El deporte se extendió sobre Tokio el sábado y las medallas de oro llovieron cuando los Juegos Olímpicos cobraron vida, finalmente dejando de lado parte de la sombra de COVID-19 y la controversia que ha plagado la obra maestra mundial.

China hizo una declaración de intenciones instantánea cuando Yang Qian agarró el primer oro de los Juegos, y la judoka japonesa Naohisa Takato levantó los corazones de casa con oro en la alfombra un día después de que la superestrella global de la nación, la tenista Naomi Osaka, hubiera encendido el caldero para abrir oficialmente los Juegos Olímpicos retrasados por la pandemia.

Irán también estaba animando temprano después de que Javad Foroughi ganara el evento de pistolas de aire comprimido masculinos de 10 m, y Richard Carapaz de Ecuador ganó la carrera de ciclismo masculino en carretera como naciones inesperadas que se presentaron en la parte superior de la tabla de medallas.

Pero a los fans, prohibidos en todos los lugares bajo los protocolos COVID-19, recibieron un recordatorio temprano del impacto potencial de la pandemia, ya que dos arqueros estadounidenses dijeron que estaban compitiendo sin vacunar por elección personal, y los organizadores dijeron que otro atleta había dado positivo para el virus.