Los mercados estaban en su zona de confort el martes, con las acciones mundiales flotando justo fuera de los máximos históricos, el dólar elevado por los próximos datos de inflación y los principales indicadores de volatilidad luciendo tranquilizadoramente tranquilos.

Hubo cierta presión sobre la libra esterlina, ya que el gobierno británico consideró si retrasar la eliminación de la mayoría de sus restricciones restantes de coronavirus y el petróleo estaba agotándose, pero ambos parecían ser temporales en el peor de los casos.

El FTSE de Londres aumentó un 0.3% en línea con el STOXX 600 paneuropeo. El índice mundial de 50 países de MSCI se redujo a su último máximo histórico y los futuros de Wall Street se mantuvieron estables después de que sus titanes tecnológicos se encogieran de hombros ante los planes globales para gravarlos más durante el fin de semana.