Con un respaldo de más del 99 por ciento, los principales accionistas de PSA, propietario de Peugeot, autorizaron la fusión del grupo con Fiat Chrysler (FCA), uno de los últimos pasos hacia la creación del cuarto mayor fabricante de automóviles del mundo.
El acuerdo para formar Stellantis, la nueva compañía, fue respaldado por los inversores con doble derecho a voto.