Consejos conductuales para esta próxima Navidad

“Todo regalo que se da, aunque sea pequeño, es en realidad grande, si se da con afecto”.

Píndaro, poeta líricos griego.

Típicamente, la Navidad se convierte en una época en la que, lo mismo se despiertan sentimientos y deseos positivos, que se generan condiciones y conductas de gasto que, cuando no son controladas de manera adecuada, generan presiones financieras sobre las familias en los meses posteriores.

En otros años he hecho referencia a ciertos mecanismos que nos permiten que, si decidimos gastar en regalos, estos cumplan de mejor manera su propósito y se disminuya el efecto financiero negativo de corto plazo.

Repasando consejos de esta naturaleza, en artículo publicado hace algunos años, el economista conductual Cass Susstein señaló que, tratándose de regalos, es conveniente evitar en primer término lo que se conoce como el “sesgo de egocentrismo”, que se refiere a que las personas tendemos a regalar pensando más en nuestros gustos propios, que en los de la persona que recibirá el obsequio. En muchos casos, esta conducta provoca que el regalo, con independencia de su costo, no provoque una percepción favorable en quien lo recibe, lo que significa un desperdicio del hecho (y el costo) de regalar, en términos de su efecto para generar una sensación de cercanía emocional con la persona a la cual obsequiamos algo.

Una segunda recomendación, se refiere a evitar algo que se conoce como la “ilusión de foco”. Ello está relacionado con el hecho de que frecuentemente, los impulsos de compra llevan a poner más atención en productos que de primera impresión resultan deslumbrantes, pero que en los hechos no tendrán mayor uso para la persona que lo reciba como obsequio.

Resulta mucho más favorable buscar regalar productos que la persona que lo reciba pueda utilizar con relativa frecuencia, porque de esa manera la recordación del detalle del obsequio permanecerá durante más tiempo, generando un efecto emocional más duradero.

También para buscar un efecto emocional más duradero, es preferible buscar regalos que muestren a las personas que, en primer lugar, las conocemos y en segundo lugar conocemos y valoramos sus ilusiones. Un regalo pensado con ese enfoque resultará mucho más apreciado que un regalo más costoso, que muestre un completo desconocimiento de las preferencias de la persona.

Desde la perspectiva del cuidado de las finanzas personales, en esta época algunas recomendaciones básicas tienen que ver, en primer lugar, con vigilar que el gasto extra que se genera en la época, de ninguna manera sea superior al ingreso extra que se obtiene por concepto de aguinaldos u otros ingresos extraordinarios. Es frecuente encontrar personas que, recibiendo un aguinaldo de medio mes de salario, su gasto extra sea de un mes y medio día de salario. Es necesario procurar tener un límite superior que no exceda los ingresos adicionales y más favorable aun es si se pone un tope que sea menor a ese máximo, para que, de esta manera, podamos canalizar el remanente ya sea al ahorro o al pago de deudas previas.

Adicionalmente, prevenir las compras mediante el uso de promociones de meses sin intereses, evitará que a lo largo del año (o durante por lo menos 6 a 12 meses), se tenga una acumulación de cargos adicionales que, sumados, pueden representar un porcentaje significativo del ingreso disponible de las personas.

Regalos más pensados, que muestran efectivamente el valor emocional que concedemos a las relaciones con amigos y familia, así como un mayor cuidado de nuestro gasto, nos ayudarán a tener no sólo un feliz año sino un 2019 con mayor bienestar económico.

 

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