Falta de claridad en las reglas del juego de López Obrador

La cancelación del aeropuerto en Texcoco, la renegociación de los gasoductos, la construcción de la refinería Dos Bocas y la concentración de licitaciones en la Secretaría de Hacienda son los hechos con los que quedará marcado este primer año de gobierno de Andrés Manuel López Obrador, coincidieron expertos.

Si bien, en un inicio se percibía un moderado optimismo en el mundo empresarial, estas decisiones fueron quebrantando la confianza de los inversionistas y también mermaron el avance de la economía mexicana, comentó Ximena Mata, gerente de estudios y capacitación de Integralia.

Todo esto se ha traducido en un menor crecimiento y el más bajo en una década. Es el crecimiento más lento que se haya visto en los últimos cuatro sexenios, considerando sólo el primer año de cada gobierno, lo que sin duda es un tema que preocupa”. 

Los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía confirman que, en los primeros nueve meses del año, la economía presentó un nulo crecimiento. En el primer trimestre del año, el Producto Interno Bruto (PIB) presentó un avance anual de 0.15%, pero en el segundo y tercer trimestre cayó 0.44 y 0.22%, respectivamente.

Gonzalo Hernández Licona, economista del ITAM y exsecretario ejecutivo del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social, indicó que, siempre que hay un cambio de gobierno, la economía suele detenerse y se genera cierto nivel de incertidumbre. Sin embargo, consideró que en este gobierno aumentó la incertidumbre, debido a la falta de claridad en “las reglas del juego”. 

“La decisión de cancelar por completo el aeropuerto y de hacer otro en Santa Lucía sin estudios técnicos adecuados implica que los inversionistas no le quiera entrar, porque si las reglas nuevas son de tal magnitud que se cancelan proyectos así, pues lo mejor es no arriesgarse”. 

A su parecer, si bien es cierto que cada nuevo gobierno busca hacer cambios en ciertas estructuras políticas y económicas, es fundamental que siempre se tengan claras las reglas de cómo se va a operar.  Para Enrique Cárdenas, economista y profesor de la Universidad Iberoamericana de Puebla, con la cancelación del aeropuerto y las rondas petroleras se inició una ruptura de confianza no sólo con el sector privado de élite, sino en términos del rumbo del país. 

“Si me preguntaran﷯ cómo hacer que una economía no crezca, respondería: cancela todos los proyectos de inversión que están en marcha, sobre todo los que son emblemáticos y segundo manda mensajes de inestabilidad (…) el daño económico que se está viviendo en México es autoinfligido”. 

Finanzas públicas sanas y estabilidad macro, lo positivo

 Pese a la incertidumbre que generó la cancelación de diversos proyectos de inversión, uno de los aspectos que ha cuidado este gobierno es la estabilidad macroeconómica del país y mantener un mensaje de disciplina fiscal, menciona Héctor Villarreal, director general del Centro de Investigación Económica Presupuestaria (CIEP).

“Se lo están tomando en serio”, expresó. No obstante, Villarreal enfatizó que la acumulación de subejercicios fue uno de los problemas que más impactaron sobre el avance de la economía, además de los recortes que se hicieron en diferentes dependencias públicas, en plazas laborales y salarios. 

Es un gobierno que llegó con el mandato de combatir la corrupción. el problema es que muchos de los recortes se hicieron al estilo de Pancho Villa; es decir, primero mataban y luego averiguaban y eso nos pegó en términos de demanda agregada”, expresó el director del CIEP. 

De acuerdo con los últimos datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, entre enero y septiembre de este año, el balance financiero del sector público reportó un déficit de 160,226.3 millones de pesos, lo que significó una reducción de 50.4%, respecto de lo que se observó en el mismo periodo del 2018. El balance primario, que se refiere a ingresos menos gastos sin considerar el pago de intereses de la deuda, registró un superávit de 279,868.3 millones de pesos. Se espera que, al cierre de este año, se logre un superávit primario de 1% del PIB. 

Pero el nulo crecimiento impactó de manera negativa en los ingresos del sector público, especialmente en la recaudación del Impuesto sobre la Renta que, en los primeros nueve meses del año, tuvo una reducción anual de 0.6%; mientras que la recaudación del IVA tuvo una disminución de 2.6 por ciento. 

Cárdenas agregó que lo ideal es que se tenga un país con estabilidad macro, pero con políticas lógicas que impulsen la inversión. Aclaró que no se puede abusar de las doctrinas keynesianas, en las que un gobierno aumenta su gasto para impulsar la economía. “Si Estados Unidos estuviera en una contracción económica que le afectara a México estaría de acuerdo en ocupar gasto para reactivar la economía, el problema es que el lento crecimiento del país no se debe por alguna situación meramente externa y se busca gastar en proyectos que no dejan claros los beneficios”. 

¿Qué se espera para el 2020?

Para los especialistas, el 2020 podría ser un mejor año para la economía, especialmente por la puesta en marcha del Plan Nacional de Infraestructura y de que el gobierno comience a ejercer con más holgura el gasto público. 

“No es que venga una economía más vigorosa, pero al menos sí tendríamos que observar una recuperación técnica de la demanda agregada”, añadió el director del CIEP. Además, será un año clave para iniciar los diálogos y debates de la reforma fiscal en el país. 

“Esperaría una discusión amplia y más allá de la visión presidencial (…) la reforma debe buscar cómo generar una seguridad social más amplia y que pueda mejorar el día a día del mercado laboral y de la productividad. Si la reforma sólo se hace para tener más dinero para financiar los proyectos del presidente, me parecería algo muy malo”, comentó Hernández Licona. 

En general, los expertos esperan que durante el 2020 se lleve a cabo una Convención Nacional Hacendaria para definir la ruta fiscal a nivel federal y estatal, para que ello ayude a fortalecer las finanzas públicas del país, pero especialmente la de los estados y municipios. 

Violencia

De diciembre del 2018 a noviembre de este año, el país no ha dejado de vivir episodios de balaceras en bares, centros comerciales y fiestas infantiles en la Ciudad de México, Veracruz y Guerrero; enfrentamientos entre grupos opositores de la delincuencia en Guanajuato, Michoacán y Guerrero; emboscadas a militares y policías.

Expertos opinan que el gobierno federal debe comprender que su estrategia de “abrazos no balazos” hacia los grupos delincuenciales no está funcionando, por lo que son necesarios cambios como fortalecer el sistema de justicia penal, ayudar a gobiernos estatales a consolidar sus corporaciones de seguridad y aumentar el gasto en seguridad.

Corrupción

Durante su primer año de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador ha hecho gestos audaces y simbólicos para demostrar su compromiso de crear un gobierno más honesto y austero, e incluso algunas investigaciones de casos emblemáticos de corrupción, como Odebrecht y la Estafa Maestra, están avanzando; sin embargo, mientras su respaldo es cada vez más grande para este organismo como la Secretaría de la Función Pública o la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda, aún falta un compromiso más firme para implementar el Sistema Nacional Anticorrupción y proporcionarle los recursos que necesita para prosperar.

Con información de EL ECONOMISTA

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