Reporte sobre la economía de Estados Unidos, segundo trimestre / Análisis de Gabriela Siller

¿Cuál va a ser el ritmo de la recuperación?

La crisis provocada por la pandemia de Covid-19, llevó a la economía de Estados Unidos a mostrar una caída del PIB de 32.9% a tasa trimestral anualizada. La caída del 2T20 es la mayor contracción trimestral del PIB desde 1947, muy por encima la caída de 8.4% en el 4T08 durante la crisis financiera.

La contracción en el PIB real reflejó las contribuciones negativas del consumo, inversión fija y los inventarios privados, ocasionadas principalmente por las medidas de confinamiento al principio del trimestre y la cautela ante la crisis. Al interior del consumo, el sector de servicios fue el más afectado y el que tuvo una mayor aportación a la caída del consumo (-22.93%). Específicamente los servicios relacionados con el hogar y los servicios de salud, fueron los que tuvieron mayor impacto en el consumo con contribuciones negativas de 25.93 y 9.50%, respectivamente. Por otro lado, el gasto de gobierno tuvo una contribución positiva, debido a los amplios estímulos fiscales que impulsaron el gasto federal, aumentando a una tasa de 17.4%, la mayor desde 1967.

La Oficina Nacional de Investigación Económica (NBER) indicó oficialmente que en febrero 2020 terminó la expansión más larga en la historia de Estados Unidos, de 10 años y 8 meses, dando inicio a la recesión. La pregunta ahora es¿cuál va a ser el ritmo de la recuperación? Banco BASE estima que la economía estadounidense tocó fondo durante el segundo trimestre, con la caída anual de 9.5%. Ante esto, se espera que en el tercer y cuarto trimestre del año se observen contracciones anuales de 8.14% y 6.7%, respectivamente. Estas caídas son consistentes con la contracción anual estimada de 6.5% en 2020.El ritmo de la recuperación dependerá principalmente de 1) el desarrollo de la pandemia, incluyendo el aumento en número de casos y muertes, así como los posibles confinamientos ya sean voluntarios u obligatorios, 2) la cautela por parte de los consumidores, 3) el desempeño del mercado laboral y de la inversión privada y 4) eficacia de los estímulos aplicados. 

Consumo Personal y Tendencias Post-Coronavirus

El gasto en consumo personal, el cual representa el 68% del PIB de Estados Unidos, disminuyó a una tasa trimestral anualizada de 34.6%, impulsado por la contracción de 43.5% en servicios, ante las medidas de confinamiento impuestas en abril, mes en que el consumo personal cayó a una tasa histórica anual de 15.8%. En mayo, los procesos de reapertura permitieron que el consumo se recuperara parcialmente pero aún permanece 64% por debajo del nivel que se tenía en febrero, debido tanto al encierro voluntario como a la cautela ante la crisis. Es importante mencionar que el consumo cayó y permanece aún debajo de los niveles pre Covid-19 a pesar de los estímulos fiscales y monetarios aplicados, que llevaron al ingreso personal a mostrar un alza anual de 11.9% en abril (crecimiento no visto desde 1982) y de 7% en mayo.

Un indicador de consumo, las ventas minoristas, mostró en junio un alza 7.5% mensual y 1.1% anual, donde destaca el crecimiento anual de 23.5% de las ventas en línea, que ya tenía una tendencia alcista que se aceleró con la pandemia. Por el contrario, las tiendas de ropa y los servicios de comida se vieron seriamente afectados, con contracciones anuales de 23.2% y 26.3%, respectivamente.

Así, los datos podrían estar señalando que la recuperación, podría darse primero en sectores que son menos intensivos en mano de obra, ante los esfuerzos de las personas por evitar el contagio.

En el caso de otras industrias, como el subsector 111 Agricultura, cría y explotación de animales, se espera que haya una automatización de sus operaciones al usar tecnologías como los drones, tractores autónomos, robots sembradores y cosechadoras robóticas. Un ejemplo es el caso de Tyson, quien recientemente informó su plan de reemplazar a los carniceros por robots, para evitar brotes de Covid-19 dentro de las plantas.

El incremento en casos de coronavirus, ha ocasionado que se frenen los procesos de reapertura, aunado a un encierro voluntario por miedo a contagiarse. Los datos de alta frecuencia muestran que la ocupación de restaurantes ha disminuido especialmente en los estados que han registrado nuevos récords de casos diarios como Texas y Florida. La movilidad también muestra un estancamiento en el último mes, además es evidente la tendencia a trasladarse en carro por miedo al contagio. (Figura 3 y 4).  La cautela y la expectativa de que los estímulos fiscales culminarán en algún punto, ha llevado a la tasa de ahorro a alcanzar un máximo histórico de 32.2% en abril y aunque en mayo disminuyó a 23.2%, aún se encuentra muy por encima del promedio del 2019 de 7.94%. En el largo plazo, este alto nivel de ahorro se puede convertir en un freno del ritmo de recuperación de la economía estadounidense.

Política Fiscal y Gasto de Gobierno

El gasto de gobierno mostró un aumento de 2.7% a una tasa trimestral anualizada, impulsado por los estímulos fiscales que ocasionaron un incremento trimestral del gasto federal de 17.4%, el mayor aumento desde 1967. Hasta ahora, se han anunciado tres paquetes fiscales que suman cerca de 3 billones de dólares, lo que equivale al 15.7% del PIB real de Estados Unidos del 2019 y se espera que próximamente se apruebe un paquete mayor a 1 billón de dólares. En comparación, durante la crisis del 2009 los estímulos fiscales fueron equivalentes al 4.9% del PIB.

En los estímulos actuales, dentro del Cares Act., el principal paquete de 2.1 billones de dólares, incluye el programa de Compensación Federal de Desempleo Pandémico (FPUC), a través del cual se proporciona un pago adicional de 600 dólares semanales a las personas que reciben el seguro por desempleo. El FPUC ha permitido que las personas reciban un ingreso extra ante la crisis de empleo, e incluso cerca del 60% de los que reciben el apoyo, perciben más del 100% de los ingresos que recibían antes de ser despedidos. Actualmente con el FPUC, las personas aseguradas están recibiendo en promedio cerca de 978 dólares a la semana, monto superior al ingreso promedio semanal de los trabajadores del sector privado ($958.73) registrado en mayo del 2019. Como ejemplo está la industria de ocio y hospitalidad, la más afectada ante la pandemia, en donde las personas que perdieron su empleo están recibiendo hasta el 200% del sueldo que tenían. Por el contrario, industrias como la de información, perciben cerca del 64% de su ingreso anterior, como se observa en la figura 5.

Al cubrir más del 100% del ingreso previo, el beneficio adicional de apoyo por desempleo podría estar funcionando, dentro de algunas industrias, como un incentivo “perverso” para no regresar al trabajo y es una de las principales críticas que se ha hecho en materia económica a la administración de Trump.

Con el costo de los estímulos, el déficit en junio ascendió a 864 mil millones de dólares, alcanzando en un mes casi la totalidad del déficit que tuvo el gobierno durante todo el año fiscal 2019, de 984 mil millones (4.6% del PIB). De acuerdo con los datos de la Oficina de Presupuesto del Congreso (CBO), en los primeros 9 meses del año fiscal 2020 (octubre – junio), se acumula un déficit de 2.7 billones y se estima que alcance 3.7 billones en septiembre, equivalente al 17.3% del PIB. Hacia delante se espera que, en 2021 el déficit se incremente hasta 4.3 billones o 19.8% como proporción del PIB, debido a los menores ingresos que tendrán las personas, como consecuencia de la pérdida de empleos y por el aumento en los gastos del gobierno para impulsar la recuperación.

Por su parte, la deuda pública como porcentaje del PIB se ubicó en 79.98% en el primer trimestre del 2020. Con los datos preliminares de julio, la cifra se ubica en un nivel de 94.70% y se espera que, para el 2021 supere el nivel alcanzado durante la Segunda Guerra Mundial, cuando llegó a 106%.

Sin embargo, el tratamiento de la deuda pública en Estados Unidos es distinto a otros países, pues la deuda se emite en su divisa, por lo que no es una preocupación principal, mientras que las agencias calificadoras no se pronuncien en contra. Además, el costo por préstamos se encuentra en niveles mínimos históricos, con los bonos a 10 años tocando un nivel de 0.60%.

En el contexto actual, la deuda se ha convertido en un punto de discusión entre republicanos y demócratas, especialmente ahora que se acercan las elecciones de noviembre, ya que los demócratas históricamente se han pronunciado a favor de un menor gasto público, aunque en la realidad al tomar de 1945 a 2018 la deuda sobre el PIB bajo mandatos demócratas ha sido 8.9 puntos porcentuales mayor que el promedio de mandatos republicanos (si se excluyen los mandatos de crisis, la diferencia sigue siendo positiva pero disminuye a 2.2 puntos porcentuales).

Es importante mencionar que, a pesar de las deficiencias en los estímulos fiscales, su aplicación ha permitido que la economía de Estados Unidos muestre signos de recuperación, pues toda economía funciona a base de confianza y sin la aplicación de los estímulos fiscales la caída hubiera sido mucho mayor, con posibilidad de prolongarse como sucedió en la Gran Depresión. Esto no implica que la recuperación será rápida o en forma de V, ya que el creciente número de casos de coronavirus en Estados Unidos ha frenado el ritmo de recuperación, lo cual se ha visto reflejado principalmente en el estancamiento del mercado laboral.

Desempeño del Mercado Laboral

La tasa de desempleo pasó de 3.5% en febrero, antes del coronavirus a 11.1% en junio, registrando el pico en abril cuando se alcanzó una tasa de desempleo de 14.4%, no vista desde 1948. Es importante mencionar que el Buró de Trabajo de Estados Unidos (BLS) ha tenido dificultad al clasificar a los desempleados, registrando “despidos temporales” como “ausentes en el trabajo”, lo que ha causado que la tasa de desempleo asegurado se ubique por encima de la tasa de desempleo. Debido a esto, se estima que la tasa de desempleo realmente se encuentra cerca al 14% y es probable que la tasa aumente en el tercer trimestre, cuando más empresas empiecen sus planes de reestructuración. 

En los últimos dos meses se han creado 7.3 millones de empleos, no obstante, desde que inició la pandemia en marzo se acumulan un total de 14.106 millones de empleos perdidos.

Por sector, la industria de ocio y hospitalidad, fue la más afectada por el confinamiento, por lo que el empleo en esta industria todavía se ubica 28.6% por debajo del nivel pre pandemia (febrero). A simple vista las últimas cifras de empleo pueden generar optimismo y la expectativa de una recuperación más rápida de lo que se esperaba. Sin embargo, hay datos que revelan posibles riesgos para el desempeño del mercado laboral en el largo plazo. Por un lado, la tasa de subocupación, que indica las personas que están trabajando medio tiempo y estarían dispuestas a trabajar más horas, se ubicó en 18% en junio, 2.5 veces por encima del nivel pre pandemia. Lo que indica que, aunque muchas personas están regresando al trabajo, lo están haciendo por tiempo parcial, lo que afecta sus ingresos. Ante el aumento de contagios que enfrenta el país, las empresas ya enfrentan nuevas restricciones en horario y capacidad, lo que podría aumentar la tasa de subocupación.

Otro riesgo que permanece y el más importante, es la velocidad en el aumento del desempleo permanente. Desde que inició la pandemia, se ha registrado un incremento de 1.6 millones de desempleados permanentes, ubicándose en 2.9 millones de personas en junio. La tendencia continúa al alza, lo que dificulta la recuperación ya que puede crear desempleo estructural. Al hacer una comparación con crisis anteriores, se observa que en 3 meses se alcanzó el nivel de desempleo permanente que tardó 10 meses en la Gran Recesión del 2009

El aumento en posiciones vacantes sin una disminución en la tasa de desempleo, desarrolla el desempleo estructural. Esto sucede debido al desajuste entre lo que las empresas buscan y lo que los trabajadores ofrecen, “No se puede convertir fácilmente al carpintero en enfermero, y no se puede convertir fácilmente al agente hipotecario en un experto en informática” (Charles Plosser, ex presidente de la Fed de Filadelfia). Al enfrentar desempleo estructural, una vez que termina la recesión la tasa natural de desempleo, es mayor a la que había antes. Se estima que, si continúa la rapidez y la tendencia al alza en el desempleo permanente, la tasa natural de desempleo de Estados Unidos que actualmente se ubica entre 3.5 y 4.5%, podría elevarse a un rango de entre 6.0 y 6.5%.

Además del máximo empleo, la Reserva Federal tiene como objetivo mantener una inflación interanual de 2%. En junio la inflación se ubicó en una tasa interanual de 0.6%, después de ubicarse en 0.1% durante mayo. En su comparación mensual el índice también mostró un incremento de 0.6%, el mayor desde agosto 2012 y el primer incremento en el índice de precios desde febrero, mes antes de que iniciara la pandemia. El aumento se vio impulsado por los precios de la energía, que registraron un aumento mensual de 5.1%, el mayor desde junio 2009. Al interior los precios de la gasolina aumentaron a una tasa mensual de 12.3%, después de haber tenido 5 meses en terreno negativo. El aumento en los precios del petróleo fue resultado del recorte en la producción acordado por los miembros de la OPEP y sus aliados (OPEP+), lo que ha permitido que el precio del WTI se estabilice cerca de los 40 dólares por barril. La holgura económica permite que la Fed mantenga su tasa de interés en el rango mínimo de 0.00-0.2%, al menos hasta 2022.

Principales Socios Comerciales

Durante el segundo trimestre, las exportaciones de Estados Unidos cayeron a una tasa trimestral anualizada de 64.1%, mientras que las importaciones disminuyeron 53.4%. En mayo, Estados Unidos reportó un incremento del 9.7% en su déficit comercial, equivalente a 54 mil 600 millones de dólares, el déficit más amplio desde 2018. Cabe destacar que las importaciones de automóviles y partes de automóviles, se ubicaron en 9 mil mdd, nivel que no se veía desde 1994. Esto fue resultado del cierre masivo de las plantas automotrices ante las restricciones de distanciamiento social. Sin embargo, se espera que se vea una recuperación en los próximos meses, especialmente ahora que los consumidores parecen mostrar una preferencia a trasladarse en carro por el temor a contagiarse.

Específicamente con México, las exportaciones en mayo fueron equivalentes a 10 mil 400 millones de dólares, el menor nivel desde mayo 2009. Acumulando un total de 83 mil 247 millones de dólares en los primeros cinco meses del año, lo que implica una contracción del 25% con respecto al nivel del año anterior. Debido al impacto de la pandemia de Covid-19, Canadá reemplazó a México como principal socio comercial de Estados Unidos. Al quinto mes del 2020, los tres principales socios comerciales son: Canadá (13.8%), México (13.6%) y China (12.4%).

Uno de los principales retos que enfrenta el comercio de Estados Unidos, es el incremento en las tensiones con China, que han ido escalando desde que empezó la pandemia. Durante el segundo trimestre, las discusiones se originaron tras la aprobación de la Ley de Seguridad de Hong Kong, la cual le da poder a Beijing de prohibir los actos de traición, sedición y subversión contra el gobierno chino. Ante la legislación, la administración de Donald Trump anunció la pérdida de la autonomía política de Hong Kong, lo que ocasionó la suspensión de su trato comercial preferencial. Específicamente con China, en los primeros cinco meses del año se registró un total de 40 mil 248 millones de dólares en exportaciones, lo que representa un avance de apenas 15.5% del total de 260 mil millones de dólares que China se comprometió a comprar entre 2020 y 2021, en el acuerdo Fase 1. En cuanto al total acordado para el 2020, las exportaciones a China al mes de mayo representan 28% de la meta. El continuo escalamiento de las tensiones entre ambos países, parece indicar que la guerra comercial no ha terminado, poniendo en peligro el acuerdo firmado en enero.

Inversión y Comportamiento del Dólar

Durante el 2T20, la incertidumbre ocasionó que la inversión privada disminuyera a una tasa trimestral anualizada de 49%, después de la disminución de 10.2% en el 1T20 y la mayor disminución desde 1975. Al interior la mayor contracción se observó en la inversión residencial y de equipo, disminuyendo a una tasa de 37.7% y 38.7%, respectivamente. La expectativa de una recuperación más lenta ante el resurgimiento de casos de Covid-19, ha ocasionado nerviosismo en los empresarios. En periodos de recesión económica, es común que las empresas decidan disminuir su producción con la intención de reducir costos, este comportamiento llevó a que los inventarios privados tuvieran una contribución negativa a la inversión privada de 3.98%.

Por otro lado, el estancamiento económico y las políticas expansivas anunciadas han ocasionado que el índice ponderado del dólar estadounidense (BBDXY) se debilite, después de haber mostrado un fortalecimiento al inicio de la pandemia. Al principio de la crisis sanitaria, el dólar al ser la moneda de reserva global, mostró un fortalecimiento importante, llevándolo tocar un máximo anual de 1,297.08 puntos el 23 de marzo. Sin embargo, el índice ha mostrado una tendencia a la baja desde principios de junio tocando un mínimo de 1,174.23 puntos el 28 de julio, su menor nivel desde septiembre 2018. El debilitamiento se ha dado ante la expectativa de una recuperación más lenta ante el resurgimiento de casos, la postura acomodaticia de la Fed y los amplios estímulos fiscales, lo que incrementa la oferta de dólares. Además, las bajas tasas de interés incentivan la salida de dólares, debilitándolo aún más. Ante este contexto, el precio del oro se ha visto beneficiado, alcanzando un nuevo máximo histórico de 1,981.27 dólares por onza. Hacia delante, las elecciones de noviembre son también un factor de riesgo para el desempeño del dólar, ya que, en el corto plazo, un cambio de partido podría debilitar la moneda, debido a que el cambio de políticas genera incertidumbre dentro del país, provocando que los inversionistas cambien sus posiciones a otras monedas. Actualmente, las encuestas le asignan a Joe Biden un 50.5% de probabilidad de ganar, mientras que Donald Trump muestra un 41.5% de probabilidad. Por otro lado, las casas de apuestas indican que Biden lidera con el 61.0% frente un 36.5% para Trump.

Expectativa de Recuperación en Estados Unidos Tomando en cuenta los indicadores a junio de 2020 y regresando a la pregunta ¿cuál será el ritmo de la recuperación? Banco BASE estima que el PIB de Estados Unidos alcanzará una recuperación completa en un periodo de entre 2.5 y 3.5 años. En la figura 10, se observa el ritmo de recuperación estimado en un periodo de tres años. En 2020, se espera que la contracción del PIB sea de 6.46%, seguida de un crecimiento de 4.0% en 2021 y 2.0% en los dos años consecutivos.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.