Los constructores afiliados a la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción (CMIC) cerraron el año pasado con una caída de 6.9% en su producción.
Un revés así no se veía desde 2001, cuando el sector cayó 7.7%.
“Todos los arranques de gobierno son complejos, pero éste fue un poco más. Es otro régimen, otra forma de actuar”, dijo Eduardo Ramírez Leal, presidente de la CMIC, en conferencia de prensa.
La CMIC atribuyó este mal desempeño al subejercicio del gasto público que se presentó durante el primer año del nuevo gobierno.
De los 397 mil 682 millones de pesos aprobados para obra pública en el año, solamente se ejerció 35% a través de 9 mil 143 contratos, casi la mitad de ellos concentrados en la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
De los 9 mil contratos, 64% se dieron a través de licitación pública y sólo 3% se dieron por adjudicación directa.
En cuanto a empleo, los afiliados a la CMIC cerraron el año con una reducción de 152 mil plazas, para sumar 6 millones 107 mil 559 puestos directos e indirectos.
La CMIC detalló que la ingeniería civil se contrajó 11% en 2019.
Mientras que la edificación, que incluye la construcción de vivienda, centros comerciales, oficinas y naves industriales, tuvo una caída de 0.2%, pues la inversión privada sigue inyectando recursos.
En obra pública, Ramírez Leal destacó la suspensión de construcción de escuelas públicas; una baja de 25% en obras de Conagua y muy poco mantenimiento por parte del IMSS en clínicas y hospitales.
Adicionalmente, en la Ciudad de México se suspendieron permisos y obras para revisar que no incumplieran algún reglamento.
El presidente de la CMIC comentó que sostienen reuniones con la Oficina de la Presidencia para participar en las asociaciones público- privadas que se encargarán de construir algunas concesiones como carreteras y aeropuertos.
Los constructores también están interesados en edificar las sucursales del Banco del Bienestar y obras como el Tren México-Toluca y el aeropuerto de Santa Lucía.
Con información de EL UNIVERSAL