La jerarquía de la Iglesia católica mexicana no sabe nada acerca de los 152 sacerdotes que abusaron sexualmente de menores de edad en los últimos nueve años.
Eso dice: que no tiene información alguna.
Y no sabe nada porque asegura que no tiene expedientes sobre ellos.
No sabe cómo se llaman, qué edad tienen, dónde oficiaban, dónde vivían, en qué regiones se desplazaban, en qué zonas han estado, qué perfil psicológico tienen.
Nada, a pesar de que trabajaban en sus diócesis.
Tampoco sabe si esos sacerdotes fueron denunciados ante el Ministerio Público y si fueron a la cárcel.
Lo que sí sabe, de lo que sí tiene certeza, es de que la cúpula de la Iglesia no lo hizo, no los denunció ante las autoridades civiles por los delitos que cometieron, como estupro o violación, o la pederastia descrita en el artículo 209 Bis del Código Penal Federal.
Con información de MILENIO