Los 24 goles que sumaban entre Liverpool y Bayern de Múnich en la fase de grupos de la UEFA Champions League 2018/19 fueron cosa del pasado. A la hora del ida y vuelta, con el inicio de los octavos de final, los tantos tienen mucho más valor y no hubo ninguno en Anfield.

Ambos clubes otorgan una gran dosis de responsabilidad en la creación del juego a sus guardametas. Alisson y Manuel Neuer no tuvieron una noche atareada, pero en el tramo inicial el brasileño tuvo que tirar de reflejos ante un disparo en propia de Matip y Neuer casi pierde el esférico por arriesgar demasiado.

Mohamed Salah y Sadio Mané se acercaron a las inmediaciones de la portería del Bayern, pero los disparos a peurta brillaron por su ausencia. El Liverpool lo quería, pero se precipitaba. En el Bayern, Serge Gnabry era el hombre más vertical, el más empeñado en desnivelar el marcador.

Con información de UEFA