La Reserva Federal y algunos de sus principales pares de la banca central seguirán adelante con el aumento de las tasas de interés este mes, sugieren los mercados monetarios, incluso cuando una guerra contra el flanco oriental de Europa complica el panorama de inflación y crecimiento económico.

La situación es fluida, con futuros de tasas y precios de bonos azotados por impulsos contradictorios y sin ninguna indicación de lo cual podría ganar ventaja: una guerra que amenaza con socavar una recuperación económica mundial o la inflación desatada por un aumento de los precios del petróleo que será difícil de pasar por alto para los banqueros centrales.

Aun así, las expectativas de las grandes apuestas de aumento de tasas han caído en el camino, después de la invasión de Ucrania por parte de Rusia y las sanciones abofeteadas por las potencias occidentales.

El posterior repunte de los bonos, causado también por una afluencia de efectivo en busca de seguridad, ha hecho que los rendimientos alemanes a 10 años vuelvan a estar por debajo del 0% el martes, mientras que sus homólogos estadounidenses han caído unos 30 puntos básicos (bps) de los niveles de más del 2% alcanzados hace dos semanas.