Tres grandes preguntas sobre las operaciones del Banco de Inglaterra

Por Jon Levy, Analista Sr. de Loomis Sayles 

El Banco de Inglaterra (BoE) ha intervenido para estabilizar áreas específicas del mercado del Gilt en las últimas semanas. Ante las compras de Gilts terminadas el 14 de octubre, el analista Jon Levy aborda tres grandes preguntas sobre las operaciones del BoE.

1. ¿Fueron las acciones del BoE solo para abordar la disfunción del mercado, o más allá?

En mi opinión, el BoE se centró en abordar la disfunción del mercado. Sin embargo, el BoE era consciente de que los planes de pensiones eran vendedores forzados en segmentos particulares del mercado de los gilts en los que el banco central operó ahora. El BoE tuvo cuidado de evitar sugerir que sus acciones estaban dirigidas más ampliamente a los planes de pensiones.

2. ¿Cuáles son las conclusiones de este episodio?

En mi opinión, las compras de gilt del BoE no representan una flexibilización cuantitativa porque no hay una “F”; la intervención no tenía el fin de aliviar las condiciones monetarias. De hecho, las condiciones monetarias ahora deben ser aún más estrictas debido a las medidas fiscales del gobierno. Mi opinión es que la volatilidad del mercado surgió, al menos en parte, porque los rendimientos de los gilts no incorporaron adecuadamente información sobre la dinámica monetaria y fiscal. El mercado no fijó adecuadamente el precio del riesgo de tasa de interés, y creo que esto sigue siendo un problema. Cabe destacar la advertencia implícita en las acciones y declaraciones del BoE: solucionar los problemas que causaron esta disfunción del mercado, porque no desea intervenir nuevamente.

Más específicamente, en lo que respecta a las consideraciones de los fondos de pensiones, continuaré atento a la agenda política del gobierno. El “plan de crecimiento” que el canciller Kwarteng publicó en septiembre sugiere esfuerzos para generar cambios en las asignaciones de activos de los fondos de pensiones, y las tensiones de las últimas semanas pueden incorporarse como un argumento para este esfuerzo.

3. En un entorno de alta inflación, ¿todavía aplican las tácticas tradicionales del banco central?

Las intervenciones del mercado y las acciones de estabilidad financiera en un entorno de alta inflación suelen ser significativamente diferentes a aquellas en un entorno de baja inflación y riesgo de deflación (al que el mercado está acostumbrado desde hace más de una década). Creo que la advertencia implícita en las acciones y comunicaciones recientes del BoE habla de esta diferencia. El BoE es un banco central con metas inflacionarias y ha sido enfático en la prioridad de dicho mandato.

En mi opinión, irónicamente, el BoE ha abordado las preocupaciones sobre las distorsiones de precios y los problemas de estabilidad relacionados que surgen del programa QE de manera más proactiva que la mayoría de los principales bancos centrales. También ha subrayado la importancia de poner fin a la relajación cuando cree que las condiciones económicas ya no lo justifican. Con la volatilidad de semanas recientes, el BoE ha tenido que retrasar las ventas planificadas desde hace tiempo del portafolio de Gilts que acumuló cuando compraba Gilts con fines de flexibilización. No parece querer retrasar esto por más tiempo. De hecho, el BoE bajo el mando del gobernador Andrew Bailey ha esgrimido este argumento en parte para preservar el impacto de intervenciones como las que ahora ha estado realizando.

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