Revisión a la estimación de crecimiento de México / análisis de Gabriela Siller

El segundo trimestre probablemente fue el peor en la historia económica de México, por los efectos de la pandemia, que obligó al confinamiento y al cierre de actividades no escenciales, provocando caídas históricas en la producción industrial y en el consumo. Además, México venía arrastrando un severo estancamiento económico, que en el 2019 llevó al PIB a la primera caída anual desde el 2009.

Los indicadores económicos se publican con rezago, por lo que no es posible calcular, con certeza, el tamaño de la caída del segundo trimestre (Q2), pero tomando en cuenta el desempeño de las actividades secundarias y terciarias al mes de abril en el IGAE y los indicadores de coyuntura de mayo y junio se estima que fue más severa de lo que inicialmente se esperaba.

En la estimación anterior del PIB para este año se contemplaban tres escenarios, dependiendo de: 1) número de infectados, 2) número de muertos, 3) duración de la contingencia, 4) afectación sobre Estados Unidos y 5) efectividad de la política fiscal aplicada.

En el escenario optimista la caída anual del PIB durante el 2020 sería de 5%, en el escenario central de 8% y en el escenario pesimista la caída sería del 10%.

Al 6 de julio, ya se ha revelado gran parte de la información: la pandemia parece lejos de terminar, la curva de contagios no se ha aplanado en México, se ha regresado a medidas de contingencia en algunos estados, el número de infectados y muertos sigue al alza en México y en Estados Unidos y el presidente de México anunció que no aplicará política fiscal contracíclica. Así, el escenario que se contemplaba como pesimista en la estimación anterior, es ahora el de mayor probabilidad de ocurrencia.

Se estima que durante el segundo trimestre México cayó a una tasa trimestral (Q2 respecto al Q1) de 16.6% (50% anualizada) y a una tasa anual (Q2 del 2020 respecto al Q2 del 2019) de 18%. La caída más severa del PIB, implicaría que México tocó fondo en el segundo trimestre, por lo que en el tercer y cuarto trimestre se observarían crecimientos trimestrales en el PIB de 8.94 y 3.84%, respectivamente, que son consistentes con caídas anuales de 10.8 y 6.84%

Con lo anterior, el PIB de México finalizaría el 2020 con una caída promedio anual alrededor de 9.5%, siendo la mayor contracción desde 1932, cuando el PIB de México bajó 14.92% en la Gran Depresión. En términos trimestrales y en términos anuales, la caída del segundo trimestre sería la mayor en registro.

Ritmo de recuperación

En junio, los indicadores PMI de manufactura y servicios ya muestran una recuperación a la fuerte caída de la industria. Asumiendo recuperaciones mensuales el resto del año, a tasas promedio de de 1.5% para la actividad industrial y de 1.3% para las acitividades terciarias debido a que la pandemia continúa y no hay medidas que provoquen alzas en la confianza empresarial y de los consumidores, se observaría una recuperación trimestral de 8.9% en el tercer trimestre. El crecimiento trimestral del Q3 podría parecer alto, pero matemáticamente es el efecto del desplome. Así, la “recuperación” del tercer trimestre, no es resultado de una expectativa de recuperación más acelerada, sino de la caída severa del segundo trimestre.

Hacia adelante, una recuperación de 1.5% en 2021 y de 2% anual en años posteriores, da una expectativa de recuperación completa del PIB en un periodo de 6 años, es decir en 2026. Si la recuperación se limita a 1% anual, entonces el PIB tardaría 11 años en recuperarse

Para que el PIB se recuperara antes de terminar este sexenio se debería mostrar un incremento de 5.0% en 2021 y de 2% anual en años posteriores. Para que esto ocurra, se necesitarían aplicar estímulos fiscales para una rápida recuperación del empleo, incremento en la confianza empresarial y revertir la tendencia de baja de la inversión fija bruta.

Empleo

Para el empleo se estima la destrucción de 1.86 millones de posiciones laborales, consistente con una caída del PIB cercana a 9.5%. Se contempla una creación durante julio de 31 mil empleos y una pérdida de agosto a diciembre de alrededor de 975 mil empleos, como consecuencia de un efecto dominó por la severa caída en la actividad económica.

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