Después del año de China de represión sin precedentes, mercados agitados y acuerdos de detención, los banqueros y abogados esperan que continúe un escrutinio más estricto en 2022, pero dicen que las reglas más claras darán a los inversores cierta certeza sobre el entorno regulatorio.

Durante el último año, Beijing ha tomado medidas drásticas contra las violaciones antimonopolio, ha prohibido los grupos de matrícula privados, frenado el atracón de la deuda de los promotores inmobiliarios y ha hecho que algunas cotizaciones offshore sean casi imposibles.

Los analistas esperan que esas acciones se extiendan hasta el nuevo año, con especial atención a la protección de datos y acuerdos que presentan riesgos para la seguridad nacional, mientras que las autoridades también buscan aumentar el control de la empresa privada.

“Los inversores se han visto obligados a considerar una serie de nuevos riesgos regulatorios durante el último año, y esos temores no van a desaparecer pronto”, dijo Logan Wright, director de investigación de mercados de China en Rhodium Group.