El británico Boris Johnson desafió la presión de los ministros principales y una creciente rebelión dentro de su partido para que renunciara, prometiendo permanecer como primer ministro y luchar contra cualquier intento de derrocarlo.

Después de más de 30 dimisiones dentro del gobierno y con muchos legisladores de su Partido Conservador en revuelta abierta, algunos ministros del gabinete fueron a Downing Street para decirle a Johnson que tenía que irse, dijo una fuente.

Uno le animó a hacer una salida digna estableciendo su propio calendario en lugar de enfrentarse a un voto de confianza.

Pero a pesar del clamor por su dimisión, Johnson seguía centrándose en los temas importantes, dijo una fuente del gobierno después de su reunión con miembros de su principal equipo del gabinete. Un conservador de alto rango dijo que el primer ministro estaba indagando.

“No voy a dimitir y lo último que este país necesita, francamente, son unas elecciones”, dijo antes a una comisión parlamentaria, diciendo que tenía un mandato de las elecciones nacionales de 2019, que ganó con una gran mayoría.