Supervivientes de ataques con ácido en México unen fuerzas

Cuando Elisa Xolalpa tuvo tres hijas y un trabajo que disfruta y con el que mantiene a su familia logró una de sus victorias: hacer fracasar el deseo de quien hace dos décadas la atacó con ácido con la intención de enterrarla en vida. Otra sigue pendiente: que se haga justicia. 

En un país como México, con altos niveles de violencia en general y contra las mujeres en particular y donde las feministas han sido fuertemente criticadas por las autoridades por salir a las calles a exigir el fin de la impunidad, un grupo de supervivientes de ataques con ácido ha comenzado a levantar la voz.

“Pensaba que era la única”, explica Xolalpa. “Pero ya no estamos solas”. 

La Fundación Carmen Sánchez, que opera formalmente desde principios de año con el nombre de su directora, tiene registrados 29 ataques, cinco de ellos en 2021. El número puede parecer anecdótico en un país con 126 millones de habitantes pero temen que sea solo la punta del iceberg.

Por eso exigen cambios legales para que los ataques sean considerados en todo el país como intentos de feminicidio. Aspiran a que poner un muelle en una garganta deshecha o pasar por el quirófano para que pueda abrirse un ojo sean consideradas cirugías de primera necesidad. Reclaman ser vistas, aunque ver sus caras duela.

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