Los principales bancos centrales del mundo están retrocediendo al unísono en la idea de que se necesitarán tasas de interés más altas para luchar contra una racha de alta inflación y ahora han limitado sus políticas monetarias a la esperanza de que las enredadas cadenas de suministro del mundo estén a punto de ser reparadas.

El Banco de Inglaterra se unió el jueves a la Reserva Federal y al Banco Central Europeo para dar un giro político moderada a una relajación esperada de los cuellos de botella de la oferta en los próximos meses, y una relajación de la presión inflacionaria que los funcionarios sienten que esos cuellos de botella han causado.

El Banco de Inglaterra mantuvo el miércoles su tasa de interés política estable a pesar de las amplias expectativas de que se convertiría en el primer banco central importante en aumentar las tasas de interés en un guiño al alto ritmo de aumento de precios que se ha arraigado este año.

Se espera que la inflación “se disipe con el tiempo, a medida que la interrupción de la oferta se disminuya, la demanda global se reequilibre y los precios de la energía dejen de subir”, con un pico probable en abril del próximo año, dijo el Banco de Inglaterra en un anuncio en el que prometió entrenar su ojo en las “perspectivas a medio plazo de inflación” e ignorar “factores que probablemente sean transitorios”.