El día V, o de la doble victoria: López Vela – Análisis

El pasado lunes, el presidente de Ucrania dio un discurso que —estoy segura— pasará a la historia como un parteaguas en la comprensión del conflicto más grande que ha visto este siglo. En él, Zelenski puso en claro las coordenadas de comprensión de esta guerra; más allá de los intereses económicos o energéticos —que los hay— está la visión sobre la política, las libertades y la forma de entender la civilización.

Desde el siglo pasado, los ucranianos no la han tenido fácil; primero, sufrieron el embate nazi. Ahora, el ruso. Han visto cara a cara al demonio de la guerra y, con inigualable valentía, han aprendido a no temerlo, a enfrentarlo y a vencerlo. Sobre esta base, se construyó el emblemático discurso que decía: “Nunca olvidaremos lo que hicieron nuestros antepasados en la Segunda Guerra Mundial, donde murieron más de 8 millones de ucranianos. Uno de cada cinco ucranianos no regresó a casa. En total, la guerra cobró al menos 50 millones de vidas”, declaró el presidente, quien no ha parado en difundir mensajes de alivio, solidaridad y esperanza a sus ciudadanos.

Pero la retórica del discurso fue más allá y Zelenski enfatizó que “pronto habrá dos Días de la Victoria en Ucrania”, antes de aludir a Rusia, que el lunes conmemoraba su fiesta nacional del Día de la Victoria, en la que realizó un grosero despliegue militar que detonó recuerdos de los días más negros de la humanidad: los del nazismo alemán.

Esa misma semana, visitaron Kiev el primer ministro de Canadá, Justin Trudeau —conocido por ser un liberal de cepa, comprometido y de avanzada—, la primera dama de Estados Unidos —la Dra. Jill Biden— y la banda de rock de los noventa, U2, que dio un concierto en el metro para aliviar la presión de las familias que han hecho del transporte público su hogar y su refugio durante los bombardeos de Vladimir Putin.

En la guerra, lo sabemos, los símbolos son importantes pues son los que mantienen en alto la moral de los ciudadanos comunes que se enfrentan a crueldades inimaginables para quienes hemos tenido la bendición de no conocer la metralla de las vidas destrozadas.

Y así como es claro que la retórica de Putin es la de las armas, los efectivos y las bombas, también es claro que Zelenski apuesta por la idea de la civilización occidental, del respaldo de las democracias liberales, de la música que ha denunciado las atrocidades en la guerra de Bosnia o acompañado la caída del Muro de Berlín. Pero, más importante aún es que, a pesar de la disparidad de fuerzas, Zelenski y sus ciudadanos están seguros de que vienen momentos todavía más duros; pero, también, de que ganarán a precio de sangre, sudor y lágrimas.

“En el día de la victoria sobre los nazis, estamos luchando por otra victoria, el camino hacia esta victoria es largo, pero no tenemos dudas sobre nuestra victoria. Ganamos entonces, ganaremos ahora”, cerró Zelenski. Estoy cierta de que así será.

Deja un comentario

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.