Inflación más drástica en EEUU desde 1982

Jack Janasiewicz, Gestor y Estratega de Portafolio de Natixis IM Solutions

Los titulares de los diarios dirán que esta fue la subida más alta de la inflación desde 1982.  El índice de precios al consumidor (IPC) de EEUU se elevó 7.0% comparado con el mismo periodo hace un año, mientras que la tasa subyacente, que excluye los precios de los alimentos y energía, se elevó 5.5% durante ese mismo periodo. A una base mensual, la inflación total se elevó 0.470% versus el mes anterior y 0.550% para la tasa subyacente.  Ciertamente, algunos datos son muy llamativos si se analizan de lejos. Pero un análisis más cercano de las cifras ilustran una historia diferente.

En primer lugar, ¿Qué es lo más importante con este dato económico? Es su posicionamiento con relación a las expectativas.  Y en los días que antecedieron a este dato, un 7% ya ciertamente era esperado. De hecho, algunos de los rumores que corrían por el mercado anticipaban un dato incluso más drástico. Por tanto, este dato podría constituir una pequeña victoria ante las expectativas. Pero lo más importante es que cuando se desmenuza la información se puede descubrir un panorama levemente mejor a lo esperado. Unos cuantos factores destacan en el reporte: la industria textil se mostró fuerte, registrando un incremento de 1.717% versus el mes anterior. El componente del transporte fue igualmente llamativo: los autos y camiones usados aumentaron 3.518% versus el mes previo, y los vehículos nuevos aumentaron 0.977% y los vehículos automotores, autopartes y equipo se elevaron 1.591% versus el mes anterior. EEUU importa casi el 90% de toda la ropa que consume. Este artículo está afectado casi en su totalidad por los problemas en la cadena de suministro, y en cuanto al sector automotriz, todos sabemos que la escasez de chips semiconductores y el efecto en cascada que tiene en los segmentos de autos nuevos y usados. El punto aquí– es que los culpables usuales siguen jugando un papel importante, manteniendo los precios elevados.  Transitoria o no, la pandemia continua causando desastres en los niveles de precios. Otro punto importante: los precios de la vivienda. El componente de la Vivienda del IPC ha sido una preocupación debido a su gran peso en la inflación y al reciente aumento registrado en los precios de la vivienda. Después de una escalada en septiembre de 2021, el componente del arrendamiento en la canasta inflacionaria, que se ha mantenido estable a niveles elevados, se moderó modestamente este mes, un movimiento que ciertamente no se esperaba y continuará todavía la tendencia al alza que muchos habían predicho.

La historia es la misma. Excluyendo los servicios afectados por la pandemia y los temas relacionados con los vehículos, la inflación continua contenida, aunque a niveles más altos. Nos encaminamos hacia un periodo donde los efectos base empezarán a incursionar también. Será difícil empatar la comparación año a año, debido a los impactos del efecto base. Esto empezará a volver dichas comparaciones año a año más desafiantes y probablemente va a derivar en datos más suavizados.  Se trata de simple matemática, pero incluso cuando esos efectos de base empiecen a desafiar a los datos inflacionarios, las condiciones financieras más estrictas probablemente empezarán a contribuir también. Los mercados han descontado casi 4 alzas de tasas de la Fed a finales del 2022 y 3 más para fines del 2023. Además, el “tapering” se ha acelerado y las conversaciones sobre el balance desbordado ahora es el foco de la atención con el llamado de algunas autoridades a las ventas directas de aquellos activos que se compraron a fin de año. Marzo no ha hecho sino convertir a la tasa de la Fed en una conclusión asumida. Junio tampoco se queda atrás. Pero si conjuntamos esto con los efectos base, la mejora de la situación por el COVID en las cadenas de suministro y los mercados laborales, la firme postura de la Fed hacia la inflación, la gestión del balance y algunos ajustes modestos en materia fiscal podríamos muy bien ver que los datos de la inflación empiezan a suavizarse a un ritmo que algunos no están anticipando. Muchas medidas hawkish abundan por ahora en cuanto a la política monetaria y la inflación. Y si bien la Fed continua con su postura firme, también está tratando de ganar tiempo y dejar que la economía se  normalice y que los datos demuestren una persistente inflación antes de pasar a una campaña más agresiva de ajustes destacada por las alzas a las tasas. Recordemos que lo que importa ahora es lo que ya han descontado los mercados. Y hay una notoria tendencia hawkish incluida en los niveles actuales. Quizá demasiada.

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