Puede estar ubicado en una ladera verde, pero The Lindis no es una casa para hobbit. El nuevo y sofisticado retiro de Nueva Zelanda es un magnífico ejemplo de lujo salvaje, con un techo inclinado y curvo que se integra perfectamente en el majestuoso terreno del remoto valle de Ahuriri en la Isla Sur.

A dos horas y media en auto desde la bulliciosa aventura de la meca de Queenstown, The Lindis se encuentra en la estación Ben Avon de 6.000 acres, con parques de conservación adyacentes en tres lados y rodeado de montañas nevadas, hayas Bosques, humedales y pastizales. El diseño innovador de la casa de campo no es solo un intento de evocar la sensación de una lujosa actualización a la casa de hobbit de Frodo: pretende aumentar la relación de los visitantes con la inmensidad de sus alrededores.

“Justo cuando el valle exterior nos recuerda nuestra vulnerabilidad, la creciente cubierta de rejilla de madera dura nos envuelve dentro de su capa protectora cuando nos reunimos alrededor del hogar resplandeciente”, dice Christopher Kelly, director de Wellington en el Taller de Arquitectura, que diseñó el albergue. “Aquí podemos re-descubrir nuestro ser primordial y nuestra conexión con la tierra, el agua y el cielo”. Con solo cinco amplias suites contemporáneas, junto con tres alojamientos individuales de vidrio para los observadores del cielo en 2019, The Lindis ofrece ambas opciones. La privacidad y la atención personalizada.

Cortesía de ROBB REPORT