía consideramos que para el corto plazo (por lo menos dos meses) se
mantendrá el buen momento para la moneda mexicana, aunque es posible que sufra
algunos episodios de retroceso como se han observado en algunas sesiones. Nuestra
estimación es que en promedio durante el primer trimestre de 2019, el tipo de cambio
se ubicará cerca de $19.10 spot, en un rango entre $18.70 y $19.50.

 

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