El futuro gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva en Brasil buscará intensificar la presencia del Estado en el sector de refinación de petróleo, con posibles impactos en la dirección de los precios de los combustibles de Petrobras, según señales de los planificadores de políticas de su equipo.
Lula ganó el domingo la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, asegurando su regreso al Palacio de Planalto para un tercer gobierno al derrotar a Jair Bolsonaro.
El propio Lula prometió revisar el Precio de Paridad de Importación (PPI) practicado desde 2016 por Petrobras, para que los valores de los combustibles reflejen los “costos nacionales”, sin seguir, por tanto, las oscilaciones del dólar y del petróleo en el mercado internacional.
En la práctica, Lula tratará de contener una eventual escalada de los precios de los derivados del petróleo como la experimentada por Bolsonaro en el primer semestre, en pleno año electoral, bajo el impacto de la guerra entre Rusia y Ucrania, que redujo la oferta global de los productos.