Ya no hay espacio para los muertos en Tlahuelilpan

Esta tierra no estaba preparada para la muerte, menos para ofrecer un lecho a sus difuntos, que suman 98.

En este municipio, el único panteón es insuficiente para sepultar a quienes murieron por la explosión de una toma clandestina; sus tres hectáreas no alcanzan.

Ya no hay capacidad en el panteón, hemos pedido ayuda al presidente [Andrés Manuel López Obrador] y al gobernador [Omar Fayad], para que se acondicione un predio cercano (…); hay unos 30 desaparecidos de Tlahuelilpan, si fallecieron necesitan un lugar, señala el alcalde Juan Pedro Cruz en la entrada del cementerio ejidal.

Tras el siniestro del viernes pasado, en el poblado de San Primitivo, aquí no sólo quedó el tufo a gasolina y el visible luto de decenas de personas que caminan vestidas de negro por las calles, también hay nubarrones de polvo y olor a flores marchitas, que emanan del camposanto.

“A veces mueren dos o hasta tres personas cada siete días, perotambién pasamos semanas en que nos vamos limpios [sin ningún muerto que sepultar]”, dice Alejo Monroy, cuidador del panteón.

Al lado de este lugar, el edil alista un campo de nabos para ser el próximo panteón. A la vista es posible apreciar cómo el predio de cultivo se va quedando “pelón” e incluso se notan algunas marcas sobre la tierra, como si se previera el área donde quedarán las tumbas.

Con información de EL UNIVERSAL

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