El regreso del peso fuerte: razones y perspectiva para el corto plazo

El escenario es de múltiples riesgos y en las últimas semanas el peso mexicano se mantiene cotizando con relativa fortaleza, cerca de su mejor nivel en lo que va del año, alrededor de $19.80 spot.

Normalmente, ciclos de alzas en las tasas de interés de países desarrollados (en especial en EUA), así como escenarios de incertidumbre por deterioradas perspectivas sobre la economía global le juegan en contra a los activos financieros con mayor riesgo, incluido el tipo de cambio de monedas de países emergentes. En esta ocasión, no ha sido el caso para las monedas de varios países emergentes. El peso, junto con otras divisas muestran una tendencia positiva frente al dólar en lo que va del 2022, en las que destacan: Rublo ruso, real brasileño, sol peruano, peso mexicano, peso colombiano, peso chileno y rand sudafricano.

El fenómeno principal que podría explicar esta situación es la inflación. Ésta se ubica en países desarrollados en niveles no vistos en más de 40 años. Para países emergentes, la inflación también está alta, pero en niveles similares a los de las grandes potencias, lo que ha provocado un atractivo relativo de inversión sobre activos financieros de países emergentes ante el alto diferencial de tasas de interés en comparación a países desarrollados. La inflación ha provocado que los siguientes puntos le jueguen a favor al peso mexicano.

Política monetaria del Banco de México. Desde el año pasado, Banxico se adelantó a Bancos Centrales de países desarrollos subiendo su tasa de interés de fondeo desde mayo del año pasado. El alza acumulada es de 300 puntos base (pasó de 4.0% a 7.0%). Esto ha generado incentivos a favor de activos denominados en pesos y en un sistema global donde todavía los excesos de liquidez son la regla, termina favoreciendo la cotización cambiaria en México. De hecho, este tema de alzas internas ha ayudado a que monedas como la brasileña o la chilena se hayan apreciado todavía más que el peso, ya que sus respectivas autoridades han llevado a cabo mayores subidas que en nuestro país. Por ejemplo, el banco central de Brasil la ha subido en 1,075 pbs y el de Chile en 835pbs.

Tasas reales de interés* negativas. Si bien la Fed en EUA ha iniciado el proceso de subida de sus tasas de interés (fondeo), con altas probabilidades de que esta estrategia se mantenga por lo menos hasta inicios de 2024 (y la tasa se ubique en niveles cercanos al 3.0%), al nivel actual de tasa y dado los altos valores de inflación esperados, todavía los rendimientos reales se ubican en terreno muy negativo (tasa de interés de fondeo actual es de 0.75% frente un 8.3% de inflación anual en abril y más del 4.0% de inflación esperada dentro de un año). En México en cambio las tasas de interés reales se ubican en niveles actuales menos negativos y ya comienzan incluso a ubicarse en terreno positivo suponiendo que la inflación esperada para 2023 se cumpla con los actuales pronósticos de moderación en términos anuales (se espera una inflación menor al 5.0% en un año). Esto desincentiva inversiones en dólares a favor de activos de mayor rendimiento.

Conflicto en Ucrania no se convierte en Guerra Mundial pero mantiene presión sobre la inflación global. La preocupación inicial con el conflicto en Ucrania es que este pudiera convertirse en una situación parecida a una Guerra Mundial con la mayor parte de los países, incluido EUA, involucrados directamente en actividades bélicas. Al final, aunque no por ello menos preocupante, ha quedado en un evento concentrado básicamente entre los dos países (Rusia y Ucrania). En este sentido, para el mercado financiero se reduce una de las preocupaciones iniciales y contribuye a disminuir la aversión global al riesgo. Además, los operadores terminan “acostumbrándose” a los titulares sobre este asunto geopolítico, y sólo reaccionan ante novedades de gran calado. Por otro lado, al alargarse el conflicto en estos dos países, se mantiene la presión de productos a los que tienen influencia en los mercados internacionales, como son los energéticos, productos agrícolas, metales básicos, y algunos componentes electrónicos.

Alto precio internacional del petróleo. Aunque no necesariamente México es un beneficiario neto de los altos precios internacionales del petróleo, debido a las altas importaciones de combustibles (principalmente gasolina), para el inversionista extranjero todavía lo consideran como un exportador neto de crudo. En ese sentido, hasta cierto nivel de incrementos en el precio del commoditie termina favoreciendo a la moneda mexicana.

Confinamientos en China. Si bien la situación de los rebrotes de Covid-19 todavía está lejos de estar completamente controlados, en días recientes se habla de una posible relajación de las medidas de confinamiento y restricción a la movilidad, tan pronto como en junio próximo. Como sucede en otras ocasiones, el mercado cambiario se adelanta a este escenario positivo, lo que se une a la mezcla de elementos a favor del peso. Por otro lado, nuevos confinamientos en cuidades importantes de China generan nuevos cuellos de botella que dificultan la baja en la inflación global, lo que también le juega a favor al peso mexicano (y a otras monedas de países emergentes).

Ahora bien, la pregunta de interés es: ¿Este comportamiento a favor del peso se va a mantener todo el ciclo de alzas de tasas de interés (de por los siguientes 2 años)?

La respuesta es probablemente no. En algún momento la inflación empezará a ceder y lo hará más rápido en países desarrollados, lo que disminuirá la distorsión actual de las tasas reales de interés. Esto a cierto nivel podría provocar ajustes en los portafolios de inversión de los inversionistas globales a favor de activos en dólares, presionando a las monedas de países emergentes, incluido al peso mexicano.

Así, consideramos que la velocidad en que ceda la inflación, sobre todo en EUA, será importante para anticipar presiones mas duraderas sobre el peso. Fechas importantes a seguir en cuanto a la inflación en EUA serán julio y agosto, donde se podría observar un cambio en la tendencia de inflación. Sin embargo, consideramos que no será hasta finales del tercer trimestre o al cuarto trimestre de este año donde la inflación baje del 5.0%. De cualquier forma, la depreciación que esperamos para la moneda mexicana no es tan robusta, quizá a cotizaciones hacia el $21.0 por dólar spot. La presión podría ser más fuerte en caso de que se intensifique el riesgo de estanflación global.

Así, con el contexto actual todavía restan semanas/meses en que el peso mexicano podría gozar de cierta fortaleza relativa. Le espera un verano de vaivenes con alta volatilidad, pero cotizando en promedio alrededor de los $20.10.

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