Un testigo describe a “El Chapo” empresario: mensajes, desayuno, telefonazos bajo los árboles…

Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, que enfrenta un juicio por narcotráfico en Nueva York, tenía una vida muy organizada mientras estuvo en las montañas de Sinaloa, desde donde supervisaba “centenares de empleados”, que incluían personal de seguridad, trabajadoras domésticas, pilotos, chóferes y proveedores de droga.

“El Chapo”, apuntó, se despertaba diariamente al mediodía, tras lo cual uno de sus secretarios le entregaba los mensajes y después de almorzar, hacía llamadas de negocios mientras paseaba bajo los árboles.

Otro secretario, contó, se encargaba de las necesidades del campamento, que incluía la inversión del acusado de entre 150 mil a 200 mil dólares mensuales en suministro de comida y pagar la nómina de unos 50 guardias de seguridad, “una caja chica muy fluida”, según Cifuentes.

Los suministros al campamento eran llevados a la montaña en avioneta o camioneta, de acuerdo con el testigo, que en el primer día de su comparecencia el pasado jueves se identificó como la “mano derecha e izquierda” del acusado, para quien supervisaba la venta de drogas en Nueva York y Canadá.

Con información de SIN EMBARGO

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